La ebria, el histérico y la malhumorada.

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Jennie bebió todo el contenido, y se quedó sentada mientras yo degustaba mi desayuno. Los huevos, el café, el pan tostado y el agradable de silencio de un domingo por la mañana, lograron regresar mis ánimos a la normalidad.

- No tienes buena cara.- Afirmó. Yo levanté mi mirada confundida.- ¿También tienes resaca?.- Preguntó apoyando sus codos sobre la mesa.

- Para nada, sólo no he dormido bien.- Respondí bebiendo mi café.

- ¿Hice mucho ruido?.- Preguntó preocupada.

- Para nada, no fuiste tú.- Mordí mi tostada.- Fue Bambam.

- Bambam.. ¿Él volvió tarde?.- Preguntó desconcertada.

Negué mientras tragaba.- Llegó cuando te dormiste, pero se pasó toda la noche caminando de aquí para allá.- Ella me observó en silencio.- Estaba preocupado por ti, no durmió en toda la noche. Estaba histérico, lo saqué de mi cuarto unas cinco veces pero aún así continuó.- Admití rodando los ojos.

Ella hizo una mueca.- Él es tan dulce..- Murmuró.- Quizás.. podría prepararle el desayuno, ya que se quedó toda la noche cuidandome.- Habló pensativa.

- Tu cuidas de él todos los fines de semana, y no veo preparandote un desayuno.- Dije mirandola con el ceño fruncido.

Eso es una estupidez, pero no es tu problema Lisa

- Sí, pero hace otras cosas.. Él es muy lindo ¿Sabes?.. Siempre es tan considerado conmigo, no estaría mal sorprenderlo.- Me puse de pie y llevé los utensilios hasta la bacha para lavarlos.- Sería algo lindo..- Continúo.

- Supongo.- Respondí con algo de fastidio, recordando como se había pasado toda la noche cuidandola.

¿Bambam era todo eso? Por supuesto. Pero ella tenía lo suyo y por alguna razón, escuchar como lo prestigiaba, me repelia. Las relaciones - por mucho que me disgutaran- eran cosa de dos. Y aplaudir tanto los actos de sólo uno, siempre traían consecuencias.

- Creo que haré eso..- Habló poniendose de pie a mis espaldas.- Pero primero me daré una ducha, huelo terrible.- Admitió con vergüenza.

- Bien.

Subí a mi habitación, me sentía realmente inquieta, y sentía un dolor en la parte trasera de mi cuello, producto del más descanso y también del estrés por la universidad.

Tomé mi pantalón deportivo corto, una sudadera negra, me puse mis tenis y ate mi pelo en una coleta alta, era hora de liberar la tensión acumulada.

Salí de mi cuarto, del lado opuesto del corredor, Jennie abría la puerta del baño con una toalla colgada de sus hombros. Me miró con el ceño fruncido.

- ¿Sales?.- Preguntó.

- Iré a correr, nos vemos luego.- Respondí y bajé las escaleras presa de la tensión.

Necesitaba correr. Correr mucho. Y así lo hice. Cuando mi tenis tocó la acera de nuestra casa, comencé a trotar lentamente, para luego acelerar el paso hasta que comencé a correr.

Esto no era Tailandia, el gris del cemento estaba por casi todas partes, en mi adorado país había árboles cada treinta metros. Estaba tan lejos de casa. Pero el suelo era el mismo. De alguna forma, seguía aquí.

Me detuve unos instantes para colocarme mis cascos y le subí la música a lo máximo. El sonido de Yellow de Coldplay. Esa canción me calaba hondo.

No tuve noción de cuanto había corrido en sólo minutos, pero cuando sentí que fue suficiente, comencé un lento y relajado regreso. Ya no tenía ganas de estrangular a Bambam al menos.

Subí las escaleras rápidamente y pasé a mi cuarto para coger unas toallas y ropa limpia. Iba a entrar al baño cuando un par de risas detuvieron  mi camino.

Me asomé hacía el cuarto de Bambam, y pude verlo sentado en su cama, junto a Jennie, con una bandeja que tenía unas tazas, tostadas y de más. Ellos charlaban a gusto, Jennie acariciaba su cabello y él la miraba con la dulzura que sólo Bambam poseía.

Al final, lo hizo..

Negué mientras los observaba y luego voltee para volver a la ducha. Ellos eran la pareja perfecta, Bambam la amaba y Jennie no hacía menos que eso.

¿Cómo es que pueden entregarse de esa forma?

No lo comprendía, al menos no a Bambam. Tantos corazones rotos, tantos meses llorando. Eran increíble que aún pudiera amar de esa forma.

Y tu..

No era lo mio. Yo no podía permitir que alguien me tuviera al borde del acantilado, siempre expectante, siempre ansiosa. Yo era siempre tan.. yo. No tenía tiempo, o paciencia para lidear con alguien más.

No. No era lo mío el amor.







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¿Comenzamos maratón?

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"LA NOVIA DE MI PRIMO" | JENLISAWhere stories live. Discover now