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Cuídate mucho bebé, y siempre que necesites algo cuenta conmigo, ¿sí?

Eso le había dicho su madre antes de que se largara de casa.

Agradecía a su madre, que a pesar de que había cuidado a él y sus hermanitas sola, se seguía preocupando de él y de su hermano mayor, pero ella necesitaba descansar un poco, y las dos pequeñas ya eran una carga grande.

Él ya estaba mayorcito como para seguir dependiendo de la mujer trabajadora y agotada que lo parió y crió, ya fueron muchos años, así que decidió irse a vivir solo.

Su hermano mayor le había dicho que se podía ir a estudiar a Japón con él, y vivir los dos juntos, pero era mejor que no. Él ya fue una carga por muchos años, ya tenía que ser independiente.

Alquiló un pequeño departamento con unos ahorros que le quedaron después de pagar su universidad y le dijeron que tenían libre uno, que lo habían desocupado y los antiguos dueños habían dejado todo limpio.

Estaba llegando, frente a la puerta del departamento, en el edificio, donde todas las puertas eran iguales a excepción de aquel número.

Introdujo la llave, y, a pesar de que había visto todo en fotos, en vida real era más bonito y acogedor.

Aspiró hondo y suspiró, por fin tenía su propio hogar. No más compartir habitación con alguien mayor que te molestaba cada cinco minutos, después con alguien menor que no te deja concentrarte en nada, ni después tener tu propia habitación, pero decorada con cosas de otra persona, que era la que te molestaba.

Nada más de eso, él tenía su propia habitación ahora.

Recorrió el lugar, cocina limpia y bonita, baño blanco y resplandeciente, y hasta había un pequeño comedor muy lindo.

Fue a la habitación y la miró, era tan simple...

—Me encanta.— murmuró para sí mismo.

Dejó su bolso con ropa en la cama matrimonial y luego fue hacia el lugar de la puerta otra vez. Iba a recorrer los alrededores.

Salió y se puso auriculares para escuchar a su banda favorita mientras caminaba hacia el ascensor. Dentro de este había una pareja, pero no les tomó importancia, estaba demasiado ocupado escuchando el solo de guitarra.

Llegaron al último piso y la pareja y él salieron, yéndose a diferentes direcciones esta vez. Los alrededores eran hermosos, lugares verdes, un pequeño parque y había una tienda de helados a la vuelta. Una maldita y hermosa tienda de helados.

Compró uno sabor cereza y fue al parque, disfrutando del sabor de su helado.

Su mejor amigo, JeongIn, siempre le decía que tenía una obsesión por las cerezas.

«Eres un Cherry Boy, siempre que pides postres o dulces son de cereza, hasta de cereza ácida. También te haz teñido el cabello rojo, y ahora lo tienes rosado, ¡eres una maldita cereza, hombre!»

Rió ante el recuerdo y siguió comiendo su postre frío hasta acabarlo.

No había pasado mucho desde que salió de su antiguo hogar, pero aún así extrañaba un montón a su madre, así que decidió llamarla.

—“¡SeungMinnie!”

—Hola, mamá.

—“¿Minnie está en línea?”— escuchó de fondo a DaHyun, su hermanita.

—“¡Min, Min, Min!”— escuchaba también a TaeYeon, su hermanita más bebé.

Pasó un rato hablando y después se despidió, para volver al departamento, estaba un poco cansado, pues el viaje de Incheon a Seúl tampoco era tan corto.

Se adentró a la habitación, dejó su bolso en el suelo y se dejó caer en el colchón, sacándose los audífonos en el paso.

De pronto, algo llamó su atención y se levantó, yendo hacia allí.

Era una caja, la tomó en sus manos y cuando vió lo que era se sonrojó violentamente.

Era una caja de condones con sabor.

Quién lo diría.

Frunció el ceño, pues seguro los antiguos arrendatarios los habían dejado allí y fue con la caja en manos hacia la puerta, no pensaba tener en el basurero de su apartamento una caja llena de condones, así que la iba a tirar al basurero del patio.

Abrió la puerta y grande fue su sorpresa cuando frente a él estaba un chico unos centímetros más alto que él, de cabello negro y largo, recogido en una coleta y facciones bellas.

Santa mierda, él era atractivo.

Lo miró bien y...

¡El chico del ascensor!

—Hola.— habló por fin el chico, sonriendo.

—Oh- Hola.— respondió SeungMin.

—Disculpa...— el chico tenía una sonrisa nerviosa. —Dejé unas cosas acá junto con mi novia, soy el antiguo arrendatario.— bajó la mirada a las manos de SeungMin y sonrió. —¡Oh! Veo que justo tienes lo que se me quedó.

—Oh. Sí... ¿Es tuyo?

—Sí.— sonrió, pero su sonrisa se desvaneció. —Oh, espera, ¿los ibas a ocupar?

SeungMin enseguida abrió los ojos como platos y le entregó la caja.

—¡No, no, no! Y-yo ni siquiera tengo pareja.

—Oh, ya veo.— rió nerviozl el chico. —Soy HyunJin, por cierto, ¿y tu nombre es...?

—No es de importancia

Se quedaron en silencio un rato, mirando a cualquier parte hasta que SeungMin habló.

—Tengo que peinar a mi elefante, adiós.— y cerró la puerta sin más, para tirarse al sofá.

Dios, ¿como aquel pelinegro podía hablar tan normal acerca de esos condones?

Que situación más vergonzosa.

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Hi~ Hello~

Nueva fic uwu

Esta tendrá capítulos más cortos aSIESSSS.

Bueno, bye, tengo sueño😔

Se les aMa

—La Payasa.

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⏰ Last updated: Aug 23, 2020 ⏰

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↪			ᴇᴍʙᴀʀᴀssɪɴɢ sɪᴛᴜᴀᴛɪᴏɴ❜Where stories live. Discover now