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Khalid está oficialmente asustado. Ha vomitado durante el despegue en la bolsita hasta casi llenarla. Él quería saltar por encima de nosotras, puesto que mi madre y yo estamos sentadas cada una a un lado de él, como si aquello fuera una pista para practicar parkour. Las dos hemos tenido que agarrarlo literalmente al asiento entre arcada y arcada. El olor a vomito es vomitivo, valga la redundancia, en nuestro paseo hasta el baño una vez que la señal del cinturón se ha apagado. 

-Tira la bolsa ahí -le digo a Khalid mientras señalo la papelera del baño, que comenzará a apestar a vomito en pocos segundos. 

Khalid tira la bolsa y se tapa la mano con la boca. 

-¡En el váter! ¡En el váter! -ordeno con desesperación mientras señalo en retrete detrás de Khalid y dentro de la pequeña cabina que supone el baño. 

-¿Todo bien por aquí? -pregunta un azafato amablemente, acercándose a nosotros por el pasillo. 

Empujo un poco la puerta para ofrecerle algo de intimidad a Khalid mientras expulsa las tripas por la boca y sonrío hacia el joven hombre. 

-Sí -respondo con la misma amabilidad que él me ha mostrado-. Es que es su primera vez. Volando -aclaro con una suave risita inocente-. No vomitando. 

El azafato hace una mueca ante mi broma. 

-Avisadme si necesitáis algo -murmura a modo de despedida. 

-¡Gracias! -exclamo a su espalda. 

Abro de nuevo la puerta del baño y me asomo al interior. Khalid, vestido con vaqueros y camiseta negra, se encuentra de rodillas, las manos agarrando la tapa del retrete. Y sí, siento asco porque la está agarrando, y sí también siento asco por la papilla que hay dentro del mismo. En resumen, este vuelo es un asco. 

-Esto es un infierno -murmura Khalid con voz ahogada. 

Me apoyo contra el marco de la puerta y cruzo los brazos. 

-Pues estamos, literalmente, en el cielo... -apunto con una sonrisa, a pesar de la mala situación en la que él se encuentra. 

Khalid gruñe. 

-Venga -le animo mientras doy un paso dentro del diminuto baño y me aprieto el hombro para confortarle-, seguro que te sientes mejor en unos segundos. Además, el hombre del aeropuerto ha pensado que eras... lo suficientemente guapo para trabajar con él. 

Sí, lo admito, traducir «modelo», no está en mi vocabulario. 

-¿Eso es bueno? -pregunta él con escepticismo. 

-Supongo... -murmuro-. Espera que te traigo agua. 

Me deslizo fuera de baño y un poco a la izquierda por la pared hasta entrar en la cola del avión. Alargo el brazo hacia el carrillo de las azafatas y cojo una botella de agua que no he pagado. 

-Límpiate la boca ahí -le instruyo mientras abro el grifo del baño para Khalid mientras se levanta del suelo-. Pero no la bebas -le advierto mientras cojo un poco de papel para que se seque la boca-. Bebe esto. Y... será mejor que no comas en todo el vuelo. 

-¿Cuánto tardaremos en llegar? -pregunta él mientras volvemos a nuestros asientos de clase turista. 

-Mucho menos si te quedas dormido -respondo mientras lo dejo pasar delante de mí para que vuelva a su asiento entre nosotras dos. 

***

Khalid y yo hemos visto juntos dos películas, hemos dormido, lo he preparado para lo que va a tener que enfrentar cuando salgamos de este armatoste y he comido mientras veía cómo a Khalid se le caía la baba por no poder probar bocado. 

LA HIJA DEL TIEMPO (ANTIGUO EGIPTO)Where stories live. Discover now