Capítulo 14: Necesito tiempo.

Start from the beginning
                                    

—¿De repente te preocupas por mí Ethan?, ¿En serio?— me sonríe y yo lo miro serio —ok, estuve ocupado viajando y haciendo varias cosas.

—¿Qué clase de cosas?

—Cosas personales Ethan, cosas personales.

Decido no seguir insistiendo porque ya sé que no me va a dar la respuesta.

—Está bien— le doy un trago largo a mi cerveza y él me sonríe.

Estarán pensando: ¿Por qué sonríe siempre?

Es una de sus "cualidades", porque no es una sonrisa bonita, es todo lo opuesto.

Es la típica sonrisa de un hombre sínico y psicopata que hace cosas no tan buenas, y que a través de sus ojos hay un pasado oscuro y demasiados secretos.

—¿Qué te trae por aquí, mejor dicho, por qué estás aquí? Solo hablamos hace unas semanas por teléfono y nada más— su voz me saca de mis pensamientos.

—No te había dicho antes, pero hace unas semanas yo me acosté con ella— él sabe de quién hablo y por un momento creí haber visto que se había tensado, pero al segundo sonríe.

"Debo estar imaginando"

—Joder, ¿De verdad?— asiento y él se ríe.

Desde que lo conocí supe que no estaba en sus cabales, y que al menos un tornillo le faltaba.

»No asientas nada más, necesito detalles Ethan, ¿A ella le gustó?— hago una mueca.

—Sí— rueda los ojos y termina de tomar su cerveza.

—Pero qué, ¿Ella gimió tu nombre y tuvo el orgasmo rápido?

—Ay en serio, no empieces.

—Cuentame Ethan, sabes que puedes confiar en mí.

También termino la cerveza y lo miro.

—Sí, gimió mi nombre todas las veces que la toqué, estaba muy mojada cuando la penetre, tuvo dos orgasmos y los dos nos corrimos al mismo tiempo, ¿Algo más?— pregunto con sarcasmo.

—Esa es la actitud y no, ya escuché lo que quería saber.

—Dios aveces eres un grano en el culo— ruedo los ojos y él asiente riendo.

La camarera esta vez trae un whisky y dos vasos.

—Pero poniéndonos serios, ¿Tú crees que después de que follen y pasaran los días, ella siente algo por tí?

Abro la boca pero la cierro repetidas veces como un pez.

Pareciera que nada había pasado entre los dos y con el pasar de los días esa noche quedó en el olvido.

—Ethan...

—No— contesto al mismo tiempo y él sirve en los vasos una gran cantidad de whisky.

—¿Tú la amas?— pregunta serio.

Es mi turno de reírme como un loco.

—¿Desde cuándo te interesa mí vida amorosa?— "O lo desastrosa que es" pienso.

—Desde que me llamaste para vernos, porque estoy seguro de que querías que te ayude.

No le respondo y eso lo confirma.

»¿Quieres que sea honesto?

—No— aunque sé que no me va a hacer caso.

Sabes que ella jamás te va a ver de otra forma que no seas su mejor amigo.

El Miedo De Ámbar #1 Where stories live. Discover now