Una gota de agua.

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10/01/2020.



La tormenta había pasado, el cielo se despejaba y volvía a su lindo color celeste, mas ninguno de los dos chicos en la casa se había dado cuenta de esto puesto a que no estaban pendientes de lo que pasaba afuera con el clima.

Will y Dipper estaban acurrucados en el sofá de la casa del último mencionado y menor de ambos, estaban solos ya que el resto de la familia Gleeful había hecho planes fuera de la casa y con la tormenta que acababa de pasar no volverían pronto, eso les daba tiempo para estar juntos sin que los molestaran.


En la cocina una sopa terminaba de prepararse, ya casi era la hora de almorzar, aunque ninguno demostraba tener hambre a pesar de ser el caso.
El mayor veía la película puesta en el televisor de la sala con mucha atención mientras que el castaño acariciaba su cabeza.
Will no mostraba acción ante el toque del menor, quizá porque ver uno de sus regalos le parecía más importante en ese instante. 



Dos voces, una canción... —tarareo—. ¿Sabías que amo a Barbie? —preguntó mirando a Dipper quien soltó una risa por la manera de actuar tan infantil.

—Sí, lo sé... con tal no la quieras más que a mí no hay problema—susurro besando la coronilla de su cabeza. Will se separó y lo miró serio—, ¿qué? ¿Y si me dejas por una Barbie?

El de cabello azul dejo salir una carcajada.

—Por una muñeca Barbie no te voy a dejar, de igual ya tengo varias de colección y no lo he hecho... y por una chica que se parezca a una Barbie, menos. —Se quedó pensando unos segundos mirando el techo—. Pero si hablamos de Barbie, Barbie... ella puede ser lo que quiera ser, y si quiere ser mi novia no se lo voy a negar.

—Oye.

—Sabes que te quiero mucho. —Dio un beso fugaz sonriendo para después levantarse del sofá— Mira, hasta te estoy respondiendo en vez de seguir viendo la película.

—Pero ya te viste esta película —respondió como si fuera lo más obvio. William frunció el ceño.

— ¿Y? Me ofendes. —Toco su pecho actuando dicha ofensa—. Yo podría verme las películas de Barbie mil veces sin cansarme, más te quiero tanto que estoy sacrificando este tiempo para ti. ¡Jum! —comenzó a caminar a la cocina, aun supuestamente ofendido.



Dipper negó con la cabeza, se levantó del sofá y siguió a su novio quien ya estaba revisando la olla. Un olor hipnotizante se desprendió cuando abrió la tapa con un guante de cocina en mano, Will respiro profundo hasta que sintió unos brazos rodearlo por atrás, sonrió ante el tacto.
Su estómago sonó segundos después, haciendo que su rostro se volviera rojo.


— ¿Seguro que no sacrificaste tu tiempo por la comida porque tienes hambre? —preguntó el castaño en forma de burla.

—Puede ser... pero lo primero suena más bonito.


—Eres increíble.


—Lo sé.

Dipper se separó de aquel abrazo mientras observaba a Will ojear y probar la sopa, no quería que se quemara.

Aprovechando que solo estaban los dos se darían un buen banquete.
Un almuerzo tranquilo entre los dos sentados en el sillón con la comida en la mesa en medio de la sala y en sus manos; lo normal sería comer en la mesa, pero el mayor quería seguir viendo películas mientras comía y Dipper no se lo negó.

Al final, terminaron por ignorar la película y hablar entre ellos. Los platos sucios se quedaron en la mesa mientras ellos continuaban riendo y platicando de cosas cotidianas con el sonido del televisor de fondo.


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