Capitulo 10

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Me despierto demasiado temprano después de una mala noche, tuve sueños angustiantes con Ana que se esfuman de mi mente y que en realidad no quisiera recordar. Mientras una leve intensión de luz se escurre por el ventanal, observo como casi todos los días, a mi esposa que logra dormir plácidamente. Es algo que envidio de Ana, la facilidad con que ella se entrega a los brazos de Morfeo. Me siento en la cama y veo en el reloj que faltan cinco minutos para las seis, me gustaría irme al trabajo pero como Taylor está disfrutando realmente de la compañía de Sophie, no quisiera privarlo del desayuno con su hija.

Tampoco quiero ir a mi estudio ya que cierto cuaderno verde se encuentra en mi cajón, obviamente puesto por Ana desde el lunes dos de enero. Sé que acordé leerlo en este mes, pero solo lo haré en fin de semana ya que tal vez pueda afectarme en un día laboral, así que decido salir a correr solo y tratar de despejar mi mente. Me pongo la ropa deportiva y mientras salgo de la casa le dejo un mensaje a Taylor dándole a conocer mis planes, y mi tentativa hora de llegada. Salgo y mi mente comienza a trabajar.

La idea de que mi Ted decida no esperar hasta el 20 de mayo para nacer, como me expresó anoche Ana, es algo que me preocupa enormemente. No quiero que nada este fuera de control, no quiero sorpresas de último minuto. Si Ana aceptara realizarse la cesárea, el protocolo para el gran día sería mucho más simple, pero tengo que aceptar la posibilidad de que mi hijo sea terco como su madre y quiera hacer las cosas a su modo por simple gusto. Por eso debo mejorar el protocolo para emergencia y reajustarlo para cubrir todas las posibilidades para el nacimiento.Será el protocolo para el parto natural.

Taylor ya se encuentra realizando algunos ajustes para el gran día, yo aún sigo pesando en el nombre clave con el que identificaremos ese momento. No me gusta la sugerencia de Taylor en denominarlo como "Día D" ya que es un término militar que refiere un día de ataque o combate, mi Ted es tan sagrado que no puedo dejar que su llegada sea definida por un término bélico.

Hago un recuento mental de todas las cosas que deben estar preparadas y cada ajuste que se requiere, sin embargo no siento que me den suficiente control para tranquilizarme. Finalmente y sin darme cuenta me encuentro afuera de casa de mis padres y mi sorpresa es aún mayor cuando las puertas de la enorme casa se abren.

-¿Qué Mia, para dónde vas?--le digo autoritariamente cuando la alcanzo mientras ella se baja del auto.

-Oh Cristian, ¿qué haces aquí tan temprano?--me contesta sorprendida al verme.

-Corría. Ahora contéstame--quiero una explicación ahora.

-No seas tan controlador Christian, tan solo me voy de fin de semana con Ethan, nos vamos a Las Vegas--me responde con su habitual alegría y con una enorme sonrisa en la cara.

-¿Mamá sabe de esto?

-Sabe que me voy de fin de semana con Ethan, pero no le dije a donde. Ya sabes lo que piensa de Las Vegas--contesta con una mueca.

-¿No estarás huyendo para casarte?--le pregunto muy alarmado mientras le tomo los brazos. Ella suelta un bufido de disgusto mientras afloja mi agarre.

-No seas ridículo Christian, cuando decida casarme tendré las más espectacular de las bodas, no una estúpida celebración con una tonta imitación de Elvis.

Me tranquilizo inmediatamente porque sé que dice la verdad, mi pequeña hermana probablemente está planeando ese día desde que tenía siete años.Que idiota fui tan solo de pensarlo, pero supongo que las preocupaciones están llenando mi cabeza de absurdas situaciones.

-Está bien, pero me gustaría que tuvieran protección personal, puedo organizar ya mismo con Welch la seguridad--le digo mientras tomo mi BlackBerry, pero ella inmediatamente me detiene.

Siluetas de Cincuenta SombrasWhere stories live. Discover now