Capítulo 19

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Luego de que los guardias del Emperador encerraran a Rey en sus aposentos, sus damas llegaron pronto y la ayudaron a cambiarse, esperaba poder pasear por los jardines, pero los guardias no lo permitieron.

- Mañana me caso y aún no puedo creerlo - susurró mientras se acostaba en su gran cama - seré la reina de Taris y siento que aún no estoy preparada - se sentía frustrada y sabía que no podría dormir.

- Mi lady, sabemos que es difícil, pero se ve que es un buen hombre. - dijo Jannah tratando de animarla.

- Él me dijo que quería que ambos fueran amigos - habló Anne - se veía que sus intenciones era buenas.

- ¿A qué le tienes miedo? - preguntó Rose, sentándose en el borde de la cama.

- En primer lugar, que él sea igual a mi abuelo, que sólo quiera el poder y piense nada más en sí mismo. Segundo, no estoy lista para ser reina, me aterra la idea de gobernar y fallar. Y tercero, tengo miedo de no tener un heredero, o bueno, que no sea un niño. Todos sabemos que los reyes siempre quieren tener un heredero varón para continuar la línea de sucesión, sé que en mi caso, Geralt aceptó que nuestros futuros hijos tengan el apellido "Palpatine", pero de todos modos tengo miedo de terminar como mi prima. - Suspiró con pesadez, recordar el destino de su prima lejana la hacía sentir mal, aunque no hubieran convivido mucho.

- ¿Habla de la reina Ana? - preguntó Emma.

- Sí, ella falló al dar un hijo varón y agregando su personalidad que no encajaba con la de una reina obediente y sumisa, su caída fue triste y muy rápida, terminando con tres falsas acusaciones que le costaron su vida y su cabeza. Tengo miedo también por el hecho que al igual que ella, no soy alguien que pueda ser manipulada o convertir en alguien sumisa. Me gusta ser libre y decidir por mí cuenta, decir lo que siento y gobernar como quisiera. - Contestó y escondió su rostro entre sus manos.

- No dudo en que Geralt estará de acuerdo en que sea como usted es realmente, sin restricciones - dijo Rose.

- Además, estaremos con usted y nosotras sí somos leales, no como las hipócritas damas de su difunta prima - agregó Jannah.

Todas asintieron, Rey sonrió un poco y luego de algunos minutos intentando animarla, sus damas se fueron para dejarla descansar. Sería una larga noche y el insomnio aparecería.

*

Luke caminaba por los grandes pasillos del castillo alderiaano, ansioso por mostrarle algo a Leia, justo como lo hacía cuando eran niños. Tocó la puerta de la oficina de su oficina y algunos segundos escuchó la voz de su hermana diciendo que entrara, cerró la puerta tras él y se sentó en una de aquellas sillas frente al gran escritorio.

- ¿Estás ocupada? - preguntó ansioso.

- Ya no, acabo de terminar de leer algunos documentos, ¿qué sucede? - lo miró intentando no reír.

Luke dejó en el escritorio el extenso libro que cargaba en su brazo y suspiró, luego sonrió y abrió el libro en la página que estaba leyendo.

- Encontré algo interesante, tal vez no te importe pero quería compartirlo con alguien y quien mejor que mi melliza. - Leia sonrió ampliamente e hizo un ademán para que continuara. - Desde que llegué al castillo, fui a la biblioteca y busque este libro, puesto que al rechazar el trono, lo escondí en un lugar seguro para que nadie más lo encontrara y fue un alivio encontrarlo en el mismo lugar, entonces volví a leerlo para entender por fin...

- Espera - lo interrumpió Leia - ¿Es el libro que te dio el maestro Obi Wan? - preguntó con asombro.

- Sí, el viejo Ben me lo dio para leerlo cuando tuviera la edad suficiente, cosa que no hice caso, lo leí a los 12 y me pareció un libro de fantasía, pero ahora ya siendo un adulto, creo que el libro tiene algo de verdad. Y aquí viene lo importante. En una hoja encontré algo increíble y muy interesante.

En otra vida te encontraréWhere stories live. Discover now