Epílogo

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Riven

Ha pasado una semana desde que Barbara y sus padres dejaron de hablarse, la veo más distante conmigo. No era la idea de matrimonio que había pensado, era como si hubiéramos vuelto a ser como al principio de nuestro matrimonio, solo que cambiamos los roles. Tenía decidido sacarla a cenar, llevarla a bailar y no se, algo más, si ella quería.

Le llamé desde mi oficina que salía rumbo a casa y decirle lo que tenía pensado para hoy pero no me contestaba el teléfono.

Llegue a casa y abrí.

-Angel, estoy en casa- Dije gritando y entrando al salón, pare en seco, era lo ultimo que queria encontrarme.

-Riven, creo que es momento que aclaremos algunas cosas- Dijo Barbara, Rachael estaba sentada al lado de ella, me miro y me regaló una sonrisa.

-¿Qué haces aquí?- Dije sonriendole de regreso, me alegraba que estuviera de regreso.

-Será mejor que hablen entre ustedes, yo estoy sobrando en este momento, siempre lo estuve- La mire confundido, se levantó del sofá y se puso delante de mi. -No te preocupes, yo le explique algo, tratala bien es una buena chica- No sabia de que estaba hablando, o tal vez me hacía una idea, salió del salón rumbo a nuestra habitación. Luego hablaría con ella.

Regrese mi vista a Rachael, no había cambiado mucho, se veía algo triste.

-Tanto tiempo- Le dije con una sonrisa, ella asintió y bajó la mirada. Me senté al lado de ella.

-Sabes, hace unos meses si Barbara me hubiera dicho que su matrimonio estaba acabado, yo me hubiera tirado a tus brazos- No supe qué decir, yo hubiera hecho lo mismo, pero ambos sabíamos que esto no iba a funcionar.

-Creo que ambos hemos cambiado de opinión, nunca nos amamos, solo era comprension, algo que jamas tuvimos con otra persona- Dije mirando hacia la nada, al parecer ella venia a cerrar el ciclo que a ambos nos confundió por meses.

-Creo que te odie, por muchos meses, pero gracias a ti conocí al hombre de mi vida, tienes razón, bueno debo irme, Maurice me espera en la entrada- Dijo lanzando un suspiro y yo asentí, no la iba a olvidar, eso era seguro, pero una morena de ojos grises ocupaba mi mente en estos momentos.

-Buena suerte, mereces ser feliz, lastima que yo te haya hecho sufrir por mucho tiempo- Hice una pausa y le tome la mano. -Cuida a ese chico, es grande pero su corazón es algo delicado- Dije en tono de broma y ella me dio un empujón juguetón.

-Me enoje mucho cuando supe que él trabajaba para tí, me mintio solo para acercarse a mi- Dijo de manera triste. -Pero no voy a encontrar a un hombre así en mi vida, y tengo entendido que solo se enamoran las personas una vez, yo me enamore de maurice- Me miro a los ojos y pude ver sinceridad, y amor.

-Como te dije buena suerte, espero que algún día nos volvamos a ver, tal vez para la boda- Le di una sonrisa, estaba feliz por ella, ella merecía ser feliz.

-Claro que sí, lo mismo digo, adios- Me dio un beso en la mejilla y salió de la casa, me quede mirando hacia donde ella se había ido por unos minutos y luego salí en busca de Barbara.

Subí la escalera y la busque, primero en la habitación, luego en el baño, la busque por toda la casa.

Ella se había ido, sus cosas no estaban, solo esperaba que no me haya dejado solo, solo y con mi corazón en sus manos.

Barbara

Salí de casa con lágrimas en los ojos, tomé mis cosas, cuando baje la escalera vi que Riven había tomado la mano de Rachael, como si la hubiera extrañado por mucho tiempo, el la amaba, yo no podía quitarle esa felicidad, aunque el me haya hecho daño, yo no puedo hacerle lo mismo, solo quedaba rezar, llorar, saldría del país, me tomaría un tiempo, yo sola, pero mis hermanos están conmigo, aunque mis padres no lo están, mis amigas. Pero lo que más voy a extrañar va a ser a Riven, el hombre que me destrozo, pero qué me reparo.

Not aloneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora