Capitulo 14

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Ana continúa caminando apresuradamente hacia la cocina dejando el teléfono encima de la barra. No se gira para contestar, más bien agiliza el paso. ¡Si que debe tener hambre! Cuando finalmente llega al refrigerador vuelvo a preguntarle, tal vez no me escuchó.

-¿Ana, a quien piensas llamar?

Ella se sumerge en el refrigerador buscando su jugo de mango y desde las profundidades de éste me contesta.

-Voy a llamar a tu madre--me dije. Cierra la puerta del refrigerador con la jarra en su mano y se dirige a la alacena en busca de un vaso. Está ruborizada y tiene una expresión culpable en el rostro. Supongo que se siente avergonzada de que yo sepa que le iba a contar a mi madre que estoy leyendo el diario, pero a decir verdad no me molesta, de hecho me sorprende que aun no lo haya hecho.

-Está bien--le contesto tranquilamente. --¿Puedes regalarme algo más de te? El que me diste ya se enfrió--ella se gira y me mira con una suave sonrisa un poco más relajada. La observo mientras se mueve por la cocina y noto que está descalza. Me recuerda cuando tan solo hace algunos meses bromeamos sobre ello y me parece increíble que esté sucediendo. Ahora me siento cómodo y feliz con esta situación.

-¿Cómo vas con el diario y qué has encontrado?--pregunta mientras prepara mi té. Debe de sentirse ansiosa por saber como lo estoy manejando. Ella sabe que mi supuesta tranquilidad es tan solo una fachada.

-No mucho--le contesto mientras me encojo de hombros--.Dice que extrañaba a su padre y habla sobre la tensa relación que llevaba con su madre. Cuenta que consiguió trabajo en un hotel por que manejaba bien el ingles y el español, y también que conoció dos chicos interesantes para ella--le narro los hechos como si no tuvieran mayor valor pero tengo que admitir que se torna incómodamente atrayente.

-¿Interesantes?--pregunta Ana con el ceño fruncido mientras coloca la taza frente a mí y comienza a servir el agua. Afortunadamente esta vez no utilizo uno de plástico.

-Si, tal parece que ambos le gustaban-- respondo mientras sumerjo la bolsita en el agua.

-¿Crees que alguno sea tu padre?

-No lo se, tal vez sólo sean los primeros en la larga lista de sus hombres--.Ana me mira y frunce sus labios. Creo que mi comentario no le gusta, pero por suerte no contesta y vierte el jugo en su vaso.

-A decir verdad serian el segundo y el tercero, tuvo anteriormente un chico con el que empezó su vida sexual.

-Bueno, no todos los hombres pueden encontrar al amor de su vida aun siendo virgen--comenta con una sonrisa picara.

-No, soy muy afortunado de haberlo logrado, y me enorgullece aún más haberte convertido en una glotona--.Le devuelvo una sonrisa aún más pícara. Tal vez deberíamos nuevamente volver al cuarto de juegos.

-Ni lo pienses Grey--contesta como si me hubiera leído la mente--.Tienes que terminar el diario y yo tengo que continuar con mi libro--se lleva el jugo a su boca y lo bebe como si llevara tres días en un desierto. Es divertido de ver. Yo tomo mi té mientras me preparo mentalmente para volver a mi lectura.

Ana rodea la mesa y me abraza por detrás, es muy dulce sentir su vientre de 22 semanas en mi espalda. Espera a que termine el té y finalmente me suelta.

-Vamos, tenemos que continuar--dice mientras toma mi mano arrastrándome hacia el cuarto de televisión.

-Espera--la detengo y tomo su teléfono de la mesa--.No olvides que ibas a llamar a mi madre--ella lo toma y nuevamente se ruboriza--.No te preocupes, se que vas a contarle que estoy leyendo el diario, solo asegúrate que no venga, no quiero visitas--. Ana suelta un suspiro y marca.

Siluetas de Cincuenta SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora