Quynh

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Fueron aproximadamente 500 años los que pasó encerrada en un ataúd de hierro, en los que ella murió ahogada una y otra vez.

Había tenido la esperanza de que su equipo en algún momento iba a encontrarla y rescatarla. Pero cada día, poco a poco, esa esperanza se esfumó al darse cuenta que no iba a suceder.

Su equipo la había abandonado, o se habían dado por vencidos en encontrarla.

Sintió dolor ante esa traición. Después de todo, recordaba que con Andromache habían prometido estar juntas hasta el final.

Tú y yo. — Dijo ella.

Hasta el final. — Prometió la otra.

Al parecer no fue hasta el final, sino que fue hasta que ella se cansó de buscarla.

Porque a los dos nuevos integrantes del equipo sí los buscó y sí los encontró. Lo sabía por los sueños que compartían. Entonces, ¿por qué con ella no hizo lo mismo?

Una vez que logró liberarse de su prisión acuática, lo único que quería era venganza.

Ella quería matar a Andromache. Quería matarla tantas veces como ella había muerto, para mostrarle un poco del dolor y la desesperación que ella había sentido todos esos años.

A la primera persona del equipo que encontró fue a Sebastían Le Livre, o mejor dicho Booker.

Le fue dentro de todo sencillo encontrarlo porque él no se estaba escondiendo. Su encuentro con ese hombre no fue lo que esperó.

Booker le dejó compartir el departamento donde estaba viviendo, pero no le dejó saber nada sobre Andromache o el resto del equipo. Booker los había traicionado, y las consecuencias de sus actos había hecho que se separen por cien años. Él no iba a ayudarla a encontrarlos porque cualquier acción relacionada a comunicarse o encontrar al equipo significaría otra traición de su parte, y no quería eso.

Quynh lo respetó y decidió quedarse con él mientras buscaba ella sola al equipo.

Entendía que las acciones de Booker habían tenido consecuencias, pero ¿dónde estaban las consecuencias de las acciones de Andromache? Ella la había abandonado y eso también tenía que contar como traición.

Después de cinco meses de intensa búsqueda los encontró. Estaban en un refugio en Malta. Antes de enfrentarlos, se dedicó un tiempo a estudiarlos.

Nicolo y Yusuf, o como se hacían llamar ahora: Nicky y Joe, seguían igual de enamorados que siempre. Se notaba que el amor que se tenían continuaba intacto, intenso y profundo. Al volver a verlos se dio cuenta que los había extrañado, y que la traición en definitiva también había sido por parte de ellos.

Nile era demasiado joven, era casi una niña. Se notaba que todavía era una inexperta en muchos sentidos de lo que significaba ser inmortal, pero era idealista, leal, valiente y estaba dispuesta a aprender todo lo que estuviera a su alcance.

Y Andy... para Quynh siempre iba a ser Andromache... ella seguía igual de majestuosa que siempre. Irradiaba una confianza y una seguridad que muy pocas personas eran capaz de tener. Apreció su nuevo look de cabello oscuro y corto, era realmente hermosa. La modernidad le sentía bien y parecía haberse adaptado perfectamente a los cambios de épocas y a los avances tecnológicos. Ella seguía siendo la grandiosa guerrera sobreviviente que siempre había sido.

Por tres meses los observó y los vió funcionar como equipo. Al parecer había un mortal, llamado Copley, que los ayudaba a borrar sus rastros y encontrar situaciones en las que convenía que intervengan. El equipo realizaba misiones para rescatar a personas de situaciones injustas.

Forever is harder than it looksWhere stories live. Discover now