《Cap.24》

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    Nuevo día, nuevas tareas

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Nuevo día, nuevas tareas. Hoy decido despertar con el mejor de los ánimos, lo que pasó ayer fue algo terrible e incluso vergonzoso, ya que fue por un tonto descuido de mi parte, pero entendí que tan solo debo llevar un mejor manejo de mi tiempo.

     Después de salir de la ducha decido vestirme con los pantalones vaqueros y la sudadera que compré hace algunas semanas. Una vez lista decido prepararme un delicioso desayuno para finalmente dirigirme al castillo y así para poder comenzar con mis tareas. Pero, en mi lista tan solo aparece como tarea ayudar al rey, lo cual produce nervios en mí.

     Camino hacia su oficina que es en donde normalmente él se encuentra.

     —Bonjour, su majestad —exclamo con una reverencia al entrar a dicha oficina.

     —Bonjour, mademoiselle Rose —responde él con gentileza.

     —¿En qué le puedo ayudar, su majestad? —pregunto acercándome a él.

     —Es bueno que preguntes eso. Como ya sabes, en Francia tenemos la tradición de Les Cartes de Voeux, la cual consiste en enviar cartas con buenas vibras a nuestros conocidos, así que me gustaría que pudieras llevar estos sobres a la oficina de correos de Rigny-Ussé —indica mostrándome dichas cartas—. Además, en pocos días se celebrará L'épiphanie, precisamente el seis de enero, ya que es el día de los reyes. Así que también le pido amablemente que solicite un Gallete des Rois en una de las panaderías del pueblo para así poder celebrar este día de la mejor manera.

     —Por supuesto, ¿necesita algo más? —pregunto con amabilidad.

     —Ahora que lo mencionas, ¿te gustaría escribir esta carta tres veces más? Lo haría yo mismo, pero en este momento tengo que ir a una reunión a otro de los castillos, así que me resulta imposible —pide él.

     —Claro, su majestad, con todo gusto —respondo con una sonrisa.

     —Muchas gracias, Molly. Puedes escribir las cartas en mi máquina de escribir. Si deseas la puedes llevar a tu habitación y así puedes estar más cómoda. Además, te dejo aquí ya la primera carta escrita, tan solo tienes que escribir otras tres cartas iguales y una vez finalizadas las llevas a la oficina de correos.

     —Por supuesto —digo tomando las cartas y la máquina de escribir, la cual es bastante pesada.

     —¿Necesitas ayuda? —pregunta levándose.

     —No se preocupe, yo puedo —responde. Él asiente y me abre la puerta de su oficina.

     —Hola, Molly —exclama Nate acercándose a mí.

     —Hola, Nate —respondo con una sonrisa.

     —¿Necesitas ayuda?

     —Tranquilo, yo puedo —respondo mientras continuamos caminando.

Alma de Guerrera | TerminadaWhere stories live. Discover now