Almas conectadas (Atem x Amunet x Kaiba)

Reino de los duelos #3

Ahora solo queda un duelo antes de enfrentarse a Pegasus y era Joey vs. Yugi (Yami) un duelo que podía dañar su amistad todos estaban nerviosos por como iba a terminar todo eso son mejores amigos desde que Yugi los defendió de un matón de la escuela así es como su grupo comenzó a existir su grupo de la escuela era una prueba difícil, pero si logran pasar esta podrán solucionar todo lo que venga de ahora en adelante. Cuando inicio el duelo estaban buscando sus mejores estrategias ambos se veían inseguros por lo que pasaría durante el duelo, Amunet veía todo y se sentía triste por no haber participado en los duelos, pero sabía que este era el destino de Yugi y Yami después de buscar sus estrategias el duelo comenzó a escalar con una ferocidad por ambos bandos tanto que se podía sentir dicha fuerza en el viento al final de todo el combate gano Yugi sus amigos se quedaron viendo como iban a estar la situación cuando de la nada Joey felicito a Yugi por haber ganado todo estaba bien entre ellos dos así que salieron de la arena de duelo para ir a ver a sus amigos estaban celebrando ellos cuatro cuando se acercó Yugi a hablar con Amunet, ella lo felicito hizo un gran trabajo durante el duelo, pero le entrego una carta que podría servirle en la batalla contra Pegasus una carta mágica la trampa de la marioneta cuando se activa esa carta mágica su poder es que activara una carta trampa del rival y va a hacer la inválida y luego la destruirá para regresar al deck en vez de ir al cementerio.

Amunet: Éxito en tu combate contra Pegasus *sonríe*.

Yami: gracias Amunet me hubiera gustado combatir contra ti y fue muy noble haber cedido tu lugar a Joey.

Amunet: él necesitaba esta oportunidad más que yo.

Solo terminaron de conversar y Yami fue llamado al área de duelos para comenzar el último duelo este iba a decidir el destino del mundo porque si perdía Yugi debía de entregar el rompecabezas del milenio y Pegasus obtendría su poder.

???: ¡Las finales del reino de los duelos darán comienzo ahora mismo!

Tea: ¡tú puedes Yugi!

Joey: ¡Vamos amigo!

Tristán: ¡Tú puedes amigo!

Amunet: (vamos Atem tú puedes) ¡Vamos Yugi!

Cuando el combate comenzó ellos estaban perdiendo lo que hizo que Amunet se pusiera muy nerviosa no quería que Atem y Yugi acabarán en el Reino de las sombras o que Pegasus se quedara con el alma de Atem aún faltaba mucho por descubrir y saber debían de volver a su hogar juntos, si Yugi pierde a Atem él nunca podría descansar en paz y Amunet se moría, ya que su cuerpo físico solo existía gracias a los cristales si estos se acaban ella moría. Amunet tenía el corazón acelerado tanto que le comenzó a doler demasiado al igual que su cabeza intento mantenerse de pie para ver la pelea. Pero no pude y cayo de rodillas.

Tea: Amunet ¿Te encuentras bien?

Amunet: si, solo debo descansar un poco anoche casi no dormí nada *jadea*.

Estuvo por varios minutos en el suelo mientras se calmaba su pulso hasta que recupero la fuerza necesaria para levantarse solo logro levantarse y siguió viendo la pelea si no hacia el esfuerzo por descansar iba a sufrir más su cuerpo era antiguo si no recibía su energía vital de los cristales se volvería polvo en horas mientras Amunet veía la batalla se puso intensa, Pegasus sé sabia todas las estrategias de Yami lo que le dificultaba atacar de la forma correcta así que comenzó a desesperarse no sabía como avanzar o que hacer para salir de esa situación de la nada todo cambio drásticamente cuando pegasus mando a Yugi y a Yami al reino de las sombras para continuar con la batalla allí, solo vio eso Amunet y fue corriendo para intentar entrar para ayudar a sus amigos cuando estuvo enfrente del reino de las sombras tomo un respiro y comenzó a entrar, pero vio como envejecía al instante de comenzar a entrar, su cuerpo estaba muy débil, si Amunet hubiera peleado contra Pegasus en el reino de las sombras hubiera encontrado la muerte definitivamente así que se puso a rezar enfrente del reino para que ellos pueden escucharla cuando los demás llegaron la vieron recitar mientras aparecía una energía dorada a su alrededor.