𝗛𝗔𝗝𝗜𝗠𝗘 𝗜𝗪𝗔𝗭𝗨𝗠𝗜.

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— Claro, Hima-chan, siempre nos iremos juntos, dame un momento. Iwazumi terminó de guardar sus cosas en la mochila, cuando tomó la pequeña mano de la pelirroja para llevarla fuera de aquel salón de clases y poder caminar juntos hasta su casa.

Iwazumi sentía que ella había estado algo rara esos últimos días, se sentía más nerviosa que lo habitual y parecía estar alerta siempre que salían de su casa, sentía miedo en cada momento que salía de un lugar, pero había preferido ignorar aquel sentimiento que rodeaba a la chica.

Cuando estaban a punto de salir de aquella escuela primaria, uña grupo de chico comenzó a gritar el nombre de Iwazumi desde el otro patio, eran sus amigos.

— IWAZUMI, ¿quieres jugar? — un chico de cabello rubio gritaba su nombre mientras sujetaba aquel balón de voleibol entre sus manos.

— Vamos, Iwa-chan, no que eres la estrella. — un castaño de cabello más claro y puntiagudo igual que Iwazumi gritaba su nombre de forma retadora.

Iwazumi no podía negarse aquella invitación, y lo pensó por un momento, siempre se perdía de jugar con sus amigos por llevar a Himari a su casa, se sentía mal, si le gustaba ella, pero sentía que casi no pasaba tiempo que con sus amigos por llevarla a ella, extrañaba estar con ellos.

— Himari. — Iwazumi susurro mientras apretaba con fuerza su puño libre y se decidida si hacer o no aquella pregunta. — ¿Crees que podrías irte tú sola hoy para poder jugar?

Aquella pregunta sorprendió a Himari, jamás le había dicho algo así, sabía que él gustaba de jugar voleibol siempre lo veía jugar, y ella sabía que había dejado de hacerlo después de clases por acompañarla a su casa, de sentía mal y egoísta porque quizás él se sentía atado a llevarla, y solo asintió levemente con su cabeza y se soltó de aquella mano.
Iwazumi susurro un "hasta luego", y se fue corriendo para jugar con sus amigos, no se sentía mal, ella podía irse sola a casa, solo era un par de cuadras pensó, Iwazumi.

Himari salió por completo de aquel lugar y se dirigió a su casa caminando, o eso habían pensando todo. Aquel día a las 9 de la noche, la madre de Iwazumi recibió una llamada, preguntando que si Himari no estaba con ellos porque aún no regresaba a casa.
A las 11 de la noche, Iwazumi vio a su madre salir de su casa de forma preocupada y vio que afuera de esta estaba la mamá de Himari y su padre, veía la cara llena de lágrimas de la mamá de aquella niña que tanto le gustaba. No comprendía porqué, se le hacía raro que Himari no hubiera llegado a su casa.

A la 1 de la madrugada, mientras Iwazumi esperaba a su madre, vio en las noticias locales un anuncio donde buscaban a una niña de 10 años que había desaparecido aquella tarde, Iwazumi al ver aquella fotografía que mostraban, entiendo todo, entendió porque su madre había salido, porque había visto llorar a la madre de Himari, entiendo que aquella tarde que dejó que se fuera sola, ella no había regresado a su casa sana, entiendo todo.

Los días pasaban y seguían buscando a Himari, todos en la primaria de sentía tristes por su ausencia, sobretodo Iwazumi, no dejaba de pensar que si él se hubiera negado aquella tarde, ella estaría sana, ella hubiera llegado a su hogar sana como siempre, él no habría visto a su madre y la madre de Himari llorando de preocupación, él no habría visto que la buscaban.
Las vacaciones llegaron y con ello, el paradero de Himari seguía sin salir, nadie sabía nada, ni había testigos en aquel momento, nos habían preguntado a todos cuando fue la última vez que la vimos.

Me sentía molesto, me sentía frustrado por decir que había dejado que se fuera sola, me sentía molesto conmigo mismo, pero todos decían que no era mi culpa, que nadie hubiera sabido que eso pasaría, pero yo sentía que podía haber evitado eso, nos graduamos, fuimos a la secundaria, la preparatoria llegó, y la carpeta de Himari se había cerrado hace años, no había nada, parecía como si se hubiera borrado mágicamente de la faz de la tierra.

...

Actualidad.

Después de salir de aquel bar, comencé a caminar a mi departamento que estaba a algunas cuadras de aquí, caminé por la cera de la calle mientras miraba aquella noche estrellada en Tokio, me sentía frustrado por todo, quizás había sido mala idea venir a esta reunión, quizás debió quedarse en casa a ver algún partido o dormir un poco, quizás había podido hacer muchas cosas en lugar de esto, pero no había preferido venir aquí.

Ya habían pasado 16 años de la última vez que vieron a Himari, 16 años donde seguía pensando que si no hubiera preferido jugar, ella estaría aquí, pude haberle dicho que me esperará, pero no, había preferido decirle que se fuera sola para jugar, paté con fuerza una lata de aluminio que estaba en el suelo, vi donde se levantó y golpeó a una chica que estaba sentada en una banca cerca de aquí. Dios ahora hacia el ridiculo.

— ¿Estás bien? Lo siento mucho, en serio que creía que eso pasaría. — me acerque corriendo aquella chica sentada, y me agaché para estar a la altura de ella, solo podía ver que tenía un cabello azabache y tenía su rostro agachado.

— Si, estoy bien, gracias. — en ese momento la chica levantó su rostro e Iwazumi sintió que toda su sangre había bajado hasta la punta de sus pies.

Aquella chica, era ella, sabía que ella era, sabía que era Himari, al ver con detalle aquel rostro frente a él, analizar cada detalle y ver esa cicatriz en su labio, sabía que estaba frente a ella, no podía equivocarse.

— Himari. — no sabía de donde había sacado voz para decir aquel nombre, pero al ver que la chica frente a él fruncía su ceño en notación de confusión lo confundió más.

— ¿Quién? No, disculpa me llamo Hanami, una gusto. — aquella chica sonrió al decir su nombre, después del rostro de confusión, que había tenido al oír el nombre que había mencionado el castaño.

— No, eres Himari. — Iwazumi no sabía de donde tenía fuerzas para decir aquello, debía sentirse como un estupido y verse como un estupido al seguir diciendo aquel nombre frente aquella chica que ya había dicho su nombre, pero sabía que ella era Himari, sabía que era la chica que le había gustado.

— Disculpa, creo que me confundes con alguien más, creo que debería de irme. — aquella chica se levantó de la banca dejando solo a Iwazumi, aún en cuclillas.

Giro su rostro al ver que aquella chica se iba con cara de confusión, no estaba loco, sabía que ella era, pero parecía diferente, como si algo hubiera pasado, su cabello era rojizo y largo, ahora era azabache y corto, pero sabía que era ella, dentro de él sabía que era su Himari.
Seguía viendo a la chica alejarse, cuando vio que una auto de detuvo a la mitad del camino de ella, vio que dudó en entrar aquel auto negro, pero sin pensar algo más, ingreso, no entienda que pasaba en aquel momento, pero vio su rostro de miedo de perfil cuando aquel auto se detuvo a la mitad del camino que había recorrido.

Iwazumi estaba a punto de levantarse e irse a su casa, cuando vio que había un papel atorado entre las tablas de la banca, al tomar el papel y abrirlo, solo vio unas simples palabras que lo dejaron paralizado. "Ayúdame". Era un caligrafía limpia, como si ya lo tuviera consigo aquel papel, abajo de ella parecía ver una dirección, quizás si era Himari, pero algo estaba pasando, y ella parecía asustada cuando aquel auto se detuvo, dudó en subir, sus piernas había temblado por un segundo.

Se levanto y se retiro de aquel lugar, aún con el papel en mano, sabía que estaba apunto de hacer algo estupido, pero sabía que sería lo correcto y haría un cambio después de esto.


Hola, una disculpa por no haber subido, es que la verdad me entretuve viendo Korra y pues ya no he tenido tiempo, pero aquí les dejo uno larguito, espero y les guste mucho. 🥺💛

HAIKYUU; ONE SHOTS.Where stories live. Discover now