Dos

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Cuando decido levantarme de la cama me arrepiento terriblemente haber estado despierta toda la noche a pesar de haber vuelto temprano a casa. Lo intenté, pero no pude dormir. Cada vez que cerraba mis ojos un montón de recuerdos volvían a mi mente una y otra vez.

Levantarme ha requerido de toda mi voluntad y en todo lo que puedo pensar en este momento es en muchos litros de café.

Los domingos por la mañana son mis favoritos.

Enciendo la cafetera, abro mi portátil y masajeo mis sienes con suavidad. ¡Genial! Migraña.

Antes de que se vuelva más tortuoso tomo una píldora para aplacar el dolor.

Chequeo mi correo personal: Nada.

Abro el correo de MAD: Nada importante. Envío un par de agradecimientos y algunas palabras bonitas para todas las personas que han escrito por la exposición de ayer.

Nunca creí que MAD podía llegar tan lejos. La primera vez que abrí el blog hace cuatro años fue en medio de mi mayor crisis personal. Tal vez empezar la universidad justo después del accidente no fue una buena idea, sabía que quedarme en casa con mis padres tampoco lo sería. Me deshice de mi orgullo por primera vez cuando accedí a los tratamientos que mis padres me ofrecían sólo por venir a la universidad.

En ese período de tiempo tuve la mayor producción artística de mi vida. Decenas de obras quedaban acumuladas en el cuarto vacío de mi apartamento que debía ser de mi hermana. Dejé de acumular obras cuando Milenka apareció por primera vez en mi casa para hacer un trabajo juntas, fue entonces que se le ocurrió: subastar las obras a precios accesibles. "¿Quién dice que no es una inversión a futuro?" dijo.

Y así fue. Poco a poco mis obras se fueron vendiendo y todo lo recaudado se fue acumulando. Poco después de un año tenía lo suficiente como para vivir sin la ayuda económica de mis padres. MAD comenzó a crecer y yo comencé a mejorar.

Doce meses después de la primer publicación en mi blog pensé en pedirle una mano a Milenka y entonces todos mis demonios volvieron a mí. A pesar de que se había vuelto una gran compañía nunca me había abierto a ella lo suficiente como para que me conociera en verdad. Sólo le había dejado ver la parte de mi que todos conocían: la chica divertida, que disfruta de una buena fiesta y sólo piensa en arte y más arte.

El sonido de la cafetera anunciando que mi café esta listo me devuelve a la realidad.

Mi teléfono comienza a vibrar.

- Hola mamá, -saludo a mi madre mientras pongo el teléfono en altavoz para seguir con mi rutina.

-¡Hola cariño! ¿Cómo estuvo la fiesta? -pregunta.

-No era una fiesta mamá, era una...

-Sí, exposición. -Me interrumpe, -¿cómo estuvo?

-Bien. Mucha gente, -digo con sinceridad. -Sólo espero que les haya gusta.

-Seguro que si cariño. Tus obras son maravillosas.

Ocultar MAD a mis padres hubiera sido imposible. Primero, porque venían a visitarme a mi departamento cada vez que podían. Segundo, ellos han visto mi producción artística desde los cuatro cuando decidí junto con mi hermana gemela que pintar la pared blanca de la cocina con crayones era una magnífica idea para una obra de arte.

- ¿Clarissa está despierta? -pregunto.

- Aún no. Anoche papá -mi padre - y ella estuvieron mirando películas y luego a Clarissa se le ocurrió armar una muestra de baile en la sala, -suspira con nostalgia y continúa.- A veces son tan parecidas...

Let me be yoursWhere stories live. Discover now