El Dúo Perfecto| Jotakak

Pequeños problemas (Parte 2)

Después de que el mayor había dicho aquellas palabras Kakyoin solamente rogaba que no tuviera su rostro del color de su cabello, por que si no, sería notablemente su vergüenza y pena al mismo tiempo.

- Oye...no exageres tanto - dijo de forma disimulada mientras miraba a un lado mirando al reloj del local - tenemos que irnos ya, no tenemos que llegar tarde - y dicho eso se levantaron recogiendo sus cosas para después pagar lo que pidieron para irse encaminando hacia el teatro donde van a tener ciertos problemas a los que cada uno tiene su nombre y apellido.

Ya terminado de pagar sus aperitivos mañaneros, se encaminaron hacia el teatro con más calma disfrutando de la compañía del otro sin decir nada. Entrando al teatro fueron recibidos por los demás artistas que se encontraban en la entrada para después ir a su camerino de siempre.

En el camino se encontraron al sub director Brando hablando junto al director Jonathan y también se dieron cuenta que el rubio tenía agarrado de la mano a un niño de aproximadamente 4 años con cabellos negros y marrones.

"¿No había dicho que iban a ser más niños?" Pensó el pelirrojo mientras se acercaba a los dos hombres mayores siendo saludado respetuosamente por ambos, mientras que Jotaro tenía su cara seria estando a lado del pelirrojo.
- Por lo que veo llegaron temprano -  sonrió con un poco de arrogancia mientras se agachaba a la altura de su hijo acariciándole la cabellera - este pequeño es Rykiel, tiene 4 años a lo que es algo tímido y no habla mucho - el niño solamente se escondía en el pecho de su padre mientras él rubio seguía acariciando la cabellera de este.

- Por si preguntan, los demás niños están en su camerino esperándolos y cada uno se presentará a ustedes - dijo de forma amable mientras sonreía.

- Haremos nuestro mejor esfuerzo cuidando a sus niños señor Brando -  dijo mientras hacía una reverencia y miró al chico a lado suyo dándole una mirada para que haga lo mismo que él, a lo que con mala gana lo hizo.

- Bien, espero que cuiden bien de mis hijos, yo, DIO, confío plenamente en ustedes - dijo mientras le daba unos empujoncitos a su hijo para que vaya a donde los adolescentes por lo que el niño acató la orden con algo de duda.

Los dos adultos se retiraron mientras se dependían del niño pequeño a lo que Noriaki quiso presentarse debidamente al niño mientras se agachaba a su altura.

- Así que... Rykiel, ¿cierto? - dijo de forma amable transmitiendole algo de confianza - Mi nombre es Noriaki y mi compañero es Jotaro, no te preocupes, nosotros te cuidaremos bien a ti y a tus hermanos - el pequeño Rykiel solo asintió con timidez a lo que el pelirrojo le agarró la mano con delicadeza mientras caminaban hacia el camerino.

- Esto es jodidamente estúpido - le susurró el pelinegro a modo de fastidio a lo que el pelirrojo escuchó susurrándole.

- No puede ser tan malo, deja de ser un amargado - dijo en forma de burla hasta que llegaron a su camerino abriendo la puerta encontrándose con otros tres niños.

A los dos adolescentes casi les da algo a ver a su camerino casi hecho un caos, veían lápices de colores tirados, las sillas movidas en todas partes y el tocador estaba lleno de libros para pintar o dibujar.

- Esto es una pesadilla - dijo el pelinegro mientras que tenía su cara con una mueca de fastidio pero el pequeño Rykiel se fue a donde sus hermanos a jugar también.

Noriaki solo suspiró hondo y quiso poner algo de orden mientras ponía su folder y su preciado violín a un lugar alejado de esos niños para evitar que se caiga o le hicieran daño.