Por su parte, Clarke, espero a que él se perdiera por esas puertas, para poder girarse en la cama y agarrar el celular de su jefe que se encontraba en una de las mesitas de noche. Desbloquearlo fue sencillo, un hombre tan básico como Finn Collins, usaría la fecha de su cumpleaños como código; su intensión era revisar su agenda, calendario, mensajes o algún correo que fuese importante. Y como era experta en encontrar información comprometedora, tomó capturas de las cosas que creía sospechosas y envió todo rápidamente a Raven.

Fechas, palabras en clave y una misteriosa reunión que él tendría con Dante Wallace, uno de los jefes de mafia más buscados por la policía de Arkadia y que de alguna forma nunca podían capturarlos. Las pruebas se perdían, testigos desaparecían... Llegando a la conclusión que alguien en un puesto importante los estaba ayudando, corrupción justo en sus rostros y nadie hacía algo para acabarlo. Clarke lo supo desde un inicio, Finn no era muy bueno mintiendo y los oficiales eran muy malos investigando, aunque su amiga fuera la detective encargada del caso, tenía que aceptar el hecho que eran un poco ciegos. El Gobernador no tenía nada que ver, y centraron su atención en él.

Clarke hizo lo que mejor supo hacer, usar sus atributos para ganar la confianza de Collins y el muy idiota bajaría la guardia a su alrededor, dejando camino para sacar pruebas que lo inculparan. Y si lo inculpaban, sería despedido e iría a prisión. Quedando la vacante como Fiscal General, y al fin poder pelear por aquello que tanto deseaba. No había nadie mejor preparado que ella para ese puesto, sabía que se lo darían... Está tan cerca de obtenerlo.

Regresó el celular a su sitió y espero a que el castaño regresara. Ya quería llegar a donde su amiga para hablar bien del tema, esa reunión se daría en una semana; debía aguantar un poco más. Intentar no vomitar con ese sexo tan pobre que le daba el Fiscal y para encima, lo tenía diminuto; no tenía ni idea como pudo aguantar tanto tiempo con el misógino ese.

De la nada, el hombre apareció ya duchado, lo que aprovecho en ir a bañarse antes que quisiera tener otra ronda. La ansiedad la estaba consumiendo, ahora que estaba muy cerca de meterlo preso, la desesperación comenzaba a dominarla, se tomó su tiempo en la ducha para pensar bien en un plan donde no sospechara que ella fue quien lo delató. Aunque realmente le importaba tan poco que lo descubriera.

Se lavó completamente, sentir esa asquerosa esencia del perfume de Finn le provocaba ganas de vomitar... Bueno, todo él en si. Cuando ya estuvo segura de que no tenía esa esencia que la empalagaba, salió, se vistió y sin perder el tiempo se pusieron en camino a la casa de Raven, la única amiga que posee, la única que podía soportarla, más bien; porque gracias a esa actitud arrogante y creída, las personas tendían a tener mucha aversión por ella, cosa que le importaba una mierda. A Clarke, lo único que deseaba e interesaba era el poder. Y ser Fiscal General, era solo un alto escalón para ser lo que realmente quería.

Toco el timbre con absoluta desesperación, al cabo de unos minutos, una morena de piel bronceada abrió la puerta con una grandísima sonrisa, estaba feliz, ambas estaban realmente felices. Al fin meterían al cerdo de Finn en la cárcel, junto con aquel mafioso que llevaba años evadiendo la justicia, solo unos días más, un par de días más y acabaría ese "martirio".

—¿Qué tal tu noche de sexo duro y fuerte? —Pregunto su amiga con tono de clara burla.

—Asco. Realmente tengo estomago para estar soportando a alguien como él... Lo que hago para lograr mis metas —Responde Clarke, haciendo un gesto como si fuese a vomitar.

—Podrías hacerlo sin recurrir al sexo... Solo que no quieres aceptar el hecho de que te gusta mucho hacerlo. Lo ninfómana se te nota en el rostro.

—No soy ninfómana. Si es cierto, como cualquier otro ser humano, disfruto mucho de él —Se sienta en uno de los sofás, mientras Raven le acerca un vaso con agua—. Pero en la forma que lo dices, es como si me acostara con todo aquel que pueda ayudarme en mis metas, y no es así. A algunos los seduzco y otros, como con Finn, llego a sus camas. Lo cual solo ha pasado con tres personas.

Verte es... PecadoWhere stories live. Discover now