Capítulo 42 - Detalles

Start from the beginning
                                    

-          No Galdor, no pienses más de lo necesario sobre tu victoria, deberías concentrarte en tu siguiente combate que es en apenas dos días.

¡Qué!, en primer lugar… ¿gané el combate? Y en segundo lugar, ¿en solo dos días?

-          Sí, quiero acelerar un poco nuestro trato, existen algunos pendientes que debo atender y te necesito libre. Y por tu cara veo que no puedes creer haber ganado. Recuerda, dije que debías vencer a Fëanáro, no a su dragón.

-          Pero su Daimus no se activó.

-          Es cierto, pero eso fue obra de Idril, igualmente él ya no podía combatir, solo su dragón, y dentro de las reglas, ganaste. El golpe con la cola del dragón fue para mi mero entretenimiento.

Es un desgraciado, pudo terminar el combate antes.

-          Y bien Galdor, ¿Qué aprendiste?

-          …

-          No te preocupes, no es necesario que me lo digas, solo piénsalo al terminar nuestro trato, ahora, si no te importa, necesito terminar este papeleo y quiero un poco de paz.

Completamente confundido, me retiré de la habitación y fui a mi habitación. Siempre tengo la cabeza llena de dudas cuando hablo con Huor, en ocasiones me pregunto por qué voy a buscarlo… la respuesta es simple, me ayuda a ver algo que no noté a primera vista.

No había entrenado con tanta fuerza desde que llegué al Credo… ¿Cuánto tiempo he estado aquí? Sé que un remplazo ocupa mi lugar en el mundo humano, no es que extrañe estar ahí, pero no quiero abandonar esa parte de mí. Aunque aquí he cambiado, me he vuelto más disciplinado, aunque Lólindir no lo crea así.

He aprendido varias cosas, he cuidado mi cuerpo, paso más tiempo en la biblioteca y cada vez manejo mejor mis ojos… pero eso no es todo, qué pasó con los sueños que tenía antes. Así fue como entendí que no tenía sueños… no me importaba la escuela, mi familia, ni nada, pero aquí es muy diferente, tengo una motivación, puede que sea absurda pero aquí me siento motivado.

¿Qué he aprendido? Desde que llegué muchas cosas, incluso llegué a conocerme mejor. En los últimos combates aprendí sobre el uso de la energía, los objetos, combate y ser adaptable. Pero nada de eso importa si no se tiene fuerza.

Fuerza para seguir adelante, fuerza de voluntad, de querer conquistar nuevas metas. Pues estas son mis primeras metas, jamás me sentí así en mi vida. Puede que sea el destino, aunque no crea en ellos, pero ahora mismo no sé en qué creer. No sé quién soy, pero quiero continuar aquí. Ya no quiero regresar, no quiero volver a sentirme vacío, no quiero sentir que no tengo motivos ni propósitos, no quiero volver a esa mierda de vida.

Es interesante como esos pequeños detalles son los que pueden cambiar las cosas completamente… detalles… detalles. Solté una carcajada reprimida, ese Huor sabe lo que hace, me lo dijo desde un principio, no existe una forma de entrenar, cada uno debe hacer lo necesario para mejorar, ellos solo me darán cierto apoyo. Mi habilidad es ver, y descubrir esos detalles es lo que me ha ayudado a ganar mis combates. El detalle de como maneja Finrod su energía, como Fëanáro interactuaba con Idril, todo eso me dio la victoria.

Así que he entrenado mis ojos sin darme cuenta, todo era planeado al parecer. Sonreí un momento y me sentí engañado al mismo tiempo. Ahora entiendo.

Mi momento de reflexión fue interrumpido por alguien que golpeaba la puerta, al abrirla se encontraba Lúthien con la mirada al suelo, evito hacer cualquier contacto visual conmigo.

-          Hola Galdor, solo te quiero confirmar que tu combate será en la cúpula cuatro dentro de dos días a las cinco de la tarde.

-          Gracias.

Ella asintió con la cabeza y trató de alejarse lo más rápido posible.

-          Espera… tengo que decirte algo.

Lúthien paró en seco y no giró a verme y se quedó completamente callada.

-          Aun no entiendo la última cachetada que me propinaste, pero seguramente me lo merecía. Imagino que una disculpa no será suficiente, pero tengo que decirte algo muy importante. A pesar de no compartir mucho tiempo juntos, sé que te preocupas por mí y estoy totalmente agradecido por ello. Lamento si mis acciones te han herido de alguna forma, pero trataré de cambiar eso… no me gusta verte enojada y mucho menos triste.

Ella voltea con una lagrima en el rostro, su voz era firme, pero con una gran carga de dolor.

-          No lo entiendes Galdor, no se trata de pedirme disculpas, no tienes ni una idea de lo que estás haciendo ni lo problemas que provocarás. Y lo peor de todo, aunque trate de evitarlo me ignorarás.

-          No es cier…

-          ¡Cállate! Es totalmente cierto, no sé por qué tienes esta estúpida campaña para cumplir tus caprichos, pero lastimarás a varias personas.

-          No… no lo entiendo.

-          ¡No! No lo entiendes, ese es el problema, crees entender las cosas y te crees con la capacidad de jugar con tu propia vida.

-          ¿De qué me hablas?

-          No tiene caso que siga hablando… por cierto, tu combate será de dos contra uno. Merenwen y Nindë serán tus adversarías.

Giró y se fue con paso apresurado, limpiando la lágrima que corría por su rostro. Hace dos minutos entendí que necesitaba ver los detalles, al parecer estoy más ciego de lo que pensaba. Al cerrar la puerta mi mente reaccionó… Merenwen y Nindë… será una pelea difícil.

El Credo - IniciaciónWhere stories live. Discover now