11. Él.

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Son las 3, salgo de casa y me dirijo al aeropuerto, en una hora llegará Taylor y no quiero esperar más para verle.

Llego al aeropuerto, aparco por allí y entro.

Espero y espero, las 4, debería estar al caer.

Sigo esperando, y esperando se pasan los minutos, no llega. Miro en el cartel y busco Brasil desesperadamente, lo encuentro: retrasado.

Me empiezo a desesperar, debería ir al baño a echarme agua pero ¿y si llega y no estoy?, no, no, tiene que haber otra solución. ¡IDEA! Me acerco al pequeño restaurante que hay allí.

-Agua ¿por favor?

-2 euros.

-Gracias.

No lo dudo, y sin alejar la vista de la puerta de desembarque me hecho el agua en la cabeza, me froto lentamente y empiezan a bajar los pasajeros.

No, no, no, no, empiezo a ver gente abrazándose y me pongo más nerviosa, tiene que estar a punto de pasar.

Tras una lista enorme de "No" para de salir la gente, no hay nadie más. Comienzo a preocuparme y de pronto, él.

-¡Taylor!- digo con lágrimas de felicidad en los ojos.

Corremos el uno hacia el otro y nos fundimos en un abrazo eterno, siento que estoy ni más, ni menos, donde quiero estar.

-Te quiero, te quiero, te quiero.-me susurra al oído.

-Te he echado mucho de menos mi amor.

-Te amo.

Salimos de el aeropuerto, abrazados, es un momento perfecto.

-Tengo una sorpresa para ti.

-¿Ah si?

-Pero tendrás que esperar hasta las 8.

-¿Tanto? ¿Merecerá la pena no?

-Merecerá la pena.

Nos sonreímos, seguimos hasta su casa y le dejo allí. Recuerdo el primer día que me llevó a su casa, fue muy formal. Es una casa enorme y de color blanco, al igual que la mía, pero tiene un jardín mucho mayor. Y sus padres siempre están en casa, Andrew; su padre, un señor alto de pelo negro y con un bigote abundante, es el dueño de una empresa y trabaja desde casa, una herencia familiar me dijo Taylor. Y su madre Sharon, una señora rubia de pelo rizado muy amable, es ama de casa, antes trabajaba en la empresa familiar, pero dejó de hacerlo para cuidar del hermano de Taylor.

Cuando entramos quedé asombrada, sabría que sería enorme, pero no me imaginé que sería tan acogedora; supongo que es por el calor de hogar y las flores (ambas cosas nunca ví en mi casa). Recuerdo como si fuese ahora mismo el momento en que ví a su hermanito por primera vez, creo que nunca me olvidaré de eso. Alex, un niño de 6 años muy inocente, estaba jugando a los soldaditos en la sala de estar. No lo olvidaré porque me miró igual que su hermano cuando se me acercó en el instituto, con esa desnudez, lo sentí débil, pero con mucha fuerza. Aunque no he de negar que no le faltan ni la curiosidad ni el sentido de la observación. Al momento descubrió que era la novia de su hermano.

Arranco el coche, un mensaje.

-¿A las ocho paso a recogerte?

-Perfecto, ponte elegante.

Me duché de nuevo, me vestí y me puse mi colgante con forma de corazón, el que tiene una imagen mía y de mi abuela cuando era pequeña, poco antes de morir.

Me retoco un poco el peinado y me echo colonia.

Suena el timbre.

Bajo rápido las escaleras y abro la puerta. Está guapísimo, lleva un smoking negro, a él esas cosas le sientan muy bien.

LO QUE TAYLOR PIENSA:

Me abre la puerta y al verla siento un volcán en mi interior. Está preciosa, es preciosa.

-Estás muy guapa.- me sonríe.

-Tú también, te sienta perfecto ese smoking.

-¿Nos vamos?- le extiendo el brazo, ella me agarra y caminamos hasta mi coche.

-No, hoy iremos en el mío.

-Está bien.

-Te pondré esto, le pongo una venda en los ojos.

-¿Puedes ver?

-No.

-¿Me lo juras?

-Que me muera ahora si veo.

-Está bien.- me guía hacia el coche, no hay problema, confío en ella.

LO QUE ALICE PIENSA:

-¿A dónde vamos?- me dice impaciente.

-Tranquilo, pronto lo verás.

(...)

-Llegamos.- le mando un mensaje a Jessi para que todos se callen y salgo del coche, le guío hacia la puerta.

-Cuidado con la escalera.- le digo con cariño.

Abro la puerta de la entrada y pasamos, me paro justo en la puerta del salón de la fiesta.

Le mando otro mensaje a Jessi para que abran las puertas en 4 segundos.

Le quito la venda y se abre la puerta. Noto como se queda maravillado ante nuestros amigos, deduzco que le ha gustado mi sorpresa.

Empieza la música, suena una lenta, la nuestra "Nothing like us".

Comenzamos a bailar y nos sigue el resto.

-Vaya esto es, no sé como decirlo, ¿especial?

-Como tú.- le sonrío.

-Te quiero Taylor Hunter.

-Te amo Alice Swart.

Solo así te quiero yo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora