02 ♣Nos encontramos

Depuis le début
                                    

—¡Esa es una buena pregunta! —exclama Hera—. No hay pruebas, indicios, pistas, nada. De verdad que parecen suicidios, me lo creería si no estuvieran hechos de forma tan sangrienta.

—¿No tienen ideas?

—Las cartas —comenta Dan, desinteresado cual si citara una lista—. Son la única posibilidad, desconfío de los Galanterie en eso.

—¿Por qué?

—Por ricos.

Tiene lógica, no me entero de nada, pero tiene.

Debe de haber notado mi confusión, pues parece entender que ocupo más contexto.

—Oh disculpa —Dan enciende su teléfono—. Me caes tan bien, que se me olvida que eres nuevo.

—Los Galanterie son los dueños del casino al que fuimos la otra vez —Hera busca fotos en su galería— también de la discoteca y salón de eventos.

—¿Todo eso?

—Eso y más, son como don Camerino.

Ojalá pudiera entender sus referencias.

—Pero explíquenme, que no soy investigador ni detective, para eso están nuestros compañeros. —insisto.

—Es simple, relaciono las cartas del casino con las de Rosario, no estoy acusando de nada —él se quita la responsabilidad de encima—. sin embargo, son muy similares.

Mientras hablan sobre la familia adinerada que, por cierto, no me puede importar menos, ingreso en el buscador el nombre del asesino agregándole datos de la ciudad. Varias páginas, sitios web y noticias me aparecen a mansalva, imágenes de periódicos o noticieros informando del tema.

El artículo más antiguo es de hace dos años.

"El asesino del Rosario: una ola de muertes causa terror en nuestros habitantes, cartas encontradas junto a los cadáveres relatan la razón por la cual la persona se ha suicidado, siempre acompañadas de la letra R en la primera línea hasta la O de la última. Testigos afirman que el último sitio en el que estuvieron las víctimas fueron bares, fiestas, casinos y en especial, partidas de póker sin local establecido".

En algunos blogs, hablaba con detalle de la forma repugnante en la que descuartiza los cuerpos, hay autores que incluso glorifican este acto. Enfermos mentales, no serían tan valientes si estuvieran en el sitio de los investigadores o familiares, odio lo bien que pinta el mundo moderno a esos monstruos.

"Golpes en la cabeza, tranquilizantes inyectados, estupefacientes, lo que sea necesario para tener al sujeto a disposición, según lo poco que nos cuentan los investigadores, el asesino quita los globos oculares de lugar con delicadeza para volverlos a meter dados vuelta, corta ambas manos, probablemente con una sierra —por cómo se ven en las fotografías—, sus cortes son certeros y prolijos, unos pocos espeluznantes de lo perfectos que están hechos."

"Mi parte favorita es el estómago, quita los órganos que sean necesarios para poder colocar cartas de trébol como decoración, cabe destacar lo estético que queda el gran trabajo junto ¿Qué podemos decir? Rosario los destripa para darles la suerte que le faltó en la partida."

"Un juego suicida o algo parecido, ¿Será un participante?"

Cerré la pestaña de golpe, la rabia que me da leer a esos niñatos admirar un asesino me llega hasta la garganta, se nota que no deben de tener nada mejor que hacer en casa que chuparle el miembro al primer inestable que se les cruce. Me enfurece.

—¿Por qué no lo atrapan?

—Nadie se atreve a investigar, ya sabes —Dan hace como si estuviera contando dinero— a lo que me refiero, porque quizás ellos puedan salir perjudicados.

As bajo la manga | RESUBIENDOOù les histoires vivent. Découvrez maintenant