xxɪᴠ: "ɴᴜᴇᴠᴏ ᴄᴏᴍɪᴇɴᴢᴏ".

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— Solo haz lo que te digo, y todo irá bien —Dijo, y la mujer, aún sollozando, asintió. Jaehyun se paró nuevamente—. Ponte de pie —Le ordenó.

La mujer lo hizo de inmediato y Jaehyun dio unos pasos atrás, girándose y pasando una mano por la barbilla de su esposo. Oh, Taeyong. Debía de curarse rápido, porque su paciencia se debilitaba con el paso de los segundos, y las ansias de hacerlos pagar a cada uno crecía en su pecho.

Se giró—. Yo les explico, tomen asiento —Disimuló un tono amable antes de mover su mano. Los sillones del lugar se movieron bruscamente hacia donde estaban los mundanos, y éstos fueron sentados a la fuerza a excepción del padre Minkyu, el cual continuaba pegado a la pared. Jaehyun comienza a caminar lentamente por la sala—. Por mucho que me guste estar dentro de su hijo, llegará un punto en el que tendré que salir, como siempre. Pero quiero que sepan algo... —Se detuvo y observó a todos seriamente. Intentaba contenerse, realmente lo hacía—...vi y veré cada cosa que ustedes hagan con mi niño favorito.

Seohyun negó—. No es tuyo. ¡No lo es! ¡Déjalo ir!

Maldición.

¿Es que acaso los humanos eran así de estúpidos? Si bien Jaehyun era el diablo, y cuando Taeyong y él habían hecho un trato, el adolescente era suyo, luego de aquello simplemente era una persona. Claro, Jaehyun solía decirle a Taeyong que éste era suyo, que le pertenecía, porque al castaño le gustaba oírlo, pero sabía perfectamente que no era literal. Taeyong no era de su propiedad, no era su esclavo o juguete, era una persona. Era su esposo, su debilidad humana, su alma gemela y aun así, no le pertenecía.

Y realmente no iba a responder a esa estupidez, pero entonces el anciano de la iglesia nuevamente habló. Jaehyun poco a poco dejaba ir aquella paciencia que contenía hasta que su niño se curara. Era como cuidar de animales descontrolados, aunque éstos probablemente se comportarían mejor.

— Es nuestro —Dice aquel hombre, y se oye tan asqueroso saliendo de su boca. Es decir, era normal que su madre lo dijera, pero, ¿Quién se creía? Lentamente, Jaehyun fue girándose, con los hermosos ojitos de su niño poniéndose aún más rojos de lo que ya estaban—. Es de nuestra gente. Tiene la protección de Dios.

Jaehyun sonrió de lado, provocando que un apenas visible hoyuelo se marcara en una mejilla de su esposo—. Señor cura depravado, me están empezando a tocar las pelotas sus comentarios.

— Dios es misericordioso y-

— A Dios le importas una mierda —Se mete ambas manos en los bolsillos del pantalón, girándose para ver a los Lee—. A Dios le importan una mierda, y por eso estoy aquí.

El padre Minkyu había comenzado a rezar, y junto a éste Seohyun y Ryujin, tomándose las manos. Se notaba que lo hacían con esperanza, intensidad. Se maldijo al sentir los músculos del cuerpo de su niño tensarse un poco y rio con falsedad mientras pasaba la mano de su niño por su cabello.

— Oigan, es de mala educación interrumpir a alguien —Advirtió, y llevó su mirada fijamente a los ojos de Lee Eunseo, el cual era el único que se mantenía callado.

Taeyong, lo siento.

— De acuerdo, ¿Saben qué? —Sacó una mano del bolsillo delantero del pantalón y chasqueó los dedos. Fue algo tan simple como aquello que hizo explotar en mil pedazos la cabeza del padre Minkyu, salpicando sangre y trozos a su alrededor, manchando la camisa y el rostro de Taeyong.

Seohyun y Ryujin se quedaron calladas de inmediato, con la respiración agitada por el miedo a ser las siguientes, afectadas por el impacto. Jaehyun se encogió de hombros desinteresadamente, alzando un poco sus brazos.

"Dancing with the Devil." | JaeYong. 🌹 [Adaptación]Where stories live. Discover now