CAPÍTULO UNO

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Well you can hide a lot about yourself,

But honey, what're you gonna do?


New Jersey - 6 de Abril 2015 


La luz que entraba por la ventana lo cegaba y el olor a café recién hecho le traía una extraña incomodidad. Él no debería estar ahí, no era culpable de nada... Quería salir corriendo de este lugar pero no lograría atravesar la puerta antes de que lo atraparan. Estaba jodido, realmente jodido.

-¿Way?.- La voz ronca proveniente de la otra habitación de la oficina le heló la piel.

No contestó, solo se sintió hundir en el asiento resistiéndose a mirar a aquel hombre.

-Entra.- Su voz denotaba autoridad pero estaba tan nervioso que no pudo moverse.- Ahora.- Le ordenó levantando aún más la voz y el joven obedeció al instante. No era un idiota, no quería meterse en problemas... Bueno, en más problemas.

La luz era más tenue dentro del pequeño cuarto, solo había una pequeña lámpara que colgaba del techo iluminándolo todo, sin duda recordaba aquella misma habitación muy diferente a como la veía ahora. Dentro solo estaba una mesa de madera desgastada por los años y dos sillas, colocadas una enfrente de la otra. Se estremeció de sobremanera y sus músculos se tensaron.

-Toma asiento.- Se mordió el labio indeciso... no indeciso de acatar la orden que le habían dado, sino de la forma en la que se iba a librar de esto, parecía simplemente imposible.

Se sentó con lentitud queriendo alargar este momento tanto como pudiera.

-Bien.- Dijo el oficial Carter poniendo una grabadora encima de la mesa.- Escúchame muy bien, vas a responder todas las preguntas que te haga, ¿de acuerdo?.- Asintió ligeramente mientras sentía el sudor bajar por su frente... El oficial lo miró frunciendo el ceño y encendiendo el aparato.

-¿Puedes decirnos tu nombre?.- Enarcó una ceja confundido, él sabía perfectamente quien era y como se llamaba ¿Para qué hacía esto?.- Solo responde la pregunta ¿okay?.- Sonó cansado y de mal humor, era muy tarde en la noche y de seguro no tenía tiempo para lidiar con esta mierda.

-Mi nombre es Gerard... Gerard Way.- Respondió casi en un susurro.

-¿Cuántos años tienes?.- Siguió con el interrogatorio sin siquiera mirar al joven, estaba leyendo algo de una carpeta roja que tenía frente a él y que estaba fuera de su alcance... De cierta forma su falta de contacto visual le hizo recobrar la compostura.

-Tengo 20 años.

-¿Sexo?

-Masculino.

-¿Hace cuánto tiempo vives en New Jersey?

-He vivido aquí toda mi vida, oficial... Pero me mudé a New York hace 2 años.- El oficial Carter asintió.

-¿Y por qué estás aquí y no en New York?.- Dudó en responder.

-Hmmm... Vine por mi familia. Vine a visitarlos.- Un sonido parecido a una carcajada salió de los labios del oficial.

-¿Sabes por qué estás en la jefatura de policía?.- Mordió su labio, la verdad sí, si sabía la razón... Pero no quería parecer culpable... No aún.

-No.- Respondió finalmente dudoso. El hombre fornido levantó una ceja con incredulidad sin quitarle la vista a su carpeta.

-¿Conoces a Frank Iero?

-Sí.

-¿Hace cuánto lo conoces?.- Llevó la mano a su frente y trató de limpiar el sudor... ¿Hace cuánto conocía a Frank? Diablos, no tenía ni puta idea...

-Esto es estúpido.- El oficial levantó de pronto la vista y sus ojos se encontraron con los del menor, estaba molesto.- Lo conozco desde que éramos niños, no sé con exactitud, hemos sido vecinos desde que nací... son muchos años la verdad.- Se encogió de hombros y apartó la vista sintiendo sus mejillas arder.

-Bien...- Continuó con su mirada fija en Gerard, podía sentir sus penetrantes ojos inspeccionarlo.- ¿Cuál era tu relación con Frank?

-No lo sé.

-¿No lo sabes?.- Negó con la cabeza, Carter abrió sus ojos sin dejar de fruncir el ceño.- ¿Qué eran?.- Puso sus manos en la mesa y se acercó más a Gerard.- ¿Eran amigos? ¿Novios? ¿Amantes?  ¿Enemigos?

-Creo que éramos de todo un poco.- Abrió bien sus ojos y lució completamente sorprendido... Le tomó unos minutos retomar su actitud autoritaria, pero ya era muy tarde, él le había mostrado su asombro a Gerard y eso le hizo perder los nervios... el oficial Carter era un simple idiota que no sabía nada, solo fingía saberlo todo, pero no era así. El pelinegro se relajó en su asiento y enarcó una ceja con prepotencia.

-¿Sabes? No me estas ayudando en nada.- Fingió organizar sus papeles y apartó la vista.

-Eso es porque no tengo nada en que ayudarlo, yo no sé nada... Déjeme salir de aquí.- Se levantó de su asiento pero Carter ni siquiera se inmutó, desde su posición el menor apenas y pudo ver una sonrisa formarse en el rostro del oficial.

- Bien, puedes esconder mucho sobre ti... Pero ¿Qué es lo que vas a hacer?.- Gerard se tornó  confundido.- Se muchas cosas Gerard, que mi asombro ante ciertos detalles no te haga creer que soy un idiota, se todo acerca de Raymond, sé que me mentiste ese día y sé muchas cosas más... así que siéntate y responde mis malditas preguntas, porque yo creo que me puedes ayudar.- Mierda, tal vez había subestimado a este hombre. El menor lo obedeció  y sus nervios volvieron ahora con más fuerza.

-Escuche,- Sus palabras parecían súplicas.- Yo no tengo nada que ver con esto, estoy igual de preocupado que todo el mundo, yo también quiero saber dónde está Frank.- Su voz se quebró.- Solo quiero saber que está bien...

-Ahora escúchame tu a mi Gerard, estamos haciendo todo lo posible para encontrar a Frank, pero para eso también necesito que respondas mis preguntas y que seas sincero conmigo ¿de acuerdo?.- Asintió de mala gana, estaba enojado, herido, asustado y con los nervios de punta.

Ese maldito cerdo, ellos solo estaban "buscando" a Frank para poder sentenciarlo y llevarlo a la correccional, o a la cárcel... La verdad no sabía que tan fuertes eran los cargos que tenían en su contra... Diablos, si solo hubiera decidido huir con él.

En este mismo momento él estaba afrontando los mismos problemas que Frank, si decía algo fuera de lugar o comprometedor lo incriminarían por complicidad, y no tendrían piedad con él. A diferencia de Frank, Gerard era mayor de edad y sin pensarlo dos veces lo enviarían a prisión.

Estaba tan jodidamente nervioso. Pero de ningún modo dejaría a Frank solo en esto... Diría la verdad, claro, pero se sentía tan comprometido con Frank que incluso estaba dispuesto a ir a prisión con él... Después de todo era su cómplice.

-Bien Gerard.- Su voz sonaba de repente más tranquila.- Cuéntame cómo te hiciste amigo de Frank.- El oficial lo miró decisivo y le dio toda su atención.

-Está bien.-Resopló Gerard poniéndose cómodo en su asiento, decir la verdad y ser sincero iba a tomar mucho tiempo.  

Kill All Your FriendsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora