Ángeles vs Demonios [ Markson/2jae/YugBam] M-Preg

LO SABÍAS

Su cabeza explotaría en cualquier momento si continuaba en el mismo ritmo

Sentía que estaba perdiendo lo más importante. Y es que era verdad, Youngjae era lo más importante que tenía ahora, y estaba desaparecido y posiblemente muy mal herido

Tenía la certeza que había logrado escapar de los demonios. Youngjae no era cualquier ángel o demonio común, él era mucho más inteligente y contaba con la capacidad de curarse a sí mismo. Donde sea que estuviera, sabía que podía resistir e incluso regresar sano y salvo por sí mismo, pero nada de eso le impedía preocuparse y no descansar hasta encontrarlo

Su hermano posiblemente se preguntaba su paradero, o quizá no le importara con tal de que no actuara como el estorbo que le repitía que siempre era. Nichkhun tenía todo la comunidad a sus pies mientras él vagaba desesperado y sin rumbo exacto por Youngjae. Era un plan estúpido el que ejecutaba, incluso su ángel le diría que se deje de idioteces y regrese a Demons para ponerle un freno al incompetente de su hermano, pero Jaebum no podía evitarlo

¿Cómo no agobiarse si su pareja había sido atacada?

¿Cómo podía ignorar esa sensación de que Youngjae lo necesitaba urgentemente?

Era imposible

-¿Cuál es el plan para acercanos?

-El ángel parece haber ido a recoger provisiones alimenticias - respondió - Ustedes dos ingresan al lugar, buscan dónde es que se oculta, entran e inspeccionan hasta el último rincón. De encontrar lo que buscamos, lo traen conmigo

-¿Y en el caso que no haya nadie? - cuestionó - Si no hay nadie, regresan y nos marchamos

-¿No podemos divertirnos un rato con el ángel? - sonrió uno de los castaños

-Prometemos que después lo matamos

-Bien, me da igual - contestó - Ahora vayan y registren el lugar. Si el ángel se aproxima, les mando una señal. ¡Ya! - ordenó el pelinegro

Los dos demonios, siguiendo las indicaciones que les había proporcionado su superior, encontraron el lugar donde el ángel vivía. La puerta era lo único que los separaba de aquellos dos que se encontraban en el interior, ambos alertas de que desconocidos se hallaban al otro lado

-Vete de aquí, Bambam. Ingresa a la habitación y no hagas bulla - le susurró al acercarse a su oído

-¿Cómo planeas vencer a quién se encuentre detrás? No tienes poderes, ¿o sí?

-No es momento de tener esta conversación ahora. Por ninguna clase de situación pongas un pie fuera de ahí - señaló nuevamente el cuarto - Ve

Luego de que el demonio accediera a ingresar en contra de su voluntad, tomó posición detrás del sofá. Sería más fácil esconderse y luego atacar de sopresa por la espalda, pero quería ver el rostro del susodicho o susodicha. Además, atacar a alguien que no está en guardia lo haría ver como un cobarde, lo que claramente no era

La puerta derrumbada de un solo y certero golpe estrepitoso contra el suelo. Dos rostros desconocidos junto a dos pares de majestuosas alas color petróleo ingresaron con aire de superioridad y grandeza, como si el lugar les perteneciera

-¿Y ustedes son? - preguntó con tranquilidad - ¿Qué buscan?

-Un ala blanca más - le sonrió uno de ellos - Tal parece que será más diversión, ¿no, Choongjae?

-Así es

-¿Debería tenerles miedo? - rió en demasía - Son tan divertidos ambos. Les cederé el primer ataque. Adelante - estiró ambos de sus brazos hacia arriba, desplazándose hacia un costado, donde llegaba a ser conpletamente visble por los demonios - Usen el arma que deseen. De cualquier modo, son inútiles

-Nos estás subestimando, niño - le devolvió la sonrisa soncarrona - ¿Que no te enseñaron a no enfadar a quien te puede matar?

-¿Alguien me puede matar? - miró a su alrededor, fingiendo asustarse yle advirtió el más alto - Acábalo tú mientras registro el lugar

-Lo lamento pero eso es algo que no puedo permitir - se negó, sin dejar de sonreír con cortesía

El sonido de madera crujiendo y objetos estrellándose contra la misma era lo único que alcanzaba a oír desde que ingresó a la habitación. Los ruidos continuos no pretendían detenerse en los minutos próximos

¿Debía salir y ayudar a Kyum?

Siendo realista, más sería una carga que una ayuda si se decidía por salir de la habitación a la que había sido confinado

La paciencia era una virtud con la que definitivamente no contaba. Razón por la cual, el instante en el que creyó no escuchar más ruido, se apresuró a abandonar el cuarto y mirar con cautela qué era lo que había sucedido en la sala

-¿Quiénes son ellos? - observó ambos demonios tirados boca abajo. No era excesiva la cantidad de sangre derramada pero sí suficiente como para asegurar que eran solo cuerpos inertes y fríos

-No lo sé - contestó confundido. Había luchado sin saber el motivo ni qué era lo que hacían aquellos intrusos en el refugio

-Si mi compañero ve esto, sabrá que no acabé con ellos. No se supone que deba hablar con extraños - tomó una pausa - Así como tampoco se supone que tú debas conservar tus poderes en su máximo apogeo si eres un simple ángel

-Respecto a eso. Debemos hablar

-¿Quién eres verdaderamente? - retrocedió

-Eso mismo te quiero preguntar a ti. No soy el único que ha mentido desde que nos conocimos, ¿o me equivoco?

-No sé de qué hablas - murmuró

-Podremos hablar tranquilamente una vez me deshaga de estos. Tengo la ligera sospecha de que están aquí por ti - volteó los cuerpos, revelando el rostro de los atacantes a la vista del demonio

-Ellos...

-¿Los conoces?

-Son ellos - repitió. Se encaminó al pequeño espacio que hacían pasar por cocina y tomó el cuchillo más afilado que pudo encontrar. El asco casi no lo permitía acercarse tanto pero debía conseguir el coraje para hacer lo siguiente. Puede ser que sus manos temblaran y todo su cuerpo sentiera los mismo toques que aquellos días, pero siguió caminando hacia los cuerpos

Sabía que era en vano, ya estaban los dos muertos. Nada de lo que pudiera hacerles les dolería, ni mucho menos le devolvería lo que había perdido, ni tampoco le haría sentir mejor consigo mismo pero era algo que tenía que hacer. Solo buscaba reducir la ira que lo agobiaba

Cada apuñalada representaba todas las veces que se sintió herido. Todas las veces que les imploró que se detuvieran, siendo ignorado. Cada sucio roce que le provocaba naúseas. Cada una de las lágrimas que derramó a causa del dolor y la desesperación

-Oye, detente - unos brazos lo levantaron del suelo en el que se hallaba arrodillado junto a los cuerpos, llorando y gritando- Intenta calmarte y respirar. ¿Por qué les haces eso? Están muertos

-Ellos abusaron de mí - se señaló - ¡Lo merecen! ¡Eso y mucho más!

-Comprendo pero debo retirar los cuerpos de aquí, ¿si? - esperó el asentimiento del moreno - Bien. Mientras hago eso, por favor cálmate

-Sí

-Y cuando regrese, hablaremos sobre lo que acaba de suceder, ¿si, Kunpimook Bhuwakul?

Acababa de llamarlo por su nombre...