— Lo he intentado, es solo que no tengo valor para hacerlo — me excuse.

— ¿Cuál es tu temor?, no padeces de nada contagioso, y cuando empecemos el nuevo tratamiento no habrá manera de que logres ocultarlo — explicó

— ¿Por qué? — pregunté un poco asustada

— El nuevo tratamiento es un poco diferente, puede llegar a debilitarte, provocar mareos, y no puedes estar bajo estrés o preocuparte demás porque presentará un alteramiento.

Me sorprendió, nunca creí llegar a tener un tratamiento que pudiera tener esa clase de síntomas. Parecía que en lugar de recibir inyecciones para contrarrestar o mantener mi enfermedad, fuera a recibir quimioterapia.

— Camila ya te lo había dicho antes, mi hijo es una persona muy noble, muy soñador y ama con el alma, no podría yo no notar que está enamorado de ti — confesó y a mí se me fue el alma al suelo, porque sabía muy bien que lo lastimaría.

— Yo... Yo… — no pude hablar

— Dile la verdad, si lo haces más temprano que tarde resultará mucho más fácil, no esperes tanto porque puede resultar peor el remedio que la enfermedad. Mi hijo sabe amar Camila, pero le es difícil perdonar.

°°°

Habían sido meses hermosos al lado de una persona humanamente hermosa, ahora mi miedo no era un rechazo, no era que me mirara con lastima. Ahora mi miedo era perderlo, que me odiara y que nunca pudiera perdonar mi mentira.

No podía negarles a todos que yo sentía o comenzaba a sentir algo por aquel chico, algo que se asemejaba a eso llamado AMOR.

Me había demostrado su alma, me había enseñado su corazón, y sus sentimientos en cada una de las salidas durante esos tres meses.

¿Caí de vez en cuando en algún rechazo hacia mi enfermedad, tristeza o depresion?

Pues si, cada que me veía en la necesidad y presión de contarle todo y al final cuando lo tenía en frente desistía, porque no quería ni podía permitir en ese momento que me odiara.

Estuve cavando mi propia tumba durante esos meses al no tener el valor de contarle la verdad.

Ahora me encontraba enamorada y asustada de perderlo.

°°°°

Ese día en tan solo un par de horas él iría por mi, entonces yo me hallaba en mi habitación, mis tres amigas recostadas en mi cama ayudando a decidir que me pondría.

Tenía los nervios a flor de piel, ya mi madre habia hablado conmigo, Marcus apesar de que no le caía muy bien también me había aconsejado decirle toda la verdad, y en ese momento Laila, Esme y Abi me echaban su parte del sermón.

— Camila ya es hora de que le seas sincera, han pasado 3 meses — comenzó Laila.

— Si Ami debes serle sincera si no quieres que todo terminé mal — Aconsejaba Abi.

— Yo solo haré una pregunta — dijo Esme y yo asentí — ¿Ya lo quieres no es así?

¿Como yo podía negarle eso a mis amigas?
Simplemente no podía, porque me hubiera mentido a mi misma.
Y de todos modos ya lo había demostrado.

Si No Veo Tus Ojos [Corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora