Tres

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- Mi hermano quiere conocer a MAD – dice Milenka desde su lugar sin apartar la mirada de la computadora. - Creo que se está obsesionando.

Respondo con un sonido mientras sigo diseñando la próxima vista de nuestra página web.

- Dice que quiere que diseñe su próximo pub – continúa en el mismo tono – tiene esta tonta idea de abrir la discoteca más grande del país. Está demente.

- Claro...

- Y dice que eres linda, -sigue sin cambiar su tono – pero es un idiota.

Finalmente tiene toda mi atención.

- Se romperán el corazón -suspira. Sí, cómo no. - No resoples - me reprocha, - tu sabes que es verdad. El quiere la casa, el perro, los niños, vacaciones en la playa y una linda esposa.

- ¡Tú rompes mi corazón! -digo jugando.

- Casi que te creo, -dice. Nunca quise nada de eso y aunque lo quisiera ese plan está descartado para mí.

- Lo último que supe es que estaba cerca de comprometerse -suspiro, y me desinflo de desilusión - ¿¿¿¿¿Te gusta????? -chilla desde su lugar y corre hacia mi escritorio.

-Es caliente, lo sabes - digo con sinceridad. No hay necesidad de mentirle. - Sus bíceps, oh-por-dios ¡Milenka! ¿Has visto a un hombre con esos brazos? Realmente creo que debería ser ilegal que vista remeras tan ajus....

- Hola -saluda una voz masculina detrás de mi y de un instante a otro quiero que me trague la tierra. Veo a mi amiga frente a mí y está congelada aguantando las carcajadas. Hago todo lo posible para calmar mi expresión y me tardo más de la cuenta en girarme hacia él, esperando que lo rojizo de mi cara se haya calmado.

- ¡Hola bebé! -dice Milenka con voz de niña pequeña.

- Hola, Maxine. -Dulce señor, mi nombre en sus labios me hacen fatal.

- Mmm.. -vuelvo a mis cosas e intento sonar indiferente, -Hola.

Pongo mis auriculares e intento concentrarme en seguir con mi trabajo, pero se me hace terriblemente difícil. Mi humor alrededor de Frederic es inusualmente irritable. No importa cuán duro lo intente, su presencia de alguna forma termina incomodándome.

Intento no darle demasiadas vueltas a mis pensamientos y garabateo cosas sin sentido esperando que el tiempo pase volando, pero no lo hace. Sigo jugueteando con mi lápiz hasta que me interrumpen.

-Eyyy -quita mis auriculares, gira mi silla y se pone a mi altura frente a mí. - Sé que te he dicho que iba a llevar a Coco al veterinario pero... -pone su mejor cara de cachorrito – puede que tenga una cita... y... de alguna tonta manera yo... lo haya olvidad.

¡Genial Mile!

- Lo lamento tanto amor, -hace una mueca. -Lo olvidé por completo.

- Está bien, no pasa nada -digo mirando la hora e intentando calcular mentalmente cuándo debería salir para llegar a hacer todo lo que tengo que hacer.

-La buena noticia es que... -gira mi silla – Ese, -señala a su hermano, -es tu nuevo Taxi.

Okay, esto no tiene sentido. No han pasado ni sesenta minutos desde que él interrumpió en mi oficina y de repente, ¿él es mi niñero?

- Mile, vine hasta aquí en auto ¿Recuerdas? - le digo a mi amiga, y me giro un instante hacia el hombre que está en la habitación – Sin ánimos de ofender.

- Es que... -continúa. -¿Me prestas tu coche?

Dulce Jesús, quiero matarla. Si fuera otra persona me negaría pero con ella no puedo, y ella lo sabe. 

Let me be yoursWhere stories live. Discover now