2. xxiv. all it'll be okay

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—Estamos preocupados por ti, cielo —siguió Pansy.

El labio de Venus tembló anunciando llanto, lo que provocó el ceño fruncido de Liz despareciera de inmediato por un semblante afligido.

Podría estar enfadada con ella, pero el hecho de que no le gustara verla llorar era mayor.

Liz dio un paso hacia ella tomando su mano.

—Venus déjanos ayudarte.

—Nadie puede arreglar esto, Liz —dijo en un hilo de voz—. Nadie puede ayudarme a comprender esto.

Los cuarto Slytherin se miraron entre sí sin comprender.

—¿Comprender el que?

—Ni siquiera yo lo hago del todo —parecía abrumada—. Miras os agradezco un montón que os preocupes por mí, pero no quiero hablar del tema. No creo que esté preparada para hablarlo en mucho tiempo —se mordió el labio mientras unas lágrimas rebeldes caían de sus ojos con lentitud—. Me siento engañada, traicionada y pisoteada. Y solo quiero un tiempo para pensar o no lo sé, tal vez intentando no sentirme tan perdida —alejo su mano de la Liz con lentitud y dolor—. Os prometo que cuando esté bien hablaré con vosotros, pero necesito estar sola. Por favor.

Sus palabras eran tan suplicantes que ninguno fue capaz de decir nada. Venus entendió el silencio como un perfecto momento para huir.

Parecía que eso era lo único que podía hacer. Huir de la gente, de los problemas , de sus sentimientos, de todo.

Blaise tomó el libro que Venus había dejado botado en el sofá. La primera página está abierta, y en ella una reluciente letra estaba impresa.

—¿Quién es Nicole Camerón? —preguntó Blaise con confusión, aun admirando la hermosa letra de la mujer.

El cuerpo de Venus se tensó, y con rapidez avanzó hacia el moreno para arrebatarle el libro de sus manos. Como si lo que tuviera Blaise fuera un gran tesoro.

—Un fantasma —susurro retomando su camino hacia las habitaciones de los chicos, dejando a sus amigos aun más confundidos, tal vez para esconderse en la cama de Draco, el único sitio donde conseguía encontrar algo de paz.













[...]














Venus sonrió levemente cuando Draco beso su nariz con delicadeza.

Después de horas de estar esperando al rubio, este apareció lleno de suciedad y con un semblante para nada feliz.

Al parecer los gemelos Weasley habían vendido productos nuevos a los niños de primero, y el pobre Draco había sido víctima de uno de ellos.

Después de que Venus le insinuara a su novio que olía prácticamente a mierda, Draco la convenció para que entrara a la pequeña tina junta a él.

Y ahí se encontraba los dos, tan tranquilos como hacía semanas que no se encontraban.

El pelo de Draco caía sobre su frente, se veía tan guapo que Venus no pudo evitar acercarse para besarlo.

—¿Por qué sonríes así? —preguntó Draco hacia la chica cuando esta se separó de él.

Estaban apenas a unos centímetros de distancia, Venus podía ver a la perfección como unas gotitas de agua estaban instaladas en las largas pestañas de Draco. Las aparto con suavidad.

—Porque te amo —susurro besándolo de nuevo.

Draco sintió sus corazón bombear con velocidad, simplemente no podía evitarlo cada vez que escuchaba a la muchacha pronunciar esas dos palabras.

DEMONS, draco malfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora