The Surprise

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Al día siguiente, Draco despertó tan temprano como de costumbre, trató de levantarse de la cama e ir a tomar una ducha, mas un brazo en su cadera no la dejó. Harry parecía estar profundamente dormido pero el agarre en la cintura de la albina era firme, como si evitase que se fuese de su lado.

Draco sonrió levemente mientras se acercaba dejando un beso en la frente del pelinegro, justo en ésa cicatriz tan peculiar que él tenía. Ésta acción logró que el agarre impuesto en su cintura se suavizara, cosa que aprovechó para apresurarse y salir de la cama, yendo directamente al baño antes de que el contrario despertase.

Harry despertó uno minutos después, pasó su mano por donde se suponía que la albina descansaba a su lado, sintiendo el vacío de ése lugar. Levantó la cabeza levemente mientras trataba de enfocar su vista, al no conseguirlo, tomó sus gafas, ahora buscando a la albina mientras se sentaba en la cama. Sonrió al ver a la albina cepillar su cabello suavemente frente al espejo, sin notar la mirada sobre ella.

Se levantó de la cama con lentitud, se fue a tomar una ducha y para cuando salió Draco se encontraba terminando de vestirse. Ya hoy tenían que volver a sus hogares, conseguir un trabajo y seguir con sus vidas, el tren partiría en una cuatro horas, así que aún tenían tiempo. Cuando Harry le iba a preguntar a Draco con que se vestiría él, Ron entró a la habitación con un cambio de ropa para su amigo, sintiéndole pícaro al ver como la albina trataba de evitar a toda costa que se notaran las marcas de mordidas y manchas moradas, rosadas y rojas que había hecho Harry la noche anterior.

Cuando ambos estuvieron listos, salieron de ls habitación, ignorando las miradas sugestivas de todos los otros alumnos y profesores. Era incómodo? Si, pero no podían hacer nada para cambiarlo, así que, no le daban importancia.

Grande fue la sorpresa de Harry cuando vio a su padrino, Sirius junto a Remus en la entrada al comedor, soltó la mano de la albina para correr hasta su padrino quien lo recibió con un abrazo, Draco sonreiría ante la escena mientras se iba acercando un poco a los contrarios.

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- ¿Qué hacen aquí? Pensé que estarían en casa esperando. Esperen...¿no les llegó la invitación a la mansión Malfoy?  — Harry veía confundido al dúo frente a él y tensó la espalda al ver a su padrino chasquear la lengua fuertemente.

- ¿Los Malfoy? Si, nos llegó, pero yo no iré a que me tiendan una trampa esos malditos. — Sirius entre cerró sus ojos viendo a Harry.

- Disculpa...pero yo fui quien los invitó ahí, los Malfoy me invitaron a celebrar la graduación en su mansión...— Harry volteó a ver a Draco quien se había entretenido con un par de Slytherin que se despedían de ella.

- ¿Y para qué ésas ratas tramposas nos querrían en su casa? — Sirius contraatacó a Harry haciendo que éste apretara sus puños.

- Porque estoy saliendo con Draco, Sirius...¡Draco, ven un momento cielo! — Harry llamó a la albina, quien se despidió de las chicas y caminó hasta estar a su lado, tomando su mano.

- Oh, mucho gusto Señor Black. — Draco sonrió mientras que Sirius y Remus la veían confundidos.

- ¿Draco no era hombre? — Remus habló por primera vez, haciendo a la albina reír levemente.

- Era, si, por culpa de los gemelos Weasley ahora seré mujer hasta...bueno, hasta que muera — El par mayor, vio como Harry soltaba la mano de la contraria y rodeaba su cintura con ésta, acercándola a él.

— ¿Desde...cuándo? — Sirius los señala a ambos y Harry deja un beso en la frente de la albina para luego contestar.

- Hace unos meses...unos...¿cuatro meses? Algo así — Draco asiente varias veces y besó la mejilla contraria, exponiendo más de una marca del día anterior.

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