- Iremos a ver a Frank, pero si nos pregunta estamos viendo a Ralf. - estiró su brazo a la pequeña en frente suya. - ¿Trato?

La niña se río y abrazó por el cuello a su padre - Trato.

El mayor se levantó para empezar a caminar hacia el Motorhome de Williams, no entendía como la infante podía reconocer a tantas personas a sus cortos cuatro años.

- ¡Mí Schumacher favorita! - El gritó del Sir, retumbó por todo el lugar.

- ¡Oye! - la queja de los hermanos fue ignorada por el hombre, quién no dudo en abrazar a Margaret.

- Adivina que tengo para ti hoy.

Los ojos de la niña se iluminaron al oír al británico decir aquello, busco la aprobación de su padre en su mirada. Michael asintió con la cabeza mientras que se dirigía dónde estaba su hermano.

- ¿Es dulce?

- Sí.

- ¿Es inglés?

Frank simuló pensar - Lo puedes conseguir en cualquier país.

- No lo sé, dime granfa Frank

El dueño de Williams sonrió cuando escuchó como era llamado, nadie más solo ella lo llamaba Abuelo.

- Te he traído helado.

Luego de un rato, Michael se acercó a ambos, le limpió la cara a su hija ya que estaba embarrada en helado de chocolate y volvieron a dirigirse al pitstop de Ferrari. En el camino se encontraron con Jos y Max Verstappen, con quienes compartieron algunas palabras.

Los niños solían hablar muy a menudo, o por lo menos cuando la niña estaba con Michael, sus padres aprovechaban esto para hacerlos competir entre ellos en kartings algunos findes de semana o en cualquier otra cosa que pudieran hacer a sus cortos años.

Se volvieron a sentar en las sillas de los pilotos, está vez el Kaiser había optado por poner a la niña a dormir una pequeña siesta ya que faltaba una hora para que empezaran las vueltas de prueba. Mientras esperaba, algunas personas se acercaban a él para hablar de su carrera y de la pequeña en sus brazos. Lo único que hacía el alemán era acariciar el cabello de Peggy y responder todo tipo de preguntas.

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Hermülheim, Alemania

Una niña rubia de aproximadamente ocho años se encontraba encerrada en el baño de la escuela. La directora de la Institución se encontraba fuera de este, esperando al padre de su estudiante. La mujer no entendía mucho que había sucedido, una de las maestras la había llamado luego de una discusión entre los niños de segundo grado.

Por el pasillo del Colegio, se vio como un hombre rubio vestido de rojo atravesaba algunas puertas. En su cara se demostraba la inquietud y la disconformidad sobre el llamado que había recibido. Si bien, el piloto ya no corría en la Fórmula 1, estaba tratando de volver a entrar a un equipo de su deporte favorito.

- Buenos días Señor Schumacher, soy la Directora Stevenson.

- Hola ¿Qué ha sucedido con mi hija?

La mujer de grandes ojos azules comenzó a explicarle lo que ella había entendido, cambiando algunas cosas para que su prestigiosa institución no se viera perjudicada. El piloto, luego de escuchar lo comentado se dirigió al baño para saber cómo se encontraba la niña.

- ¿Peggy?

Espero unos segundo en los cuales se escuchaban los sollozos de su hija.

- ¿Papi?

Mini Schumi - Formula OneKde žijí příběhy. Začni objevovat