CAPITULO 9

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He hecho muchas cosas, algunas malas y otras buenas

pero no me arrepiento de nada

cada una de ellas han hecho de mi la mujer que soy hoy en día.

Tu solo vive cada día como si fuese el último,

así se disfruta más.

Isabel no podía creer que lo que sus ojos veían era verdadero, ¡tenia que ser un sueño!, esa era la única explicación que le tenia a la carta de aceptación que le había llegado a su correo electrónico. Desde hacia ya mucho tiempo que se presentó a una beca para realizar un curso en España con una duración de 6 meses, aprobarlo seria un excelente incentivo no solo en su hoja de vida sino también en su solicitud para la maestría en Londres.

-¡Lo logre! –gritó emocionada llamando la atención de su familia. Estaban todos reunidos en la sala porque pronto servirían la cena, al menos una vez al mes acostumbraban a comer en familia y ese era el día.

-¿Qué fue ese grito Isabel? Por Dios, ¡me asustaste! –se quejó su madre poniendo su mano sobre su pecho.

-¡Lo logre! ¡Lo logre! No lo puedo creer, ¡me iré 6 meses a España! ¡Obtuve la beca! –chilló emocionada saltando y corriendo de un lado a otro por toda la sala y el comedor robándole un par de risas a su familia. Isabel siempre fue muy eufórica y expresiva con sus emociones así que era imposible no reír y disfrutar de sus ocurrencias, además que sabían lo mucho que se esforzó para alcanzar esa beca, era emocionante verla alcanzar todos sus propósitos y ella no era de las que se daban por vencidas con facilidad.

-¡Por Dios mi amor no sabes como me alegra! Te voy a extrañar demasiado, pero me hace tan feliz que lo hayas conseguido –contestó su madre para luego correr a abrazarla y dejar un beso en su mejilla. Tenía tanto que agradecerle a su familia, ellos nunca dudaban de ella y la apoyaban ciegamente con cada idea que tuviera sin importar lo loca que pudiese llegar a ser, todo lo que estaba logrando era gracias a su compañía.

-Gracias mama, yo también los extrañe demasiado, sobre todo la deliciosa comida que nos preparas porque no tendré una mama consentidora a mi lado, pero solo son 6 meses así que volveré mucho antes de lo que te imaginas, ¡estoy tan feliz! –se lanzó a los brazos de su padre quien la miraba con alegría y tristeza a la vez, para su padre ella su princesa, su niña, su bebe; dejarla ir nunca seria sencillo pero, la amaba tanto que de ser necesario él mismo la subiría al avión si con ello era feliz y la ayudaba a alcanzar todas sus metas. Estaba tan orgulloso de ella. Daría lo que fuera por mantener esa sonrisa en su rostro.

-¡Tengo que prepararlo todo! Debo viajar en dos semanas. ¡Tengo que llamar a Gaby! –salió corriendo escaleras arriba para buscar su teléfono. En cuanto lo encontró llamo a su mejor amiga quien al primer tono le contestó con un grito que la dejo un tanto aturdida y a la vez divertida.

-¡Dime que nos vamos para España! Acaba de llegarme la respuesta ¡Entré! –gritó su amiga presa de la emoción que obviamente compartían.

-¡Yo también acabe de recibir el correo en el que me decía que la beca es mía! ¡No puedo creer que nos vamos las dos a España por 6 meses! Tenemos que empezar el proceso ya mismo, no veo la hora de viajar –le contestó agradeciendo al cielo la buena suerte que las acompañaba, después de muchos rechazos por fin ambas empezaban a crecer profesionalmente como tanto deseaban. Este era un nuevo comienzo para su vida.

-Bien, entonces manos a la obra, te aviso para comprar el pasaje juntas con eso nos hacemos compañía durante el vuelo. Te quiero –Gaby cortó la llamada e Isabel empezó a reunir todos los documentos que necesitaba para la visa y para empezar sus estudios. Cuando estaba sacando su pasaporte e identificación del primero salió un pequeño papel doblado en 4; Isabel con el ceño fruncido lo abrió y sus labios de inmediato formaron una tierna sonrisa al recordarlo.

El secreto de tus besosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora