Ángeles vs Demonios [ Markson/2jae/YugBam] M-Preg

NO QUIERO MORIR

-Asi es lo mejor - el demonio descendió su mano a su vientre, sonriendo suavemente - No necesitamos a nadie - afirmó, muy seguro de si mismo - Te convertirás en un gran demonio. Yo me encargaré de eso

*

Ese era el día que habian estado esperando a que llegara. Habian repasado incansablemente el plan de Youngjae. Cada mínimo detalle era bien sabido por todos los involucrados. No existía margen de error alguno si cada uno estaba donde debía estar. Y todo empezaba hoy. El primer paso del plan recaía en Yugyeom.

-Los dos demonios que estan trabajando con nosotros ya estan aquí para llevarte - avisó Kai - Ellos se encargaran de que Nichkhun piense en ti como un prisionero estrategico

-Entiendo - suspiró, un poco preocupado por la situación en la que estaría en un par de horas. ¿Que sucedía si Nichkhun no pensaba en él como alguien a quien valía la pena mantener vivo?

-Yugyeom - el ángel se acercó a él, habiendo notado lo acelerado que se habia tornado su corazón - Es un buen plan. Hemos analizado bien lo que haremos. Confia en nosotros

Yugyeom miró a su alrededor y dejó salir un suspiro. Nunca le había temido a la posibilidad de morir. No habia tenido jamás un motivo fuerte para vivir. Al menos no había sido así hasta que conoció a Bambam. Hasta que sostuvo entre sus brazos a BaeSoo y lo acunó

No quería morir. Tenía que regresar junto a su pequeña familia. Se lo había prometido a Bambam cuando se despedieron. Volvería con vida y podrían estar juntos los tres. No podía morir y dejarlos solos

-Más les vale que no muera

-Nadie morirá - aseguró Youngjae, mirando a cada uno de los presentes en la habitación

-Y si es que morimos, lo habremos hecho por un cambio mayor - habló Kyungsoo seriamente. Él haría lo necesario y entregaría todo para que reine la paz nuevamente, incluso entregaría su vida por su causa - Habremos iniciado una revolución, pero no moriremos

Yugyeom dio un último vistazo a su alrededor antes de salir del palacio y ocultarse en un lugar planeado, donde los dos demonios aliados fingirían haberlo capturado

Y así se hizo. Yugyeom se opuso a ser capturado para volver más real y creible la escena. Incluso recibió golpes que lo hicieran sangrar. Nada debía salir mal. Nichkhun no debía sospechar nada cuando lo viera. Es mas, en este mismo instante estaba de rodillas, siendo sujetado por los dos demonios mientras que el actual rey de Demons lo revisaba de pies a cabeza

-¿Quién es?

-Nuestros informantes aseguran que es uno de los guardias reales de Park Jinyoung, actual rey de Angels

-Comprendo. Mátenlo y le envían la cabeza al rey

-Si me permite, rey - se apresuró a hablar el otro demonio - Quizá sea bueno tenerlo de prisionero

-Te detendré ahí - frunció el ceño - El último prisionero que capturamos terminó escapando y fue más una pérdida de recursos que una contribución - volteó a ver a su lado - ¿No es así, hermanito?

-Pero, rey opino qu-

-Matenlo. ¿Lo harán o debo levantarme yo a hacerlo?

Jaebum calló y no emitia palabra alguna. Nichkhun se estaba negando a mantener a Yugyeom, pero su ángel había previsto eso, por lo cual tenían varios planes de respaldo

-Puedo serles de ayuda - empezó a hablar Yugyeom - Conservenme y les  ayudaré a derrotar a Jinyoung. Él confía en mí, usaré eso a mi favor

-Continúa

-Úsenme de infiltrado. Les seré más útil vivo que muerto - miró con desesperación al rey. A este punto Yugyeom no sabía si aquellas palabras salían a tropezones de su boca unicamente por ser parte del plan o si verdaderamente estaba aterrado ante la idea de morir

-No confiamos en ángeles

-Ponganme a prueba. Pidanme cosas y lo haré. No quiero morir

Nichkhun sonrió. Como le fascinaba escuchar a ángeles desesperados por no ser asesinados. Los escuchaba decir de todo pero al final siempre los mataba porque era divertido. Pero si ese ángel era verdaderamente quien le habían dicho que era, mantenerlo no sería tan mala idea. Pero esta vez no cometería el mismo error que la vez pasada

-Siwon - se dirigió a uno de sus más fieles guerreros - Llevalo a donde sabes hasta que decidamos su futuro

Jaebum se quedó perplejo por unos segundos. Verdaderamente Nickhun no confiaba en él porque no había dicho a donde llevarían a Yugyeom. Pero no estaba preocupado ni en lo más mínimo... Sabía que Jackson estaba de infiltrado y averiguaría a donde sería llevado Yugyeom

-Entra, idiota

De un fuerte empujón, fue lanzado al suelo, cayendo estrepitosamente. Sus manos estaban atadas al igual que sus pies. Habian reducido completamente cualquier movimiento que pudiera hacer pero aún le quedaba el poder mover cosas con su mente, pero el collar en su cuello se lo impedía. Recibía una fuerte descarga electrica ante la menor sospecha de que tramaba algo

Y para empeorar su situación, ese demonio no le sacaba los ojos de encima. Ni un solo segundo podía estar fuera del radar de aquellos negros ojos.

-¿Qué me ves? - le gritó molesto aquel demonio, haciendolo recibir otra descarga que lo dejó en el suelo

Había perdido mucha fuerza. Recibió descargas practicamente cada minuto y no podía ver el mecanismo de su collar. Se sentía perdido. Vencido

-Como odio a los ángeles. Se creen superiores con sus poderes - gruño, mirando con desprecio al ángel - ¿No eres tan poderoso ahora o si, angelito?

Yugyeom ya no lo soportaba. No soportaba más. Reunió toda la fuerza que le quedaba e hizo volar el cuerpo del demonio contra las rejas de su celda, haciendo que se estampara y su rostro empezara a sangrar

-Asqueroso hijo de puta - le escupió la sangre que se habia acumulado en su boca tras el golpe - Ya verás por desafiar la autoridad - entró a la celda, inmovilizando sin dejar de apretar el botón de shocks electricos - Maldito ángel. Te voy a matar

Los golpes iniciaron ni bien el demonio puso un bien la celda. Insultos y lluvia de patadas y puñetazos en su rostro y cuerpo fue lo que se ganó por la siguiente media hora, hasta que el demonio se cansó de eso

-Como odio a los de tu raza. Los aborrezco, malditos

Lo siguiente que sintió Yugyeom fue el dolor más inmenso que había sentido en toda su vida

Su piel se desgarraba y sangraba mientras el demonio le arrancaba sus alas con sus propias manos