Capítulo 11

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Timaeus

Muevo mi cabeza al ritmo de la música. La música de Joke es realmente buena, Apolo estaba haciendo un gran trabajo con ellos como productor.

Lo miro de reojo mientras conduce. Está relajado mientras vamos de camino al aeropuerto. Hoy llegan los padres de Phoebe. Con el día del nacimiento del mini-lux cada vez más cerca prefirieron estar en la ciudad por si llegase a adelantarse. Toda la familia estaba a la espera del día. Inclusive para que Phoebe estuviese siempre acompañada, por cualquier emergencia, ambos se mudaron de regreso a la casa de Malibú.

Athan aprovechó la oportunidad para mudarse con Neo con la excusa de que ahora hacía falta espacio, lo cual era un poco ridículo en una casa de más mil metros cuadrados. Sin embargo, en el fondo entendía esas ansias de libertad.

—Cierto, Tim. Acabo de recordar. Kath me dijo que estarían contratando nuevos compositores. Quería que yo los viera, pero con el bebé y los padres de Phoebe aquí no creo que pueda. ¿Podrías hacerlo por mí?

Lo miro incrédulo y es que no podía creer que Apolo estuviera pidiéndome ayuda.

—¿Me lo estás pidiendo enserio?

Me mira por un segundo antes de volver su vista al camino.

—Claro. Solo puedo pedírtelo a ti y a Basha. Y dado a que Basha está de un humor de perros, creo que es más benéfico que tú los veas. Es probable que Jesse también esté para ayudarte.

—Está bien. Cuenta conmigo.

—Gracias.

No puedo imaginarme lo que le ha costado pedirme ayuda. Apolo es de la clase perfeccionista que piensa que si no lo hace él es imposible que esté perfecto, pero ahora tiene algo mucho más grande de lo cual preocuparse.



Al regresar a casa, todo es un pequeño caos. Hay cajas por todo el salón, supongo que llegaron ya las cosas que escogieron Apolo y Phoebe en la tienda para bebés.

Mi adorada cuñada está en todo su esplendor en el sofá más grande rodeada de pequeñas cajas. Su barriga apenas la deja estirarse y la veo haciendo un gran esfuerzo por tomar una bolsa fuera de su alcance. Sin perder tiempo dejo las maletas de sus padres en el recibidor y me apresuro hacia ella. No es bueno que haga esos esfuerzos.

Tomo la bolsa y se la extiendo. Ella me agradece con una sonrisa resplandeciente y es que, desde que llegamos, ella parece brillar de lo feliz que es de tenernos aquí. Bueno, seamos sinceros, de lo feliz que está que su marido esté aquí.

Escucho las voces venir del salón y pronto aparecen sus papás con Apolo detrás de ellos. Mi madre también aparece al escucharlos, al parecer estaba encargándose de algo en la cocina. Yo aprovecho la emoción para escabullirme escaleras arriba hacia mi habitación.

Es una tarde calurosa. Tengo que encargarme de un par de cosas de la fundación, pero el día está tan bonito que quiero disfrutarlo un poco mientras trabajo. Tomo mi laptop de mi escritorio y me dirijo a al balcón. Mi habitación, la de Basha y la de Apolo tenían balcón que daba hacia el mar. Pensándolo bien creo que nunca lo he disfrutado lo suficiente. Con el sol bañándome, me siento en la tumbona y comienzo a revisar lo que tengo pendiente.



Estoy terminando de enviar un par de correos cuando escucho nuestro garage abrirse. Desde donde estoy alcanzo a ver el auto de Neo. Supongo que también estará aquí para ver a Phoebe o tal vez vayamos a cenar todos juntos y no lo sé.

SAGA LUX III | Los colores de TimaeusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora