O7.

744 158 9
                                    

Capítulo n. 7,

D I S C U L P A S

Tosiste bruscamente agarrándote a las sabanas de la cama, te dolía la cabeza demasiado y tenías la garganta áspera, tan solo pasar saliva era doloroso

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Tosiste bruscamente agarrándote a las sabanas de la cama, te dolía la cabeza demasiado y tenías la garganta áspera, tan solo pasar saliva era doloroso. Tus ojos viajaron por todo tu cuarto, dándote cuenta de que todo estaba en su sitio, te levantaste lentamente porque tus músculos también dolían como un infierno, sentándote en la cama estuviste unos minutos mirando a la nada mientras tu cabeza parecía palpitar fuertemente.

Reaccionaste cuando la puerta se abrió rápidamente golpeando la pared, tu madre te abrazó con lágrimas en los ojos mientras murmuraba cosas que no entendías debido a tu aturdimiento. Sin saber que hacer acariciaste la espalda de tu madre para calmarla, cuando pasó un rato se separó de ti para golpearte la cabeza, la miraste mal preguntándola mentalmente qué habías hecho.

─¡Mira que sustos me das! —te acarició las mejillas— Casi te mueres de hipotermia.

Primero te pega y luego te da caricias, definitivamente estaba loca. Dejando a un lado los problemas de tu madre decidiste preguntar qué había pasado, te explicó que te quedaste dormida en el bosque, justo cuando estaba empezando una tormenta nevada y que si no fuera por Fukunaga probablemente un resfriado no sería lo único que tendrías.

─Deberías agradecerle.

─Sí...

Se marchó dejándote sola, tomaste tu medicina y empezaste a pensar en que puede que también te hubieses comportando distante con él. Golpeaste tu cara contra la almohada constantemente, deberías disculparte de alguna manera, pero estabas enferma, lo más probable es que no pudieras verlo en cuatro o cinco días. Cogiste tu teléfono, desbloqueándolo entraste en tus últimas conversaciones viendo el chat de Shohei, mordiste tu labio escribiendo un mensaje para que viniera a verte en la tarde, cuando usualmente tenías la casa sola.

Tiraste el aparato volviendo a estampar tu cara contra la cama, sin darte cuenta quedaste dormida por el cansancio, cuando tus ojos se abrieron era bastante tarde, jadeaste tosiendo, haciendo que tu garganta doliera aún más. Volviste a tomar los medicamentos para bajar a la cocina, todavía te daba tiempo a preparar el chocolate caliente antes de que llegara.

Cerraste los ojos cuando echaste todo en la olla, esperando a que se calentara cruzaste los brazos, tu cuerpo descansaba apoyado sobre la encimera de mármol. El timbré sonó asustándote por lo relajada que te habías quedado, rápidamente fuiste a atender viendo como el chico estaba bien abrigado, una sonrisa nostálgica se posó en tu cara al ver como tenía mal colocado el gorro de lana roja.

─Pasa.

Mientras él soltaba sus pertenencias tú fuiste a poner el chocolate que ya estaba hecho en un par de tazas, corriste al salón para dejarlas en la mesa porque te estabas quemando las manos. Soplaste y agitaste las manos ante el dolor, entonces sentiste como te agarraban las manos delicadamente, con un pequeño sonrojo miraste como Fukunaga sostenía un paño húmedo, pasándolo suavemente por tus manos para calmar la quemadura.

¿Desde cuando te ponías tan nerviosa por los pequeños gestos del chico? Debe ser la fiebre. Sentías un nudo en la garganta al verlo tan tranquilo, como si nada hubiera pasado.

─Emh... —tosiste un poco para llamar su atención— y-yo lo siento Fuku.

Agarraste sus manos firmemente mirándolo, él seguía en silencio sin decir nada, empezando a ponerte nerviosa, viste como negaba.

─No, yo lo siento, fue un poco tonto ponerme celoso.

Su mirada decayó, sintiéndose estúpido al pensar en los anteriores días. Sacó un pequeño peluche en forma de gato negro de su bolsillo, algo malgastado y magullado por el tiempo, no era cualquier peluche era vuestro peluche. Cuando erais más pequeños discutíais por tonterías —como cualquier niño— entonces un día tu madre te dio el pequeño peluche para pedirle perdón a tu amigo por una tonta discusión, a partir de ese día usaron el pequeño gato para pedirse perdón mutuamente.

Lo observaste por unos segundos sintiendo ganas de llorar, lo abrazaste fuertemente, él también te apretó como si fueses a desaparecer. Estuvisteis por varios minutos en esa postura hasta que decidisteis recostaros en el sillón para beber el chocolate que se estaba empezando a enfriar. Una ligera risa se escapo de tus labios, la tensión que antes creasteis se había ido por completo.

─¿Estabas celoso?

Giró la cabeza sonrojándose avergonzado, no quería admitirlo tan fácilmente, reíste nuevamente te acercaste para agarrar sus rosadas mejillas.

─Creo que te entiendo —miraste sus labios— también me molestaría un poco.

Tus manos empezaron a temblar ligeramente al estar tan cerca del chico, que miraba atentamente cada uno de tus movimientos.

─Oye Shohei, —se confundió ante el uso de su primer nombre— nada, son tonterías mías...

Sonreíste alejándote de él, casi cometes un error al dejarte llevar, puede que fuese producto de tu fiebre pero en esos momentos viste como se desilusionaba al ver que no pasó nada más.

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
𝗦𝗲𝗲 𝗬𝗼𝘂 𝗟𝗮𝘁𝗲𝗿┃Fukunaga ShoheiWhere stories live. Discover now