Una valiente jovencita de un campestre pueblo de Francia, decide iniciar el camino de su vida fuera de las murallas de un descuidado orfanato.
Después de escapar del tétrico lugar, se encuentra con varios obstáculos que la pondrán a prueba. Sin emb...
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Me levanto soñolienta, pero al recordar lo que me espera el día de hoy, una sonrisa aparece en mi rostro.
Son tan solo las cuatro de la mañana, pero a las seis tengo que estar en la entrada del castillo para emprender camino a la competencia, y como no quiero que salga nada malo el día de hoy, prefiero empezar demadrugada para que tenga tiempo de todo.
Primeramente, decido tomar una ducha para posteriormente prepararme unos panqueques con frutas. Mientras como el delicioso desayuno, coloco todo lo necesario para dicho viaje. Sitúo en mi maleta mi traje de arquera y todos sus accesorios y junto al equipaje, coloco mi arco y flechas. Luego, corro a lavar los trastes para finalmente vestirme con un vestido normal, ya que el traje me lo pondré después.
Una vez lista, coloco en mi rostro bastante bloqueador, ya que mi piel es muy blanca y no quiero quemarme. Luego, cepillo mi cabello y comienzo a trenzarlo entre sí hasta obtener dos lindas trenzas que caen a los lados de mi cabeza.
—¡Tú puedes hacerlo! —exclamo a mi reflejo en el espejo con gran decisión. Miro la hora y ya falta treinta minutos para las seis, así que tomo los regalos de Nate y Lizzie, y les coloco los papelitos que hice ayer.
«Hoy es 6 de junio y eso significa que es tu cumpleaños. Espero que te guste este pequeño obsequio. Con cariño: Molly Rose»
Con una gran sonrisa, me encamino hacia sus habitaciones y coloco ambos regalos en sus respectivas puertas.
—Espero que les guste —susurro antes de abandonar el piso y correr hacia mi habitación. Una vez en esta, tomo con rapidez todas mis cosas y camino aceleradamente hasta la entrada del castillo en donde Camille ya me estaba esperando.
—¿Lista para demostrar tu potencial? —exclama con alegría.
—Por supuesto, estoy tan emocionada —respondo y ambas chocamos las manos. Juntas subimos al auto de Camille y nos dirigimos a Beaumont-en-Véron, un pueblo no lejos de Rigny-Ussé.
De camino a dicho lugar, ambas revisamos nuevamente las reglas de la competencia.
—Molly, solo los cinco primeros participantes lograrán una medalla, intenta quedar dentro de esos —indica Camille—. Además, dependiendo de tu desempeño te tengo buenas noticias.
—Buena forma de incrementar mis ganas de ganar —respondo riendo.
—Por eso te lo digo —añade ella.
Después de varios extensos minutos, finalmente llegamos al lugar. Salimos del auto y puedo observar todo mi alrededor, un gran bosque con una cabaña para poder alistarnos. Además, hay muchas personas en el lugar, así que eso me tiende a poner un tanto nerviosa.
—Ve a cambiarte —indica Camille mientras ella registra mi llegada. Camino hacia la cabaña y entro a una de las habitaciones, me coloco mi vestido, botas y guantes, y finalmente salgo y busco a Camille—. Me dijeron que la competencia comienza en media hora, así que ¿quieres ver tu futuro escenario?
