Mis hijos

293 31 14
                                    

Me senté frente a ella, le iba a contar todo, desde el principio. Me aterraba que ella buscase a mi hija para hacerle mal. Pero ante ella, yo quería recuperar a mi hija.

Miré a Maca y ella estaba nerviosa, tenía lágrimas en sus ojos, todavía no había dicho nada y ya me estaba preocupado.

-¿Es algo grave?-

-No, si.. No lo sé.- Me miraba muy directo y eso me ponía aún más nerviosa.

-¿Te ha hecho algo Pablo?. -

-Malo no, ahora te explico bien, y porqué es tan importante para mí.-

-Antes de nada, me tienes que prometer que no le harás daño, que pase lo que pase no la matarás, ni lo intentaras ni le joderás la vida. No te pido que la quieras, ni que te caiga bien ni que te gastes dinero en ella ni que la protejas, solo que la respetes.

-Para.. para, ¿de quién hablamos?-

-A ver... (recordé el día en el que tuve que dejarla y se me inundaron los ojos) Joder....vale ya.-

-Va, dispara-

-Cuando tenía 16 años fui a New York, iba con mis padres a pasar el verano. Bien, me apunté a una escuela de baile, llamada Udance donde conocí a Pablo.
Me gustó tanto esa ciudad y las personas que conocí que quise hacer un intercambio de 1 año.
Al año siguiente, con 17, viví con una chica que conocían mis padres. Era más mayor, Ángela, tenía 26 años y tenía una hija. La niña de la foto.
Volví a la escuela, y en un año ya me integré al bachillerato, a la cuidad y mis amigos. Pablo y yo éramos muy amigos, él estudiaba en el mismo instituto que yo, entonces estábamos todo el día juntos.
Pablo tenía un hermano (ahí se me cortó la voz, respiré y seguí) Se llamaba Pharell, nació aquí y su padre era de California. La madre era Española y Pablo nació en Madrid.

Un día hubo una fiesta del grupo de baile en la casa de los hermanos. Yo sabía que le gustaba a Pharrel porque me miraba con mucho deseo y a veces me daba hasta miedo. En aquel entonces yo estaba con Pablo.

-Para Maca, ¿quieres agua?-

-Sí, por favor-

Zulema fue a por un vaso y yo me sequé las lágrimas.

-Continúa- veía el miedo en sus ojos, sabía que algo malo le pasó..

-Él se integró a la fiesta y me echaba miradas, me lanzaba besos, y bailaba conmigo. Pablo notó una especie de sensación muy rara en él. Mientras me fui a bailar con una amiga, él me echó droga en la bebida. Pablo, notó un gesto raro en él, así que estuvo alerta. Después de que me subiera, yo estaba mal, y se ofreció a llevarme a su cuarto a dejarme descansar.

Antes de que Maca siguiese le dije, no hace falta que me expliques que pasó... me lo imagino. Le acerqué la mano para tranquilizarla, estaba agobiada.

-Bueno pues después de que pasará, Pablo fue quien lo descubrió todo, nos encontró y le dijo a su madre. Después de esa noche, no supe de él. Solo sé que a partir de ahí, Pablo estuvo todos los días apoyándome. Poco después me enteré de que estaba embarazada, sí yo con 17 años en América, sin mis padres. Pedí un año más de intercambio, y por mis notas, y demás me lo concedieron.
Hicimos la fiesta que te comentó ayer Pablo y unos meses más tarde, di a luz.

Pablo regresó de la cocina y se sentó a mi lado.
-¿Por dónde vas?- dije secándole las lágrimas.

-Por los gemelos.-

-¡¿Los de la foto son tus hijos?!- Me quedé impactada con toda la historia.

-Así es, el embarazo fue genial, y Pablo ejercía un poco de Padre.- Ambos reímos.

Ni contigo ni sin tiWhere stories live. Discover now