Jibaku Shonen Hanako-kun~ With you/ With me (PAUSADA)

18- Una nueva esperanza

/Tsuchigomori perspectiva/

Fuimos guiados por mis ex-alumnos, hasta el palacio. El camino duró varios días, porque por lo visto, el portal nos dejó algo alejados de nuestro destino.

-¿Cuánto nos queda para llegar?- Cuestionó Mitsuba con aire de aburrimiento.

-Paciencia, no queda mucho- Respondió Daiki intentando calmar al pelirrosa.

-Ya sabéis que pasará si nos mentís- Anunció el joven Yugi con una de sus caras macabras.

-Ya sabemos, Tsu- Habló Akatsuki.

Todos estábamos cansados, sin embargo, no pararíamos hasta encontrar a los chicos.

-¡Puedo ver algo!- Gritó Natsuhiko.

Nos acercamos un poco más, y efectivamente, ahí estaba. Un enorme castillo rodeado de casas del poblado. No era una civilización muy avanzada que digamos.

-Si os adentráis en el palacio, podréis ver a la sirena- Afirmó Daiki.

-Nuestro trabajo ha terminado- Dijo el otro chico asintiendo con la cabeza.

Todos empezaron a moverse, pero yo me giré para volver a ver a los chicos.

-¿Ocurre algo, sensei?- Preguntó el más joven.

-N-no es nada...- Tartamudeé un poco. -Solamente... gracias...- Llegué a pronunciar, y seguí mi camino. Se sentía extraño pensar, que ellos también habían sido víctimas de un terrible destino, sin embargo, la sensación de poder verlos de nuevo, hacía que me sintiera entusiasmado.

/Yako perspectiva/

Tras nadar un poco, nos pusimos a hablar todos en una esquina, sin llamar mucho la atención.

-Primero deberíamos recopilar información. Nadie puede asegurarnos que estén en el castillo- Dije de manera firme.

-Me parece bien. ¿Cuáles serán los grupos?- Cuestionó Sakura.

-Natsuhiko, Mitsuba y tú, preguntaréis a la gente del pueblo. Tsukasa, Tsuchigomori y yo, investigaremos cerca del palacio- Indiqué.

Al formar los grupos, todos nos separamos para cumplir nuestras respectivas misiones.

Nuestro grupo se acercó cuidadosamente al palacio, sin levantar mucha sospecha.

-No creo que sea fácil poder entrar- Comentó Tsuchigomori con voz neutral.

-Ya lo sé... Solo... Déjame pensar- Respondí dándole vueltas a mi cabeza.

Al cabo de un rato, una idea me vino a la mente. -Debemos saber si se encuentran dentro, ¿no es así?- Pregunté con una pequeña sonrisita.

-Así es...- Dijeron ambos al unísono.

-Entonces... Esta es la idea- Empecé a explicarles el plan de infiltración.

Este consistía en que mientras Tsuchigomori y yo entreteníamos a los guardias, Tsukasa se colaba en el palacio.

-No pienso dejar que Yugi vaya solo- Respondió el hombre negándose a lo que decía.

-¿Y tienes otra idea?- Cuestioné seriamente.

El profesor se quedó callado durante unos segundos, pero al final se acabó rindiendo ante mi plan.

-Está bien, pero si algo sale mal... Tú serás la responsable- Dijo en tono amenazante.

-Que poca confianza en mí- Hablé indignada. -Tsukasa, no hagas locuras- Le advertí.

-Supongo que no haré nada- Anunció con una sonrisa pícara.

/Tsukasa perspectiva/

Los dos misterios fueron a cumplir su parte del plan. No parecía ser del todo complicado, ya que aquellos guardias pintaban ser influenciables. Cuando tuve vía libre, me colé rápidamente en lo que parecía ser el gran patio de la estructura.

/Yashiro perspectiva/

No podía parar de llorar. El dolor que sentía por todo mi cuerpo no cesaba. ¿Cómo podían hacer eso con esos pobres jóvenes? ¿Cuál fue el delito real para que acabaran encerrados? Mi corazón cada vez sentía más punzadas, pareciendo como si unas agujas se incrustaran de manera permanente. No quería ver a nadie, ni siquiera a Aoi. Yo solo quería hablar con Amane.

-Oh...- Sonó de repente una voz aniñada que provenía de la ventana.

Levanté un poco la vista. Allí se encontraba, un chico de cabello oscuro y ojos ámbar. -¿A-amane?- Pregunté con la voz todavía ronca por llorar.

-Lo siento, yo me llamo Tsukasa- Respondió el chico con una sonrisa, el cual se le podían notar sus colmillos.

-¿Cómo...?