capítulo 13

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●Alek●

Asi que Hanna no recordaba el lugar de la colina, bueno no la culpo era muy pequeña cuando fuimos por primera vez. Se que tengo que decirle la verdad pero si tan solo fuera fácil.

«Sí lo es, aveces me da vergüenza ser tu consciencia

Miro de reojo a Hanna que está observando el camino a través de la ventana del auto, ahora se ve más relajada de lo que estaba antes. Pero pone mi mente no deja de andar la idea de que es...

Mi hermanastra.

«No, no los es»

Si, lo es.

«Ni siquiera comparten la misma sangre.»

Esa estúpida voz en mi cabeza, se que tiene razón pero estaba empezando a joderme las pelotas. Quería decirle la verdad, pero joder, no sabía ni por dónde empezar. No puedo ir decirle "Hey, soy tu hermanastro jeje" ¿Y si reacciona mal? ¿Y si empieza a preguntar por mi madre?

No estoy para jugar a la familia perfecta  de nuevo.

No podía dejar de observarla, la misma niña de grandes ojos azules, a la que le gustaba llevar dos coletas y que lloraba por todo, estaba a mi lado, pero ahora era una mujer en todo el esplendor de la palabra.

«Le tienes ganas»

Frunzo el ceño y sacudo la cabeza ante ese pensamiento.

«Hazte el loco no más, tú solito te torturas»

Ok, lo admito, no estoy ciego, ella es muy hermosa. Y sí, llegue a tener ciertos pensamientos pervertidos antes de enterarme que era mi hermanastra.

«Ex-hermanastra, mejor dicho»

Trate de alejarme de ella por varias semanas y ni así logro evitarla, se hizo muy amiga de Eliot y ahora pasa más tiempo con él y va más seguido a la cafeteria. ¿Será que le gusta Eliot? Igual eso no debería importarme.

—¿Puedes parar en una heladería? —pregunta ella sacándome de mis pensamientos.

No protesto, me limito a asentir y empiezo a buscar una. Minutos después me estaciono frente a un par de locales.

—No tardaré —dice y baja del auto.

Y por inercia yo también me bajo y la sigo.

Al acercarnos a la entrada de la heladería, esta tiene dos puertas de vidrio transparente, dejando ver el interior del local, veo que Hanna empuja una de ellas, pero esta no cede y vuelve a empujar sin obtener resultado.

—Dice “Jale” —digo señalando el pequeño cartel en la puerta, tratando de no reírme.

Mira el cartel y trata de disimular que no se había dado cuenta —Si sabía, solo quería comprobar si te darías cuanta.

—Ya claro —contengo mis ganas de reírme.

Entramos y me siento en una de las pocas mesas desocupadas, el lugar está casi lleno. No es una heladería en sí, veo que venden de dulces de todos los sabores y colores.


—Ya que entraste conmigo, te invito un helado ¿Que sabor quieres? —me pregunta deteniéndose frente a mi sin sentarse.

—¿A mí?

—Como forma de agradecimiento por lo de antes —me dice a lo que yo eleve ambas cejas sorprendido— Si no vas a querer, mejor para mí —se exaspera al ver que no respondo.

—Está bien —sonrió— quiero de menta —pone una mueca y yo dejo de sonreír inmediatamente —¿Qué?

—¿Menta? ¿Enserio? —pregunta.

Creciendo Junto A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora