Sleep like a winter bear

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Imagine your face
Say hello to me
Then all the bad days
They're nothing to me
With you
Winter bear

—Unnie, despierta, el descanso ya va a terminar—ChaeYoung movía levemente el hombro de Jennie, con un poco de pena por despertarla, ya que sabía que llevaba días sin dormir bien.

Jennie abrió los ojos intentando acostumbrarse a la luz del vestidor y pasó sus dedos levemente por debajo de su parpado inferior, tratando de quitar las pequeñas lagrimas que salieron debido a su bostezo, sin arruinar su maquillaje.

Se levantó levemente de la banqueta en la que estaba acostada y se quedó sentada mirando al piso.

Esa pesadilla estuvo apunto de comenzar de nuevo.

De no haber sido por ChaeYoung, probablemente estaría hiperventilando en sueños en ese momento.

Finalmente se levantó y se dispuso a salir del vestidor, encontrándose a ChaeYoung en la caja, atendiendo a unos adolescentes, que parecían haber salido recién de la escuela e ido a la cafetería para merendar algo.

Se acercó a la vitrina para preparar el pedido de los chicos y luego llevarlo a su mesa.

En definitiva, prefería servir mesas todo el día a siquiera intentar dormir.

Su día se pasó como cualquier otro, preparando cafés, cortando rebanadas de pastel y limpiando las mesas que los niños pequeños ensuciaban.

Entregó un pedido en una de las mesas y volvió a la vitrina, posicionándose al lado de ChaeYoung, ambas observando a la pareja de chicos que recién había atendido, ya que no había nadie más en el local en ese momento.

Los dos jovenes parecían estar en una cita, uno era coreano y el otro tenía apariencia extranjera, y Jennie pensó que le recordaba a uno de los niños tailandeses que había visto varias veces en las fotos de pequeña de Lalisa.

El coreano le ofreció con una cucharilla un poco de pastel al otro chico, el cual se sonrojó y aceptó el ofrecimiento, acercando su boca a la cucharilla y comiendo el trozo del pastel de limón, haciéndola recordar de nuevo a Lalisa, y a esas primeras citas en las que ambas apenas podían mantenerse la mirada por unos segundos hasta terminar riendo nerviosas y rojas hasta las orejas.

Recordó las veces que Lalisa llegaba de sorpresa a su trabajo con una flor para ella en sus manos.

O cuando salía temprano de sus clases de danza y se quedaba en la cafetería todo el resto del día, esperando que fuese su hora de salir para acompañarla a casa.

También cuando, luego de meses saliendo, Lalisa le cantó una canción tocando su pequeño ukelele, y le pidió que fuese su novia, en medio de su turno en la cafetería un sábado por la tarde.

Y el como aún, casi 4 años después, Lalisa seguía yendo todas las tardes al finalizar sus practicas, a esperar que terminara de cerrar el local y poder ir juntas a casa.

Tenían muchos recuerdos juntas en esa tonta cafetería, tantos que incluso le daba pena dejarla, por lo que cuando el dueño de esta, al Jennie haber trabajado tantos años ahí, le ofreció hacerse su socia y gerente del local, no lo dudó ni un segundo y aceptó, claro, sin dejar de lado el gran sueldo que le prometía, el cual también influyó bastante en su decisión.

Finalmente, recordó la mirada preocupada de Lalisa en la madrugada, cuando la despertó en gritos debido a su recurrente pesadilla, la tailandesa la abrazó y le susurró palabras de amor por horas, intentando calmarla, haciendo que ninguna de las dos pudiera volver a dormir.

Winter Bear [O.S Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora