Volví a sentir una sacudida, pero esta vez fue muy diferente ya que mí cabeza fue a dar directo al suelo.

- ¡Les dije que tuvieran cuidado!- Claramente esa era la vos de Sebastian.

Sin pensarlo dos veces giré mí cuerpo para poder ver quiénes eran, me dolía la nariz.

- Oigan, le rompieron la nariz. - Desde la puerta de la habitación, Lewis Hamilton dió su maravillosa opinión.

Coloqué mis manos en mí nariz para ver si seguía en su lugar, todo bien pero estaba sangrando. Un puchero se instaló en mí boca cuando me di cuenta del dolor que sentía.

- Oh, la hicimos llorar.

Estaba teniendo un fin de semana de mierda, hacia muchísimo calor, estaba de mal humor, Lotus estaba más estricto que nunca y ahora probablemente mí nariz estaba rota. Obviamente que iba a estar llorando Max Emilian Verstappen.

- No llores Maggy, sigues estando hermosa.

Vettel y Hamilton miraron a Lando como si le hubiese salido un tercer ojo ¿Tan horrible me veía? El piloto de Mercedes se acercó al pequeño círculo que habíamos formado, me ayudó a sentarme y llamó al equipo de enfermería de la FIA.

No había nada de que preocuparse, me pusieron un parche en la nariz y me dijeron que tomara una pastilla para calmar el dolor. Luego de eso, simplemente me fui a dormir ya que no quería ver a nadie.

°•°•°

Llegó el domingo y aparentemente el único que estaba haciendo las cosas bien era Charles, había quedado primero en la clasificación y el equipo de Ferrari no podía estar más contento.

Hablando de equipos, Walter y Spencer querían asesinar a Max por haberme tirado de la silla. Había tenido un buen rendimiento en la carrera, había quedado sexta, si bien no era muy adelante estaba bien para mí. No me caracterizaba por quedar adelante, sino por la rapidez con la que corría.

Me coloque el mono verde y fui a buscar comida al Paddock, tenía antojos de comer algo dulce. Estaba caminando, tratando de esquivar a las personas que se encontraban por la "calle" no funcionó mucho porque una cámara y un periodista de Sky sports f1 se me acercó ha hacerme una s preguntas.

- Hola Maggy ¿Cómo estás?

- Oh bien, en este momento me dirigía a Lotus para poder comer.

- ¿Podemos acompañarte?

Quería decirles que no, que no estaba de humor para aguantar personas y menos si iban a estar haciendo preguntas. Pero si me negaba, estaba la posibilidad de que Walter se enojase o que hablaran mal de mí por no aceptar su compañía.

- Claro.

Entré a las instalaciones y me dirigí a la parte de comida, saludé a los cocineros y algunos empleados que se encontraban deambulando por ahí. Luego de elegir un café y unas galletitas, me senté en una mesa para cuatro. El periodista se sentó frente a mí.

- ¿Quieres una galleta?

Negó con su cabeza mientras hablaba con su camarógrafo. Una mueca salió de mis labios cuando al intentar tomar de mí taza me había golpeado mí nariz.

Mini Schumi - Formula OneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora