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Narrador omnisciente.
Un joven pelirrojo se conecto de nuevo en un juego online, para jugar otra partida de su juego favorito , Halo.
(mis disculpas no se me ocurrió otro juego online, además de que es uno de mis juegos favoritos).
El siempre suele jugar con un jugador que se hace llamar shofri_x08, Matt no conocía la identidad de esa persona a un que le daba mucha curiosidad, ya que si le daba mucha batalla y se divertía mucho con el o ella.
Concentrado en ganar otra partida, una invitación se le hizo para jugar con ese misterioso jugador.
Con mucho gusto la acepto y continuo jugando en el mismo bando que el o ella.
- "Te están atacando"
Dijo una melodiosa voz que sorprendió al pelirrojo, nunca había escuchado esa voz.
- Quien eres?.
Dijo por el micrófono de sus audífonos.
- "que soy una desconocida, soy yo jugador Shofri_x08"
Dijo un vos qué para el pelirrojo era la voz de un ángel.
- "sigues hay?"
Pregunto la desconocida chica del otro lado de la línea.
Matt parpadeo atónito y respiro con tranquilidad, con el entusiasmo de siempre le respondió.
- Si perdona, es que nunca había escuchado tu voz me sorprendió que seas una chica, creí que se trataba de un chico.
- " interesante, no te preocupes, me confunden seguido, es que me dio curiosidad hablarte Matt_2.0"
Y así continuo la conversación entre ambos jugadores, al final de todo ganaron la partida trabajando juntos.
- Y te conectaras mañana?
Pregunto curioso el pelirrojo y gritando en sus adentros que ella diga que si, que hablaran de nuevo.
- " trataré de hacerlo, después de todo ahora somos compañeros de juego"
Dijo la joven chica del otro lado de la línea, el pelirrojo se llenó de felicidad por las palabras de la fémina.
Se dedicaron unas cuantas palabras más y se desconectaron del juego.
Sus paso el tiempo entre partidas, victorias y estrategias de juego, con más ganas el pelirrojo se conecta a los múltiples juego online solo para escuchar una vez más la hermosa voz de esa misteriosa jugadora.
Cada vez que hablaban se conectaban más, se sentían más cercanos, un que para ellos sus rostros sean desconocidos.
Una partida tras otro, un día seguido de otro, incontables victorias, seguidas de otras más.
