— Si importa Camila, tu hermano me ha buscado, me ha contado todo y me ha dicho lo que ha sucedido, no sabes cuanto lo siento y cuan culpable me he estado sintiendo — manifestó  — Claro y me ha amenazado un poco — soltó una risa nerviosa.

— Y preferiste escuchar a alguien más que a mí, eso demuestra mucho — encogí mis hombros para restarle importancia—  Pues te doy una noticia Mason, la que no quiere escucharte ahora soy yo. Así que nuevamente te pido que te retires — pedí señalando la puerta.

Una persona deprimida no sabía que lo estaba, así que yo no tenía ni la más mínima idea, solo creía estar molesta con la vida, con Daniel y lamentablemente con Mason.

No quería hablar con nadie, sentía que le hacía daño a los demás y se lo había hecho a él, pero solo que no me escuchara me hizo sentir un reproche hacia él que no podía contener.

Se quedó callado, no decía ni una palabra más. Yo me mantenía de espaldas hacia él y había largado un gran suspiro creyendo que se había marchado.

— La felicidad es un pájaro espléndido y esquivo, y solo pueden atraparlo los que suban hasta lo alto del árbol, y yo no quiero que el mio se escape Camila — dijo acercándose a mi y tomándome de los brazos. Por un momento esas palabras movieron algo en mi.

— No, no no y no — negué efusivamente volteandome tratando de contener mis lágrimas, porque esas palabras si me afectaron — Porque yo logré agarrar ese pájaro, lo tuve en mis manos y era hermoso, y tú... Tú — intenté acabar pero se quebró mi voz — Tu de un solo golpe lo tumbaste de mis manos y se fue volando, ya no está, se esfumó.

— No digas eso, estoy aquí a pesar de todo, apesar de ti, y apesar de mi — se acercó un poco — Te conocí y algo moviste en mi, en tan solo días te quise aunque era algo insólito, hice de todo para que me quisieras y terminé amándote yo más enfermizamente, apesar de una mentira aquí estoy porque no hay nada que pueda acabar con mi amor — tomó luego mis manos — Los dos cometimos errores, pero si de algo estoy seguro es que me enamoré, solo hace falta que tú digas lo mismo.

No dije nada, de mi boca no salió ni una sola palabra después de aquello que me dijo, aún cuando quería gritarle que SI.

— ¿No dirás nada? — cuando salió de su boca esa pregunta me puse alerta, debía decir algo que o me salvara o me hundiera más en ese amor que él decía.

— No creo tener nada que decir — apenas le susurré y retiré mis manos de las suyas.

Él no me buscó, y pude notar que creía que yo tampoco a él para poder explicarle. Sabía perfectamente que si Marcus había hablado con él, no creía le planteara el desespero en el que yo había caído, y que gracias a ello me fundí en aquella oscuridad por unas semanas.

— ¿Vas a dejar que me marché así? — me encogí de hombros, no tenía mucho que decirle.

— Ya es tarde para esas palabras, yo solo causo daño, y ya te lo he demostrado.

— Ésta no eres tú — negó muchas veces con su cabeza — No es la misma Camila qué conocí durante estos meses — pasó una de sus manos por su cabello con un poco de desespero.

— Esa Camila ya no está, lo que ves, es lo que hay, así que te voy a volver a pedir amablemente y por última vez que te marches Mason — ya me encontraba ansiosa.

— No creas que me rendiré, no llegué hasta aquí para nada — lo sentí un poco extraño — Escúchame muy bien — dijo pero agachó un poco su cabeza — Voy a luchar por traer a esa Camila de vuelta, así termines odiandome en el trayecto — evitó mirarme, y se giró para dirigirse a la puerta.

En el trayecto a la salida se topó con mi madre — ¿Mason que sucede? — preguntó y me pareció algo un poco raro.

— Nada señora Therese, nos vemos — le dijo eso a mí madre sin mostrarle completamente su cara, y sin voltear como la última vez que se marchó.

Apenas sentí mi corazón arrugarse un poco, pero descarté la idea y solo lo ignore.

— ¿Camila qué ha sucedido? — mi madre se acercó a mi pero la evité

— Nada mamá, lo que tenía que pasar, se ha ido y ya no volverá.

— ¿Por eso se ha ido con sus ojos así de tristes y casi apunto de llorar? — eso me sorprendió un poco pero no quise darle importancia y pasé de largo a mi madre para subir las escaleras.

Sentía ganas de salir tras él, de decirle que sí, que yo también me había enamorado, que me perdonara por mentirle. Pero no fue así, no moví ni un solo músculo porque creía que estaba mal, que yo no había nacido ni estaba hecha para amar porque solo los dañaba, y que en algún momento de sus vidas los retenía.

Había pasado con mi madre, con Marcus, poco a poco yo sentía que sucedía con mis amigas por más que intentaba alejarlas para que siguieran con sus vidas, y no me permitiría que sucediera lo mismo con él.

Mis amigas se aferraban a mí como un ancla al profundo océano, ellas en algún momento creyeron que yo era su barco, que yo las mantenía a flote, pero la verdad es que yo era su ancla, las que las dejaba estancadas sin poder moverse, y sin poder navegar en el mar de sus propias vidas. Y era hora de que eso cambiara.

Me dije a mi misma que trataría de que ellos decidieran alejarse por si solos, y sino haría como siempre, alejarme yo. Y en ese momento, en el más vulnerable de todos, mis ánimos y mis sentimientos no eran los mismos, por lo que opté por la segunda opción.

A toda costa y como sea me iba a alejar de ellos, en ese instante no me dolería porque como estaba nada me afectaba, pero cuando saliera de ese trance en el que me encontraba mi corazón se partiría en 6.

5 distintos amores a los que había aprendido a querer de una manera distinta, y ese 6, ese solito se partiría en muchísimos pedazos más, porque ese era un amor grande, puro, infinito, el que había empezado a sentir y que era tan distinto a los otros.

Ese me dolería mucho más.

°°°°

Los amo.
Besos
#Gely

Si No Veo Tus Ojos [Corrigiendo]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin