Capitulo 20

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Por primera vez en la vida tengo una desagradable emoción al ver el rostro de Elena. Las imágenes de mis años de sumiso me atropellan de repente y afloran la frustración, impotencia pero sobre todo furia que acumule durante todos los años que estuve a su lado. Recuerdo el dolor cuando latigaba mi pecho y los gritos ahogados que nunca brotaron de mi boca por seguir la estúpida obediencia que ella me exigía.  Ahora logro entender que no era control lo que quería de mí. Era simple y pura manipulación de mis sentimientos. 

Junto al rostro de Elena se encuentran esparcidos pedazos de la cerradura. Observo la puerta  y veo un agujero que me hace comprender lo sucedido. Sawyer  le disparó para poder ingresar, porque debieron cerrarla por dentro. Sé que Ana no haría tal cosa, y menos con todas las recomendaciones de seguridad que se le dieron para no corres riesgos  con su embarazo. Debió hacerlo Elena y eso sólo significa una cosa. Quería hacerle daño a mi esposa deliberadamente, no fue únicamente un encuentro desagradable. Mi teléfono suena y es nuevamente Ana, pero no puedo contestarle  porque se que me pedirá que vuelva a su lado. Lo mando a buzón. Luego arreglaré las cosas con ella. 

-Sawyer levanta a la Señora Lincoln y déjanos solos--le ordeno mientras apago mi teléfono y lo pongo de nuevo en el bolsillo de la chaqueta. 

-Señor, no creo que sea una…--se detiene cuando alzo la vista y lo fulmino con la mirada. No está en posición de alegar sobre la seguridad, más aun cuando dejo que Ana corriera peligro. Pero luego me encargare de él. 

-Esta bien señor, estaré esperando sus indicaciones tras la puerta. 

Sawyer levanta a Elena y la ayuda a recostarse sobre el mesón de los lavamanos, luego sale de mi vista pero sé que está atento del otro lado de la puerta. 

-Que demonios hiciste Elena--le susurro. Mi voz es engañosamente baja pero impregnada de  desdén. Veo que ella esta intentando descifrar mis intenciones mientras nos observamos.  

-Límpiame el labio para poder explicarte--murmura sonriendo mientras levanta su rostro y se acerca a mi. No puedo ocultar el asco que me produciría volver a tocarla y ella lo nota porque su sonrisa desaparece. 

“Esta bien--responde frustrada y suelta un suspiro--¿Podrías desatarme?, aunque no lo creas es algo que no estoy disfrutando. 

-¡Swayer!--grito aunque no sea necesario porque sé que está pendiente tras la puerta. 

-Señor--en cuestión de segundos se encuentra a mi lado. 

-Desátala--le ordeno.Realmente no quiero tocarla.Tan sólo tener que respirar su mismo aire es venenoso.Únicamente en ese momento soy consiente que Elena está atada con la corbata de Sawyer. Cuando esta liberada se frota las muñecas con sus manos y se queda boquiabierta por el comentario de  éste.   

-Que fastidio, tendré que deshacerme de ella--dice Sawyer mirando su corbata y luego a Elena antes de salir. 

-Se refiere a la corbata, ¿verdad?--pregunta angustiada y tratando de obtener tranquilidad de mi parte, asegurándole que nada le va a pasar. Pero no estoy dispuesto a dársela.  

-No lo se.En algunas ocasiones por cuestiones de seguridad hacen cosas sin consultarme--le respondo burlón. Sawyer a logrado aligerar mi enojo hacia él porque ha logrado confundirla, pero sobre todo porque se que haría cualquier cosa por mi Ana. 

-Ya veo, ahora estás perdiendo hasta el control del personal, te has convertido en un hombre débil, es lo único de lo que se habla en la comunidad--ahora es ella la que trata de burlarse de mí. Toma una toalla de manos y comienza a limpiarse sin dejar de observarme a través del espejo. 

-¿Y tú  crees que me importa lo que piensen de mi?, no seas estúpida Elena, soy más feliz que toda la comunidad reunida--mis palabras finalmente la desestabilizan por que tira la toalla y se gira para enfrentarme. Tal parece que no le importa que yo sea feliz. Flynn, mi madre y Ana tienen razón, esta mujer es lo peor que pudo haberme pasado en la vida. 

Siluetas de Cincuenta SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora