Capítulo 1

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1 de febrero 2018

Hudson Square, New York.

Olivia se despierta por el sonido de la molestosa alarma, son las 8 de la mañana y en una hora tiene que salir a la universidad. Está en su último cuatrimestre de Arquitectura. Por suerte sus padres la apoyaron desde que les dijo que quería estudiar. A sus padres los cataloga como los mejores padres, ejemplares y trabajadores a pesar de que le dedican poco tiempo por sus trabajos.

Sale de la cama, calza sus sandalias blancas y va hasta su tocador, toma un tónico y lo aplica en su rostro, luego una crema debajo de los ojos y por último vitamina E en las pestañas. Entra al enorme clóset para buscar algo de vestir.  El día promete ser caluroso y debe estar cómoda.

Toma un pantalón de mezclilla rotos en la rodilla y en el muslo izquierdo rasgado, un top blanco de tirantes con dobladillo con volantes y botones en la parte delantera, unos tenis negros de la Marca Capa de Ozono que le regaló su mejor amiga y un cinturón negro. Deja la ropa sobre la cama y va al baño para asearse.  Después de ducharse, maquillarse y vestirse baja para desayunar con sus padres. Los saluda con un beso al igual que a su nana Josefina. Se sientan a comer en silencio, solo se escucha el sonido de los utensilios.

—Buenos días Familia —dice su primo dando un beso en su frente y en la mejilla de sus padres.

—Buenos días Leonardo —dice su padre sonriente.

—¿Tengo que llevarte o te irás en tu coche ? —pregunta sentándose a su lado.

—Me iré en mi auto, pasaré a recoger a Jessica y a Lucia —dice limpiando su boca con delicadeza.

—Perfecto, pues me iré directo al trabajo —dice viendo la hora. Toma el jarrón del jugo y se sirve.

Leonardo es primo de Olivia, hijo de la hermana de su padre Patricio, tiene 23 años de edad, trabaja en la empresa de Patricio, es muy buen amigo, cuida y  cela a Olivia como todo un hermano. Está enamorado de Jessica, aunque ella se empeña en decir que siente cositas por las chicas y no por los chicos. Pero se pone nerviosa  cuando ve a Leo. Es difícil de entender. En cuanto a Olivia , no tiene novio aunque tiene 20 años, está esperando a terminar la universidad para irse a Inglaterra a vivir.

Sale rápido de la casa y sube a su Ferrari 812 GTS, regalo de su madre por sus 20 años. Pone música electrónica, se pongo sus gafas de sol y emprende el camino. Diez minutos después estaciona en la calle en donde viven sus amigas, una al lado de la otra.

Todo el camino fue de canturreos, bailes y chistes de mal gusto. Entran a la cafetería para esperar que pase los 20 minutos antes de empezar las clases.

Algunos los saludan otros simplemente van de prisa. Sus amigas hablan de una fiesta y Olivia ni caso hace, de seguro que sus padres tienen una cena como todos los viernes así que no le vendría mal. No tiene que gastar saliva pidiendo permiso o rompiéndose la cabeza pensando que va a vestir, porque tiene tarjetas de créditos y un clóset enorme.

Siente que alguien la observa y se gira, ve a un chico observarle desde la mesa de la esquina de la cafetería y le sonríe. Hace un gesto con la mano. Olivia lo examina detalladamente, siente que lo ha visto en algún lugar pero no recuerda en donde. Ha ido a tantos lugares que ni sabe en donde pudo haberlo visto.

Las horas pasaron deprisa,las clases fueron un poco aburridas.

Ahora está en su habitación, aburrida y sin saber que hacer. Y pensar que tiene muchas cosas con qué entretenerse, pero mejor decide salir a tomar un café a su cafetería favorita, en donde despeja la mente cuando está estresada. Algunas veces hace sus tareas allí mientras el olor a café y pan caliente invaden sus fosas nasales.

Minutos después algo capta la atención de Olivia. Es el chico de la cafetería de la universidad. Es extraño que lo haya visto ya tres veces. Es como si la persiguiera,porque ya no puede ser casualidad del destino.

Dulce venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora