—¿Lo saben ya papá y mamá? —le preguntó Fred a Ginny.

—Sí, ya lo han visto. Llegaron hace una hora. Ahora están en el despacho de Dumbledore, pero no tardarán en volver...

Se quedaron en silencio y observaron a Ron, que decía algo en sueños.

—Entonces, ¿el veneno estaba en la bebida? —preguntó Fred con voz queda.

—Sí —contestó Harry, que no dejaba de pensarlo y se alegró de esa oportunidad para hablar del asunto otra vez—. Slughorn nos lo sirvió...

—¿Pudo ponerle algo en la copa a Ron sin que tú lo vieras?

—Supongo que sí, pero ¿por qué iba a querer envenenarlo?

—Ni idea —admitió Fred frunciendo la frente—. ¿Y si se equivocó de copa? ¿Y si quería darte a ti la que tenía veneno?

—¿Y por qué iba a querer envenenar a Harry? —terció Venus. Harry lo miró fijamente como si la estuviera examinando, desde que habían estado hablando de quien podía haber envenenado a Ron tenía una expresión de culpabilidad estampada en su rostro—. Slughorn es como el fan numero uno de Harry.

—No lo sé, pero probablemente hay un montón de gente a la que le gustaría envenenarlo, ¿no? Por lo del «Elegido» y todo eso.

—Entonces, ¿crees que Slughorn es un mortífago? —preguntó Ginny.

—Todo es posible —repuso Fred sin concretar, aunque dedicándole una mirada significativa a Venus.

—El profesor podría estar bajo una maldición imperius —apuntó George.

—Y también podría ser inocente —repuso Ginny—. El veneno podía estar en la botella, y en ese caso quizá querían envenenar al propio Slughorn.

—¿Quién iba a querer hacer eso?

—Dumbledore dice que Voldemort pretendía que Slughorn se pasara a su bando —explicó Harry—. Por eso el profesor estuvo un año escondido antes de venir a Hogwarts. Y... —pensó en el recuerdo que Dumbledore todavía no había logrado sonsacarle a Slughorn— quizá Voldemort quiera quitarlo de en medio, o quizá crea que podría resultarle valioso a Dumbledore.

—Pero tú dijiste que Slughorn pensaba regalarle esa botella a Dumbledore por Navidad —le recordó Ginny—. Así pues, también cabe la posibilidad de que el objetivo del envenenador fuera el director.

Venus cerró los ojos y apretó los labios en una fina línea cada vez sintiéndose peor.

—Entonces es que el envenenador no conoce muy bien a Slughorn —intervino Hermione, abriendo la boca por primera vez en varias horas; tenía la voz tomada, como si estuviera resfriada—. Cualquiera que conozca a Slughorn sabría que muy probablemente se quedaría con un licor tan exquisito.

—Err... ii... oon... —susurró de pronto Ron con voz ronca.

Todos lo observaron con ansiedad, pero después de murmurar unas palabras ininteligibles Ron se puso a roncar.

En ese momento, las puertas de la enfermería se abrieron de par en par y todos dieron un respingo. Hagrid entró con paso decidido, el cabello mojado de lluvia, el abrigo de piel de castor ondeando y una ballesta en la mano. Dejó en el suelo un rastro de huellas de barro del tamaño de delfines.

—¡He pasado todo el día en el Bosque Prohibido! —anunció con voz quebrada—. Aragog ha empeorado y le estuve leyendo... No me levanté para ir a cenar hasta hace muy poco, y entonces la profesora Sprout me contó lo de Ron. ¿Cómo se encuentra?

DEMONS, draco malfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora