Capitulo cinco

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Con el tiempo me había vuelto ambiciosa y aunque no necesitaba absolutamente nada... yo lo quería todo.

Este juego se había vuelto divertido y es que tantos años de paz sólo significaba que el enemigo planeaba quitarmelo todo y yo fui una estupida al caer  y peor aún... caer ciegamente enamorada de alguien que aceptó la paga de unas cuantas monedas por mi vida... y me enfurece tanto el hecho de no saber cuánto le ofrecieron por mi cabeza me pone tan de malas... ¿¡Cuánto vale mi vida!?.
Es algo que me cuestionaba constantemente o será que el señor Min ¿realmente se enamoró de alguien como yo? Esos pensamientos vienen a mí cada que recuerdo nuestro último encuentro y cada que lo pienso termino peor  castigandome y torturando mi mente con un posible "¿porqué?" Digo... inteligente no soy. Mira que meterlo a casa a sabiendas de mis sentimientos... esa fue la primera alarma que sonó y yo sólo pensaba con el corazón... la ignoré.
Yo bien pude alejarme de él y seguir con mis negocios, era consciente que cada que alguien se acercaba a mí resultaba que coincidíamos con Min Yoongi, se supone que él sólo era un pianista, uno muy bueno a decir verdad,  no un maldito traficante.

————Mi señora. Escuché unos cuantos golpes en la enorme puerta de metal.——debemos irnos de aquí, la casa en los subterráneos está lista. Me puse de pie y sacudí mis jeans con enfado, estar a la espera perdiendo el tiempo me hace divagar de más avivando los sentimientos que intentaba enterrar.

————-La mercancía. Coloque el enorme abrigo color negro sobre mis hombros mirando a Jeon a los ojos.———La mercancía está intacta, ¿cierto?. Arque una ceja al preguntar y Coloque un cigarrillo en mis labios para pronto recibir fuego del elegante encendedor de mi compañero.

———-La mercancía, el dinero... todo está intacto en el subterráneo. Ofrecí un cigarrillo y sin pensarlo lo tomó entre sus dedos para prenderle fuego. Caminamos hacia la salida de la cabaña para encontrar a mis hombres cargando los Todo terreno.———Creo que no buscaban nada de eso, ellos sólo iban tras de usted y eso es algo que me preocupa. Dio un larga y profunda calada al cigarrillo mientras yo sonreía tras escalofriante comentario.

————Entonces veamos quién muere primero. Le di una leve palmada en el hombro y caminé hacia Korn quién me  tendió un chaleco antibalas y un arma la cual no dude en aceptar.
Habiendo colocado el chaleco me trepe al jeep dando marcha a lo que sería nuestro nuevo escondite, cruzando  la frontera... era obvio que debía permanecer ahí, sólo un loco suicida entraría a Corea del Norte.








Habían pasado pocas horas... no sé cuantas pero en cuanto las luces cegadoras de unos faros apuntaron directo a nosotros nos detuvimos.

—————-Diles que quiten esa mierda de mis ojos Jeon... vaya forma de recibir a sus invitados. Espete molesta.

—————En seguida arreglo esto mi señora.

Jeon bajó del Jeep y se dirigió a una especie de caseta de vigilancia, segundos después apagaron las luces, lo vi correr de regreso hacia mí.

—————Mi señora... el Jefe de batallón en turno quiere saludarla si no es molestia. Me miró firmemente.————Tiene algo muy importante que decirle.

—————Con un carajo. Coloque mi dedo pulgar e índice sobre mi frente.———¿Saludar he? ¿Un simple Jefe en turno? Benditos buenos modales que se carga... maldito inconsciente... solo quiero llegar a casa y dormir, no andar estrechando manos pajeras. Escuche una leve risilla reprimida por parte de mis hombres.
——————Dile que tiene un minuto, necesito comer... consígueme carne Jeon, mucha carne. Saque un cigarrillo de la cajetilla de plata que perteneció a mi Padre.
Esperaba fuego del elegante encendedor de Jeon pero unas finas y blancas manos entraron por la ventana quedando frente a mí ofreciendo fuego de su encendedor de colores... ¿Un maldito hippie? Di la primera calada a mi cigarrillo.

Magnolia +18 JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora