—Nada importante. —era obvio que mentía.

—¿No están viendo nada interesante? —preguntó RenJun— A mí me dijeron que quinto año era el más pesado pero el mejor. Dicen que ahí por fin puedes leer los grimorios.

—Eso es verdad, ahora mismo estamos leyendo El arte de atraer a los espíritus dentro de los cristales de Trithemius. Aunque en cuarto te dan un adelanto de El Kybalion.

Los grimorios eran libros avanzados. Solo los mayores y expertos tenían acceso a leerlos, ya que sus temas eran muy complejos. Varios de ellos son considerados fantasiosos e irreales por los humanos, como El Necronomicon. Ellos pensaron que era un simple invención, pero no se imaginaron que nosotros lo recuperamos y ocultamos su existencia. Uno de ellos lo había robado, no se sabe cómo, pero habría sido muy peligroso para nosotros si llegaban a analizar su contenido.

Conversaron un poco más hasta que se escuchó a alguien llamando a la puerta, de nuevo. Ya me estaba molestando un poco, yo había venido aquí por algo de paz y soledad, pero cuando los demás lo necesitaban era yo el que debía marcharse a su habitación. Bueno, no solo yo, a Hendery también lo botaban.

RenJun abrió la puerta, pues era el que más cerca se encontraba de ella, dejándonos ver a Lee TaeYong, tan pulcro y ordenado como siempre.

—Kun, DeJun, SiWon quiere verlos. —dijo mirando a Kun, sin molestarse en saludarnos.

—¿Y Tao?

—Ya está allá.

Algo que odiaba de los vampiros, era lo altivos que se mostraban. Todos eran iguales, siempre tan elegantes y creyéndose superiores, con sus rostros pálidos y marcados. A mí no me engañaban, Kun podría hablar todo lo que quisiera de las cualidades de TaeYong, pero yo no me dejaba convencer.

Se despidieron con un simple movimiento de cabeza, Kun intentó sonreír pero le quedó como una mueca medio rara. Cerraron la puerta al salir.

Nos quedamos unos segundos en silencio hasta que cerré mi libro con fuerza y me paré. Podía estudiar luego, ahora había algo que no me dejaba tranquilo y tenía que resolverlo.

—¿Vieron cómo se portaron? Algo nos están ocultando. —hablé en voz alta.

—Sí, yo también lo sentí.

RenJun y yo miramos a Hendery a la espera de algún comentario, pero el muy tonto lo único que hizo fue sonreír incómodo y voltear los ojos. Él podría tener un don y habilidades destacables, pero era pésimo para mentir, el peor. Era como si ni siquiera se esforzara en ocultarlo.

—Abre la boca. —dijo RenJun al ver su reacción.

Spill the tea.

No es nada, debe ser una de sus cosas aburridas de séniors de las que siempre hablan. —respondió evitando nuestra mirada.

—¿Ya te dijimos que apestas mintiendo?

Jun y yo nos fuimos acercando a él, acorralándolo contra una de las paredes. No escaparía sin contarnos lo que sabía.

Puse una sonrisa maliciosa, listo para saltarle encima y hacerle unas buenas cosquillas hasta que se rinda, pero, de la nada, un chorro de agua cayó directo a mi cara. Un poco de ella entro a mi boca y nariz y empecé a toser con brusquedad. ¡Casi me ahoga!

—¡Regresa aquí, cobarde!

La puerta se cerró con un fuerte estruendo, pero no le di importancia. Ahora solo buscaba algo con lo que secarme y me concentraba en tranquilizar mi respiración. Seguía tosiendo descontroladamente, intentando botar el agua que había entrado por mi boca. Me las iba a pagar, no sé cómo pero algo planearía.

Tenebris Where stories live. Discover now