Sábado

17 3 22
                                    

Epilogo

_____________________

Era sábado por escasos diez minutos pero Momozo no había podido dejar de pensar en ello. En todo. En la semana. En Teru.

Se repetía que no le gustaban los coqueteos y los intentos y toda esa mierda. Pero esta noche se repitió que, sólo quizás, si y sólo si le gustaran, no es que fuese algo malo. No es que le gustasen los chicos. Nada de eso, a él le gustaban las chicas (era lo normal, ¿Verdad?). Pero quizás, si le gustase Teru, era por todo lo que sabía y por todo lo que podía llegar a saber. Porque era inteligente, complicado y había más para saber, y. Y quizás quería saberlo.

Siendo sábado por menos de una hora empezó a escribir una cadena de mensajes, los más vergonzosos de su vida. Porque nunca había invitado a un chico a salir y se lo tuvo que dejar saber. Cosa de la que después se arrepintió, era tan patético haberlo mencionado. Pero siguió escribiendo sin dejar a Teruki responder.

"claro. Vamos al cine? Yo pago las entradas, tú las palomitas. Se que eres pobre ☆"

Teruki rió para sí mismo de lo dulce que Momozo estaba siendo. Y dejó que el teléfono siguiera sonando por largo rato, avisando de otra cascada de mensajes incoherentes que sólo le agradecían y se avergonzaban en continua sucesión. Estaba siendo dulce. Pero molesto. Dejó de importarle poco tiempo después de silenciar su teléfono. Ahora era hora de su sueño. Necesitaba al menos 7 horas. Esta belleza no se mantenía sola.

....

Era sábado por al menos doce horas, quizás trece, y Takenaka había dormido exactamente dos. Se sentía nervioso, como si hiciera falta explicarlo, y estaba inseguro aunque se había esforzado en vestirse... más o menos bien, y peinarse un poco más de lo habitual. ¿No podía ser tan malo, verdad?

-Hola~

No. No se lo esperaba. Sumado a lo tenso que estaba, casi suelta un grito, que se convirtió en una sarta te insultos, que se terminó de golpe. No, no. Esto es una cita. Tenía que portarse bien. Se había prometido a si mismo portarse bien. Eso significaba sin insultos, sin sarcasmo ni cinismo. Pero ni bien Teruki empezó a hablar, a sonreír y jactarse de lo divertido que era que tuviesen una cita pese a todo... Sí, no iba a ser tan fácil. Aunque agradecía que dentro de tantas burlas, Teruki había mencionado no se lo voy a decir a nadie si no quieres. Y... no es que no quisiera, es que... Cómo decirlo... Era una prueba de fuego. Y si fallaba, mejor mantenerlo en secreto.

-Sólo no seas una mierda y yo no lo seré, ¿Te parece?

-Oh, pero hacerte enojar es la parte más divertida -y con sólo eso consiguió hacerlo. Un enojo de cara roja, al que no dejó decir nada porque continuó hablando por su cuenta-. Vamos, acompáñame, paseemos un rato, quiero ver algunas tiendas.

-Pero, ¿y la película?

-¡Empieza en una hora, Momo!

Al no saber de qué quejarse, se quejó del nombre. Sobraban cosas de que quejarse en tan pocos minutos que habían pasado desde que se saludaron.

No es que Teruki estuviese siendo grosero, al contrario. Se daba cuenta perfectamente cuando su cita no estaba cómoda, experiencia no le faltaba, y para el caso de Takenaka, llevarlo a algo más... familiar, lo calmaría. Y qué más familiar que pelear. De otra forma, seguiría siendo socialmente inepto y eso no sería nada divertido. Era agradable que esté intentando ser lo más dulce posible, pero él estaba bien con el usual Takenaka gruñón.

Además, no iba a negarlo, también es que le divertía a sobremanera verlo ponerse rojo, como ya había dicho, eso lo hacía verse adorable. Pero también ayudaba a que no hubiese (muchos) de esos silencios en que Takenaka no sabía qué decir, o qué hacer, o se confundía consigo mismo y acababa sólo mirando sus manos y moviendo los dedos. Todos ganaban así. En especial él, que podía seguir hablando - en especial molestando, teniendo a Momozo de rehén mientras miraba algunos artículos innecesarios que totalmente no necesitaba para decorar su casa, y que totalmente compraría por la única razón de que así lo quería.

Una semana en☆teru☆aWhere stories live. Discover now