1O.

769 149 104
                                    

Capítulo n. 10,

N O S         V E M O S

El timbre de la humilde morada sonó por todo el lugar, una energética chica corrió escaleras abajo, ansiosa por juntarse con su amigo para poder jugar

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

El timbre de la humilde morada sonó por todo el lugar, una energética chica corrió escaleras abajo, ansiosa por juntarse con su amigo para poder jugar.

─¡Vamos, vamos!

Agarró su muñeca para ir a la habitación donde un montón de peluches esperaban sentados en pequeñas sillas con tazas de té por aquí y por allá.

─¡Has sido invitado por la princesa!

Sentó al chico en una silla mientras vertía el "té" en un vaso con una gran sonrisa. Tratándolo como a un noble príncipe.

─Oh, el malvado demonio viene a por la bella princesa, tienes que rescatarla.

Agarró un peluche y se subió a la cama empezando a saltar, invitándolo. Sacó una espada de cartón que había tirada en el suelo, acabando con el malvado demonio, ahora ambos saltaban en la cama riéndose.

─Hey Fuku, ¿me prometes que siempre serás mi príncipe? —asintió, entonces tendió el dedo meñique para cerrar la promesa— ¡Genial, entonces tendrás que casarte conmigo!

Bajó de la cama para correr a la mesa donde había algunas bolsas de chucherías, agarró un 'Kasky' para colocarlo en el dedo del chico.

─Ahí, perfecto.

Pasaron toda la tarde jugando a ese tonto juego de niños hasta que oscureció. Algo triste porque su amigo debía marcharse lo abrazó fuertemente, sonrió brillantemente.

─¡Recuerda que siempre estaremos juntos Fukunaga!

Apretó la carta contra su pecho, no quería, más bien, no podía abrirla, siquiera se había atrevido a volver a leer su nombre escrito en esa letra cursiva, reconocería esa escritura en cualquier parte

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Apretó la carta contra su pecho, no quería, más bien, no podía abrirla, siquiera se había atrevido a volver a leer su nombre escrito en esa letra cursiva, reconocería esa escritura en cualquier parte. Eso era lo que temía.

La dejó sobre el escritorio, dio un par de vueltas a su cuarto, inquieto, tenía esa sensación de vacío todavía presente en su cuerpo y nada podía calmar su malestar ¿Por qué estaba recordando eso? ¿Por qué justo ahora? Cuando no sabe nada de ti. La mente se llenó de viejos recuerdos de vosotros, riendo, jugando, charlando o haciendo tonterías.

𝗦𝗲𝗲 𝗬𝗼𝘂 𝗟𝗮𝘁𝗲𝗿┃Fukunaga ShoheiWhere stories live. Discover now