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De lo dulce al amargo y del amargo al dulce. De seguro pensaran que entre ellos no habían discusiones. Pero es todo lo contrario, el menor al ser celoso de los amigos del eslavo, cambiaba su comportamiento cariñoso a uno frío con su pareja, replicandole cada frase o acción de este si mostraba un poco de afecto hacia los amigos de este, aún sabiendo que estos eran como familia para Alek.

—¡Ya te he dicho mil veces que no hay nada entre Xyang y yo!—Grito el más alto ya cansado de seguir peleando.

—¡Entonces dile a Xyang que se deje de estar meloso contigo!, No te das cuenta que el te quiere de esa manera. Te quiere quitar de mi lado, ¡Eso es lo que no entiendes!— Argumento el rubio aguantando las ganas de querer llorar. Si había algún defecto en Jacob pues siemplemente es inseguro de no ser suficiente para su amado. No quería que este se alejara o que alguien lo alejara de su lado, le costó tanto lograr que su crush se enamorara de el, años de "rechazo" habían dado frutos y no quería que alguien le arrebatará eso.

—Bien, si así lo dices.— Alek tomo a Jacob de la mano tirando de el hacia afuera de la casa. El menor simplemente trataba de que su pareja le explicará a dónde lo llevaba. Cosa que el mayor simplemente guardo silencio, amaba a su pareja pero le molestaba aquella inseguridad que tenía, pese a demostrarle todos los días que lo amaba tanto con palabras y gestos.

Aquello le llegaba a doler.

Caminaron otro rato más hasta llegar a un parque el cual, no era muy recurrido por personas y había una que otra; donde soltó la mano del menor, volteando sobre sus pies para verle.

—¿Que hacemos aquí Alek?—

—¿Recuerdas este lugar cierto?— Ignoro la pregunta hecha por su pareja, la cuál miro extrañado el lugar, hasta que recordó el significado de este.

—...Es donde me pediste matrimonio— Respondió en un murmuro con aquel tono de arrepentimiento en su voz mientras miraba al mayor de forma apenada.

—¿Porque sigues diciendo que temes a qué me separen de ti?, Después de todos estos años, te pedí matrimonio porque eres el único a quien amo, eres el único a quien quiero mirar el resto de mi vida y no me importan los demás... Entiende que te amo solo a ti Jacob.—

Aquellas palabras fueron detonantes de las lágrimas en Jacob quién se abrazo a si mismo pidiendo disculpas, Alek al verlo suspiro acercándose a abrazarlo, aquellas disculpas que fueron totalmente aceptadas por el casi albino sin dudar de ello, conocía a su pareja, sabía lo inseguro que era y también sabía de los temores que esté tenía. Pero aún así lo amaba, lo amaba con todo su ser.

—Volvamos a casa, te prepararé algo de comer...— Hablo Alek con cariño y suavidad, limpiando las lágrimas con cuidado de su adorado Jacob, el cual asintió con una leve sonrisa. Tomandose de las manos, entrelazando sus dedos con dulzura y amor.

Caminaron, cruzando una calle de manera tranquila para luego ir a su casa, donde aquel amargo sentimiento fue reemplazado por aquel sentimiento de que la llovizna pasó y que el sol salió nuevamente. Dónde también, Alek le preparo un pequeño kuchen de manzana el cual disfrutaron el resto de la tarde mientras se veían con tan parecido dulce sentimiento.

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