Capitulo 1

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                                                               Capitulo 1

POV: Tom

Era demasiado cansado seguir escuchando las críticas que nos rodeaban. Era tema de todos los días; las personas notaban que entre nosotros había algo más que simple hermandad. Nuestros padres eran victimas de todo eso, llegaban a la casa y al vernos juntos se veía en su rostro el horror reflejado por la increíble aseveración de todos los vecinos.

No querían creerlo.

Inmediatamente nos mandaban a hacer labores distintas solo para vernos separados, podía tolerar estar separado de mi hermano pequeño dentro de nuestra casa; pero en la calle era distinto.

Empecé a tomar un cariño muy especial por mi hermano mientras crecíamos, era encantador verlo experimentar y ambos estar rodeados de dudas que nosotros mismos aclarábamos. Nuestros padres lo veía enternecedor cuando éramos más pequeños, el notar que siempre nos llevábamos bien y jugábamos juntos todo el tiempo, solo cuando jugábamos; pero en el espacio de nuestra intimidad echábamos a volar nuestra imaginación. Casi no teníamos amigos, los pocos que teníamos vivían muy lejos de nuestra casa. Sin embargo con el tiempo las cosas fueron cambiando y Bill y yo no podíamos estar separados. Buscábamos cualquier escusa para encontrarnos, en el receso de la escuela, un permiso a un maestro para que nos dejasen salir y así una vez más poder vernos de nuevo. En las noches decir que nos molestaba una horrible pesadilla y decir que también la había percibido y sentir el “horror” de recordarla, buscar refugio en los brazos de mi igual. Era incomodo no saber que estaba haciendo en ese momento y sé… yo sé que Bill sentía lo mismo.

Al cumplir los dieciséis años, nuestros padres decidieron hacer una reunión familiar: Todos asistieron y no dejaban de felicitarnos y darnos muchos halagos. De lo diferente que nos veíamos a pesar de ser gemelos. Claro estaba que nuestros gustos eran muy distintos, pero no así lo que sentíamos.  Mientras todos cotilleaban, cenaban y se divertían. Bill y yo decidimos desaparecernos de todos ellos; nadie se dio cuenta.

Aquella noche no solo fue especial por ser el día de nuestro cumpleaños, sino que fue el inicio de algo nuevo, el inicio de un nuevo mundo; el inicio de algo incierto.

Fue la noche de nuestro primer beso.

Si antes no lo habíamos hecho fue por temor, inseguridad, incertidumbre. Como sea eran tantas dudas atropellándonos sin cesar; aquellos momentos eran interrumpidos por cualquier cosa sin importancia y así rompiendo el clímax que habíamos creado.

Esa noche fue la mejor de todas y teníamos por seguro que no seria la primera ni la ultima; de eso seguro, al ver nuestras caras cómplices, después de sentir la humedad de su lengua y la suavidad de sus labios.

—Ya no soporto la mirada inquisitiva de los vecinos Gordon. No sé que pasa, por qué creen todo eso. Yo simplemente no logro concebirlo —era la voz angustiada de mi madre que se escuchaba enojada, triste e impotente; tal vez. Gordon no le contesto. Yo solo los escuchaba desde la puerta principal, antes de entrar claro. Bill se había quedado en una tienda comprando algunas gomitas que eran como una droga personal—. Bill y Tom, mis hijos, ellos son chicos excelentes. Se que no tienen malas mañas, son chicos que no se meten en problemas. No sé por qué la gente piensa que ellos dos… —entre en ese momento. Sabía lo que diría. Claro estaba que mi madre no sabia, los vecinos sospechaban y eso comenzaba a hacer mella en la mente de nuestra madre.

Lo cierto es que puedo sentir de cierta forma la preocupación de nuestra madre. Lo que quiero decir es que en más de una ocasión la he escuchado llorar sola y tratando de ser sigilosa. Su cara refleja comodidad, nada de preocupación; pero sus ojos eran un reflejo distinto de todo lo que ella se imaginaba y que no quería aceptar. Nos veía a Bill y a mí muy unidos; inclusive ahora con dieciocho años cumplidos, ya no nos decía nada, ya no nos recriminaba por cualquier cosa nimia. Solo trataba de buscar cualquier escusa para separarnos, cualquiera.

El solo hecho de pensar que sus dos únicos hijos mantienen una especie de relación era algo difícil de creer, de pensar, de asimilar… algo enfermo. Solo quiere pensar que es una mala jugada de su mente y que lo que dicen los vecinos son puras estupideces. ¿Cómo sus hijos pueden hacer eso? A la larga solo termino creando otra realidad en donde Bill y yo, no estábamos la mayor parte del tiempo juntos. Que tal vez uno estaría con sus amigos y el otro con su novia que algún día le presentaría.

La realidad era que Bill y yo no podíamos esconder a simple vista lo que sentíamos. Era un desafío que ninguno de los dos aceptábamos, muchas veces lo intentamos pero terminamos cediendo.

Esa era la mentira que nuestra madre había creado y que ella veía adecuada. Todo el tiempo se la pasaba buscando escusas, para tratar de no pensar en lo evidente. En lo cruel y despiadada que podía ser la verdad. No quería enfrentarnos, no quería aceptarlo, no quería verlo. Pero ese día tarde o temprano llegaría.

Beautiful LieWhere stories live. Discover now