Mire a Dome —¿Tu también traes uno?

Me saco la lengua, —P–pervertido —cruzo sus brazos sobre su pecho sonrojiendoce.

—Solo digo que te verías genial. Igual estás hermosa.

—Ni quien te entienda. Al fin sales...

Ladee la cabeza. No puedo pensar en Anabel ahora.

Transcurrió el tiempo. Armamos las carpas en parejas, no mentire. Esa parte si me gustó, es divertido pasar tiempo de calidad con Domenica.

Las bromas, los chistes y las pláticas sin sentido, forma parte de nosotros, un mundo al cual los dos éramos los únicos con acceso.

Seguimos actuando como amigos a pesar de todos los sentimientos en medio.

—No creo que eso vaya ahí. —rio.

—¿Qué? ¿Porque no? Se ve bien.

—Allan, —siguio riendo. —se ve deformada. No eres un buen campista. Imagínate, si estoy contigo en una selva, ¡Caramba, me pierdo!

—Pero estarás conmigo, ¿qué tiene de malo? Soy gracioso, carismático  ¡Qué  más puedes pedir... soy el mejor  amigo... —,lanzó el manual. Necesito despejar mi mente.

¿Porqué Anabel? ¿Porqué ahora? ¡No tiene sentido! ¡No lo hay! Se supone... se supone.

—Lee o dormiremos en la arena.
—Asenti, es mandona.

Al terminar los cuatro inflamos una pelota para jugar en el mar. No solo pasaríamos sentados mientras pasan las horas. No, vinimos a divertirnos.

—¡Oh, atrapala! —me salpicó en la cara. El agua  del mar es fresca y salada —¡Casi!

—Lo siento, toma —segui lanzándo.

●●●

Nos sumergimos en el mar. Las olas se encargaron de masajear nuestros cuerpos; relajarse no tiene nada de malo.

¡Somos adolescentes buscamos divertirnos!

—¡Bu, te atrape! —me abrazo desde atrás. Su olor seguía enloqueciendo me —No escaparas.

El agua me facilitó muchas cosas, la agarre de la cintura para estar cara a cara, y en ese instante la aprete contra mi cuerpo. Su calor, llenaba de vida a mi corazón.

Besé sus labios, no lo pude resistir. El sabor a fresa, se mezcló a lo salado del mar, pero no podía parar. Es tan adictiva su boca.

Ya no pensaba en nada, solo el lo bueno que era amar a alguien y que fuera correspondido.

—¡Paren tortolitos! —, nos separamos. —Vamos a salir del agua, ya estamos de seguro como pasas arrugadas —Se río de su propio comentario —, además la noche está cayendo. Va hacer mucho frío por como está el viento.

Quejándome salí del agua. Nos quitamos la ropa mojada. O si no pescariamos un resfriado, de seguro.

Joel me sorprendió. Sabe cocinar de marravilla, luciendoce al frente de todos mientras su orgullo se infla, rodeando la fogata, nos servimos los alimentos. Nada malo ha pasado, y mañana nos marcharemos.

Fue sencillo. 》

Me divertí demasiado. Quizás después de la graduación de Pablo, vengamos de nuevo a acampar.

—Tomen, un poco de té. —Nadia, muy amable nos pasó una taza a cada uno.
—Sera bueno esta caliente.

Froto sus manos abrazandoce.

¿Y si te digo que te extraño? [EN REVISIÓN]Where stories live. Discover now