— No creo que sea algo que deba contarte yo — se excusó

— Pero es que Abi no me dirá — trataba de que no me hoyeran pero comenzaba a ser en vano.

Esme volteó y yo dejé de verla a ella para mirar detrás, y Abi y Lai nos veían curiosas.

— Creo que deberás hablar con ella tú — dijo Esme eso último casi inaudible.

— ¿Que es lo que tanto hablan ahí calladitas? —  preguntó Lai.

Pero por la mirada que le dió Abi a Esme, yo ya había notado que algo había oído. No me quedó de otra más que ignorar y dejar esa conversación que ansiaba con Abi para otro día.

— Luego les decimos — hice un gesto con la mano quitándole importancia — ¿Encontraron algo?

— Si, mira éste está más que perfecto — Dijo Lai mostrando un lindo vestido.

Vestido que no había usado en mucho tiempo, hasta podría decir que me dio miedo que no me quedara. Era un poco informal, de un color rosa pastel, ajustado a la cintura, falda suelta y una espalda con tiras cruzadas.

°°°°°

Ese chico ponía mis terminaciones en juego, causaba más en mi nerviosismo que otra cosa, muchas clases de nervios, de emoción, de miedo, y más. Y justo en ese momento no sabía cuál me causaba, me tenía una sorpresa.
¿Pero que sorpresa?
¿Que podría esperar?

Estaba segura que esos nervios causarían que quedara sin el otro ojo - exagerando un poco - pero gracias a ello había colocado mi enfermedad en el último puesto de preocupaciones en ese preciso momento de mi vida.

Perdida en mis pensamientos, cuando menos lo esperé el timbre sonó, era él, no podría ser otro. Me puse de pie tan rápido como un resorte y abrí la puerta más rápido de lo que pretendía.

— Hola — dije un poco fatigada por lo rápido de mi acción y mis manos no dejaban de temblar.

Yo solo miraba su rostro, era lo que me permitía verle para no barrer descaradamente mi mirada por toda su anatomía, sin embargo podía ver cómo me miraba, y la sonrisa que se le plantó en el rostro al subir y encontrarse con mis ojos.

— Hola Ojitos — y ahí, en ese momento fue cuando la mía que no podía llegar más allá de las mitad de mis cachetes todos colorados se mostró — Estás preciosa.

¿Podía pedir yo algo menos que eso?
Noooo, nunca. Estaba frente a mi todo lo que había deseado tener desde que supe que le quería.

— ¿A donde vamos? — rompí el silencio para nada incómodo que se había plantado entre los dos.

— Como ya te dije, es una sorpresa — tendió su mano hacia mi — ¿Vamos?

— Vamos — tomé su mano más feliz que nunca.

Comenzaba a esconderse apenas el sol, aún tenía el privilegio de que me regalara algunos rayos y que el día no estuviera tan oscuro.

Abrió la puerta de su auto para mí, y cuando estuvimos dentro los dos, emprendimos un camino desconocido para mi, que me llevaría a una sorpresa la cual me tenía comiendo ansias desde el día anterior.

°°°°°

Paramos frente a un edificio, no muy lujoso, pero no de clase baja, no era tan alto, unos 10 pisos más o menos creía.

— ¿Que hacemos acá? — le pregunté en cuanto tendió su mano hacia mí para bajar de auto.

— Tu sorpresa — rodé un poco los ojos por su insistencia en mantener todo un secreto — Ven anda — comenzó a jalarme de la mano.

Era un edificio muy luminoso a mi gusto; bueno al gusto de mi enfermedad que no toleraba tan potente luz.

Subimos en el ascensor pero veía que subía subía y no paraba, tenía que quitarme la duda.

— ¿Que hacemos en este edificio?

— Aquí vivo — en cuanto esas palabras salieron de su boca, quedé boquiabierta.

— ¿Q-que? — tartamudee esa pregunta y él soltó una pequeña risa.

— Tranquila, yo vivo acá pero no vinimos a mi departamento — aclaró.

— ¿Entonces? — la duda se veía en mi cara.

— Tu sorpresa está en la azotea de este edificio — me regaló una leve sonrisa y las puertas del ascensor terminaron de abrirse y el señaló.

Traté de enfocar mi visión en lo que él me señalaba y no podía creer lo que estaba medio mirando - un chiste perdón - era demasiado hermoso para ser verdad.

Había luces por todos lados, tenues de pequeños focos, que iluminaban el lugar sin hacerlo exagerado ni molesto para mí, poco a poco iba barriendo mi vista por el lugar, y divisé una especie de manta en el piso, detallé apenas como una botella, dos copas, y comida, y por todo su alrededor más luces.

Apenas lo que podía ver se me hacía sumamente hermoso, estaba maravillada de que todo eso era para mi.

Cuando levanté la vista para encontrarlo a él, no lo veía por ningún lado, pero vi a la orilla del balcón una pequeña mesa para dos, y me acerqué muy curiosa a ella.

Cuando estuve lo suficientemente cerca podía ver una flor sobre la mesa, una nota, y al parecer un par de ¿antifaz para dormir?

No entendí nada del porque se encontraba eso ahí, así que solo lo ignore y tomé la flor junto a la nota.

Un Clavel.

¿Como podía faltar está inigualable y hermosa flor?
Principal significado, el AMOR.
Esta flor varía sus colores y significado, yo he elegido la roja, porque demuestra MI AMOR, mis sentimientos y cuan enamorado me tienes mi bella y hermosa Camila.
Ojitos.
Esta flor te describe, es prolija, viva y diferente como tú.
Te quiero.
Nunca lo dudes.

M.S

Cerré los ojos para que la lágrima que se había formado en mis ojos cayera.

— En realidad te define a ti — dije tan bajito que casi ni yo pude oírme.

— Así eres tú — escuché detrás de mí.

Cuando volteé tenía en sus manos un ramo. No pude evitar poner una mano para cubrir mi boca, era tan impredecible.

— Te estarás preguntando para que son estos antifaces ¿Cierto? — pasó junto a mi y puso el ramo en la mesa para tomarlos — Pues voy a demostrarte  con ellos que no necesitas ver para sentir.

Se acercó a mi y me puso uno de ellos — Yo también me pondré uno, y verás que sigo siendo yo, que puedo amarte igual, que puedes sentir y ver las cosas de otra manera.

Es ahí cuando mi expectativas de amor estaban siendo superadas.

Superadas por su amor.

°°°°
¿Que tal? Díganme ahí 👉
Las amo chicas
Besos
#Gely

Si No Veo Tus Ojos [Corrigiendo]Where stories live. Discover now